La esposa de Conde-Pumpido y Álvaro Cuesta, los vocales menos votados del CGPJ

El Congreso aprobó la designación de los 10 vocales del Consejo General del Poder Judicial que le toca elegir, y lo hizo por el sistema de cuotas pactado entre los principales grupos de la Cámara (PP, PSOE, IU, CiU y PNV), pero con algunas indisciplinas entre los diputados. Clara Martínez de Careaga, avalada por el PSOE magistrada del Tribunal Supremo y esposa de Cándido Conde-Pumpido, fiscal general del Estado con Zapatero, resultó ser la menos votada. Cinco parlamentarios se saltaron el acuerdo casi unánime de la Cámara. El que obtuvo más votos fue Francisco Gerardo Martínez Tristán (cupo PP), que alcanzó los 303.

El de UPyD fue el único grupo parlamentario que se desmarcó del acuerdo casi unánime de renovación del órgano de gobierno de los jueces por considerar que va contra la división de poderes y la independencia de la Justicia. Rosa Díez subió a la tribuna para anunciar que su partido pedirá el amparo del Tribunal Constitucional contra lo que considera un sistema perverso de designación del CGPJ, en el que los partidos se convierten en “sponsors” de cada uno de los miembros de su “cuadra” en el organismo. “Cada uno de los elegidos sabe quién le paga la carrera”, remachó la portavoz de UPyD.

Díez recurrió a las propias ideas y frases acuñadas por el PP y el actual ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, cuando estaban en la oposición para descalificar el hecho de que el Parlamento nombre a los vocales del Consejo del Poder Judicial. El Gobierno ha preferido buscar el acuerdo con los demás grupos, el primero el socialista, en vez de aplicar su programa, lo que le obligaba a cambiar por mayoría simple el sistema de elección.

Los socialistas, con 7 de los 20 vocales en el futuro Consejo, se reconocen encantados con el resultado del pacto. Su portavoz en la materia, Julio Villarubia, explicó que para el PSOE el CGPJ es un “órgano político”, no un tribunal, y como tal lo lógico es que su composición la decida el Parlamento.

En la votación de los 10 miembros designados anoche por el Congreso (faltan los del Senado), varios diputados aprovecharon que la votación era secreta (con urna) para saltarse alguno de los nombres propuestos por los grupos. En una Cámara casi vacía y con el ministro de Justicia solo en el banco azul, a la hora del recuento de las papeletas se comprobó que 5 parlamentarios no habían querido apoyar la candidatura de Clara Martínez, esposa de Cándido Conde-Pumpido.

Entre los seis jueces y magistrados elegidos, el más votado fue Francisco Gerardo Martínez, con 303 papeletas. Estaba propuesto por el PP y muy mal visto por los socialistas, hasta el extremo de que Tomás Gómez, secretario general del PSM, dijo que estaba dispuesto a dejar el Senado con tal de no avalarlo con su voto. Al dirigente socialista no le gusta cómo lleva el juez los casos de los recursos contra las privatizaciones de servicios en los hospitales. No tuvo que cumplir con su palabra porque donde le votaban era en el Congreso y en la Cámara Baja ningún socialista se saltó la disciplina del grupo.

Juan Martínez Moya, Carmen Llombart, Rafael Fernández Valverde y Rafael Mozo Muelas también resultado elegidos, pero con dos o tres papeletas menos de las previstas.

El tope en la urna correspondiente a los 4 juristas estaba en 312 votos, porque en este caso IU se sumaba al acuerdo (colocaba a su candidata) y sólo lo alcanzó Enrique Lucas Murillo (cuota PNV). El castigado esta vez fue el exdiputado socialista Álvaro Cuesta, que se quedó en 305. El resto de los elegidos fueron Nuria Díaz Abad, que cosechó 311 papeletas y Concepción Sáez Rodríguez, secretaria judicial propuesta por IU, también con 311.