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El Congreso responsabiliza a Patrimonio del borrado de los disparos del 23-F
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ENCUENTRAN 8 NUEVOS IMPACTOS

El Congreso responsabiliza a Patrimonio del borrado de los disparos del 23-F

Había orden expresa de que se conservasen los disparos de Tejero y los responsables de las obras del verano no se percataron de su desaparición

Foto: Las marcas de los disparos el día en el que las goteras impideron el inicio de la sesión (EFE)
Las marcas de los disparos el día en el que las goteras impideron el inicio de la sesión (EFE)

Había orden expresa de que se conservasen los disparos de Tejero y, ni siquiera así, los responsables de las obras acometidas este verano ni los altos funcionarios de Patrimonio se percataron de la desaparición de cinco impactos localizados en las tribunas de prensa. Esa es la conclusión del informe técnico aprobado hoy por la Mesa y Junta de Portavoces, que apenas se limita a describir lo que ha sucedido sin poder dar nombres de los responsables de dicho despiste. Eso sí, añade, explícitamente, que ni siquiera los máximos encargados de la obra se dieron cuenta de lo sucedido ni fueron conscientes de la pérdida hasta que, un mes después de finalizadas las obras, unas enormes goteras, el pasado 11 de septiembre, sacaron a la luz la desaparición de los impactos.

El informe técnico apunta a varias razones que, juntas, pudieron contribuir al extravío histórico. “La premura con la que se realizaron los trabajos (veinte días del mes de julio y primera quincena de agosto), los problemas de la instalaciónpor el reducido espacio de que se disponía en la estructura de madera, así como la dificultad para acceder a la documentación sobre el 23-Fpor su carácter reservado, han contribuido a la eliminación de algunas señales de la que no fueron conscientes ninguna de las personas que han intervenido en la obra, según señala la arquitecta conservadora en su informe”.

La investigación ha servido, por lo menos, para que un estudio minucioso de la bóveda del hemiciclo haya logrado encontrar un total de ochonuevos impactos de la intentona golpista del 23-F de 1981. Así, se borraron cinco y aparecen ahora otros ocho.

El Congreso explica en su informe que “desde el primer momento” se trasladó a los responsables de la Dirección General del Patrimonio del Estado como a la empresa adjudicataria, “la directriz clara y explícita de que los impactos de bala del 23-F debían conservarse y que, en el caso de que por necesidades técnicas no fuera posible, debía informarse al órgano de gobierno de la Cámara”.

Así se hizo con una de las rejillas ubicadas en las tribunas de prensa que, dentro de poco, será exhibida en una urna de cristal junto a la entrada de los Leones del Congreso. Sobre los otros impactos borrados, el texto simplemente describe la complejidad de la obra llevada a cabo. “La posición del difusor en las tribunas de público venía condicionada por la estructura original existente, que consiste en un tupido entramado de madera paralelo y solidario con la escayola, que sólo permitía el alojamiento en la posición instalada”, explica. “De no ser así, se hubiera tenido que desmontar parte de la estructura y se hubieran perdido las molduras perimetrales. El cajeado para las rejillas se realizó desde la parte superior para dañar lo menos posible el techo existente, por lo que no se podían ver los impactos de la tribuna de prensa ya que no llegaron a traspasar los sucesivos entablados”.

Había orden expresa de que se conservasen los disparos de Tejero y, ni siquiera así, los responsables de las obras acometidas este verano ni los altos funcionarios de Patrimonio se percataron de la desaparición de cinco impactos localizados en las tribunas de prensa. Esa es la conclusión del informe técnico aprobado hoy por la Mesa y Junta de Portavoces, que apenas se limita a describir lo que ha sucedido sin poder dar nombres de los responsables de dicho despiste. Eso sí, añade, explícitamente, que ni siquiera los máximos encargados de la obra se dieron cuenta de lo sucedido ni fueron conscientes de la pérdida hasta que, un mes después de finalizadas las obras, unas enormes goteras, el pasado 11 de septiembre, sacaron a la luz la desaparición de los impactos.

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