Rajoy avisa al PP que sólo culminar las reformas permitirá remontar en 2015

Con los barones del partido angustiados por las malas perspectivas electorales a año y medio de los comicios autonómicos y locales de 2015, Mariano Rajoy ha vuelto a cifrar todas las esperanzas de remontada (ante las encuestas y las urnas) en la culminación de sus reformas. El presidente del Gobierno abona entre sus filas la teoría de que queda toda la segunda parte de la legislatura para que estas fructifiquen en crecimiento del empleo y puedan redimir así al PP de la impopularidad de los recortes y las subidas de impuestos. Y ante el reto de los nacionalistas catalanes a la unidad de España, pide la misma paciencia para su respuesta: oferta de diálogo en lo formal y firmeza en la defensa de la soberanía nacional.

Rajoy sigue la vida del partido, pero en la medida que se lo permiten sus obligaciones en el Ejecutivo y la exhaustiva atención que requieren las relaciones con la UE. Pero también con la distancia requerida sobre los conflictos internos (Madrid o la Comunidad Valenciana), sobre los que se informa a través de la dirección nacional, aunque igualmente de forma directa. “Sigue siendo el dirigente que mejor conoce la formación y cuenta con miembros de su absoluta confianza en cada rincón del partido”, apuntan sus fieles.

El jefe del Ejecutivo ha estado detrás de las maniobras para frenar la penúltima rebelión contra Alberto Fabra en Valencia y ha seguido de cerca el amago de las maniobras internas del PP de Madrid contra Ana Botella, que concita los recelos de los fieles a Esperanza Aguirre.

Rajoy acudió a la reunión dela Interparlamentaria del PPcelebrada en Córdoba el sábado día 9 para clausurarla y se quedó después del acto para despachar con los principales dirigentes andaluces, acompañado por la mayoría del comité de dirección, conMaría Dolores de Cospedalal frente. A mitad de la pasada semana, decidió presentarse en otro acto de partido, este en principio menor: laconvención nacional de Nuevas Generaciones, donde no se decidían cargos ni programas. Rajoy aprovechó para colocar mensajes que también van dirigidos a frenar los nervios en su propio partido: “Hemos tomado decisiones muy difíciles (recortes y subidas de impuestos) y acometido reformas como la laboral y la de unidad de mercado paraponer orden y sentar bases sólidas de cara al futuro”.

El presidente del Gobierno reconoce que la tarea está a medias, falta hacer realidad la reforma de la Administración empezando por el ámbito local, y que los resultados aún son modestos; pero insiste ante los suyos de que es el único camino que se puede seguir para sacar a España de la crisis y la única vía para poder “examinarse” ante los españoles en 2015 (elecciones autonómicas en mayo y generales en el otoño) con posibilidad de aprobar la reválida.

“No hemos venido al Gobierno a no hacer nada, hemos venido a decidir y a gobernar”, sostuvo Rajoy ante los militantes más jóvenes de su partido además de hacer una apelación a los principios liberales del PP, olvidados por sus propios barones obsesionados con el protagonismo del Estado en la recuperación económica al centrar el debate político en asuntos como la financiación de las autonomías o en los mecanismos de asistencia financiera de sus Gobiernos. “El que genera riqueza y bienestar es el ser humano. Las Administraciones están sólo para crear las condiciones para que el ciudadano pueda generar progreso. Si hay emprendedores, hay trabajo; si hay trabajo las Administraciones tienen ingresos y cuantos más cotizantes, mejor se pueden garantizar las pensiones y los servicios sociales”, agregó.

El presidente del PP descartó cualquier giro en la labor del Ejecutivo por cuestiones de impopularidad o por la cerrada oposición de la izquierda y los nacionalistas a su política: “Este Gobierno va a seguir con las reformas; no va a levantar el pie del acelerador porque no queremos una recuperación a medias y el camino de las reformas hay que hacerlo entero y hasta el final”.