PSOE e IU rivalizan en exigir inversiones ahora para barcos de guerra y blindados

El debate en pleno de Presupuestos por ministerios celebrado en el Congreso ha dejado evidencia de las contradicciones de los grupos de izquierda que exigen recortes drásticos en Defensa y, al mismo tiempo, inversiones en buques de guerra y blindados. Pero también del debate interno en el Partido Popular, que apoya los ajustes del Gobierno en la materia aunque sostiene que hay que pensar en hacer ya lo contrario para garantizar la operatividad de las Fuerzas Armadas.

En el trámite de enmiendas, PSOE e IU han rivalizado para reclamar inversiones concretas con cargo al Ministerio de Industria para encargar barcos de guerra (buques de acción marítima y fragatas) y vehículos blindados de combate de ruedas (los llamados 8x8). Los BAM y los 8x8 para sustituir a los obsoletos BMR son las principales urgencias de equipamiento de la Armada y del Ejército de Tierra, pero lo que lleva a la izquierda a renegar de su pacifismo oficial son los intereses locales y las presiones de los comités de empresa de las compañías afectadas por una sequía de pedidos que dura hasta cinco ejercicios: Navantia en Cádiz y Ferrol y la antigua Santa Bárbara en Asturias.

El interés en las inversiones en armamento contrasta con las enmiendas generales sobre Defensa: piden una reducción clara en las Fuerzas Armadas; el PSOE lo hace sin cifras concretas y ERC propone dejar a los ejércitos en 40.000 hombres y mujeres, menos de un tercio de las actuales plantillas.

Los socialistas rizan el rizo con una enmienda en la que pedían una inversión de 15 millones para los astilleros de Navantia en Cádiz con el fin de que se acometala construcción de una segunda fase de BAM a partir de 2014. El PSOE exige una inversión que el último Gobierno de Zapatero se negó a acometer porque, con la crisis, Defensa y Fomento cargaron con los pocos recortes que se decidieron en los presupuestos de 2009 y 2010.

El PSOE exige a Rajoy las inversiones que para Cádiz negó Zapatero cuando Alfredo Pérez Rubalcaba era diputado por esa provincia andaluza. En concreto, los socialistas proponían una primera partida de 15 millones de euros. Izquierda Unida, sin diputados por Cádiz, hacía la misma enmienda, pero sólo reclamaba 10 millones de euros.

La coalición que encabeza Cayo Lara se ha mostrado partidaria de que España abandone la OTAN, que deje de pagar las facturas pendientes con la industria internacional de Defensa y que suspenda la participación de las Fuerzas Armadas en las misiones internacionales. Pese a ello, registró una enmienda a los Presupuestos para pedir una inversión de 5 millones de euros para encargar a Navantia una fragata F-110 y otra de 3 millones con destino a la planta que la antigua Santa Bárbara tiene en Asturias. Gaspar Llamazares es diputado por esa circunscripción.

El Grupo Popular rechazó todas las enmiendas citadas, pero a su portavoz de Defensa, Vicente Ferrer, se le notó el deseo del PP de poner fin a la sequía de inversiones en la materia. “Estos son unos presupuestos de guerra en una situación excepcional”, dijo. Y a continuación aseguró que ha llegado el momento de “planificar un nuevo impulso para la Defensa y abrir un nuevo ciclo en el que recuperemos el empuje inversor que nos ha permitido proteger la seguridad de nuestro país”.

El diputado del PP pidió al conjunto de la Cámara “un marco de estabilidad presupuestaria a 10 o 15 años vista” para que las Fuerzas Armadas puedan mantener su operatividad y asegurar sus capacidades en la misión encomendada: la seguridad de la nación. En el partido que apoya al Gobierno reconocen que en los próximos presupuestos tendrán que incorporar las inversiones que ahora rechazan por falta de fondos.