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"Las cuentas del Partido Popular no son ningún ejercicio de transparencia"
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SEGÚN MIEMBROS DEL INSTITUTO DE CENSORES

"Las cuentas del Partido Popular no son ningún ejercicio de transparencia"

Las cuentas del PP, publicadas en su web, carecen de valor a la hora de rastrear irregularidades. Están incompletas. Así lo confirman diversos auditores

Foto: María Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy. (Efe)
María Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy. (Efe)

Cuando vio la luz pública esta primavera la presunta doble contabilidad del extesorero del PP Luis Bárcenas, el Partido Popular reaccionó con dos medidas destinadas a reforzar su dañada imagen de transparencia. La primera de ellas, publicar la declaración de IRPF de Mariano Rajoy. La segunda, colgar en su web las cuentas anuales del partido. Sin embargo, estas cuentas carecen de valor alguno a la hora de rastrear irregularidades. Están incompletas. Falta lo esencial.

Diversos auditores consultados por El Confidencial así lo confirman: "De 2008 hasta 2012 únicamente publicaron en su web el balance y la cuenta de pérdidas y ganancias, pero nada se ha colgado en ella de la cuantía de los créditos que les han sido concedidos, el tipo de entidad concedente y las condonaciones de deuda correspondientes", señalan.

Ángel López, director del departamento técnico y de calidad del Instituto de Censores, señala que la documentación aportada por el PP "no es una información relevante. No es completa para poder entender esas cuentas. Deberían incluir varias informaciones más, como la memoria que explique esas cifras y su desarrollo para que sean comprensibles. Hay que observar el estado de cambios de patrimonio, de flujos de efectivo, contingencias, hechos posteriores...", señala.

Según Á. López, aunque la publicación de estas cuentas fue anunciada como un ejercicio de transparencia, el resultado no ha sido ese."En principio, no. No están haciendo un ejercicio de transparencia".

Obligados por ley

El artículo 14 de la Ley Orgánica 8/2007, de 4 de julio, sobre financiación de los partidos políticos, establece que “una vez emitido por el Tribunal de Cuentas el informe de fiscalización correspondiente a un determinado ejercicio, vendrán obligados a hacer públicas, preferentemente a través de su página web, el balance y la cuenta de resultados y, en particular, la cuantía de los créditos que les han sido concedidos, el tipo de entidad concedente y las condonaciones de deuda correspondientes a tal ejercicio, de forma que esta información sea de gratuito y fácil acceso para los ciudadanos”.

Las cuentas de 2012 presentadas esta semana por el PP, y todas las cuentas precedentes (desde 2008), incumplen sistemáticamente la prescripción de esta ley orgánica. El Marco Conceptual de la Información Financiera de los Partidos Políticos, aprobado por el Pleno del Tribunal de Cuentas el 24-6-2010, dice al respecto, en su página 17, que “ninguno de los estados financieros suministra por sí solo una información completa, de forma que el contenido de cada uno de ellos está íntimamente relacionado y debe contemplarse teniendo en cuenta los restantes. En consecuencia, los estados financieros constituyen una unidad y deben presentarse y analizarse siempre de forma conjunta”.

"Por ejemplo", aseguran fuentes del Instituto, "sin la memoria, el auditor del balance del PP no puede saber a qué corresponden las inversiones financieras que tiene el partido en su activo en 2012 por importe de 2.306.937,08 euros. A mí me haría falta saber si dichas inversiones incluyen, por ejemplo, acciones en compañías eléctricas cotizadas, que explicasen las modificaciones legislativas que ha venido haciendo el ministro [de Industria, Energía y Turismo], José Manuel Soria, a favor, o no, del lobby eléctrico. Esto son especulaciones, posibilidades. Que quede claro. A mí no me han proporcionado las cuentas reales. Que nadie lo tome como una acusación. Pero nuestro trabajo consiste en indagar esas cosas".

Las facturas de la sede

Miembros del Instituto de Censores también cuestionan las afirmaciones volcadas por el PP en su informe ejecutivo sobre que "se toma 1995 como año de partida del estudio al no existir series de datos anteriores". Algo que, a los miembros consultados del Instituto de Censores, les parece llamativo: "¿Cómo puede el PP hacernos creer que ha destruido las facturas de, por ejemplo, la construcción de su sede en Génova 13 (finalizada en febrero de 1983). Dicha sede, al igual que el resto de inmuebles de similares características, se amortiza contablemente al 2% anual, es decir, en 50 años. ¿Pretende hacernos creer el PP que está amortizando su sede central sin más soporte que unas meras hojas de cálculo, y que ha destruido las facturas de dicha construcción a pesar de que esta se acabe de amortizar contablemente en el año 2033?", se preguntan las mismas fuentes. "¿Sobre qué base de cálculo se está amortizando actualmente Génova 13 si no se tiene ni soporte documental ni dato alguno sobre el coste de dicha sede?", insisten.

"Un auditor no se puede creer que el Tribunal de Cuentas informe favorablemente sobre algo, los movimientos de caja, que el PP no le remite. Y, en teoría, lo que están colgando en su web es lo aprobado por el tribunal. A saber, el artículo 14 de la Ley Orgánica 8/2007, de 4 de julio, sobre financiación de los partidos políticos, establece que la información a remitir al Tribunal de Cuentas ha de ser la de lascuentas anuales del partido, cuentas que reflejan el saldo de caja a 31 de diciembre. Pero aquí no se incluyen los movimientos ni soportes documentales. Las cuentas que está desvelando el Partido Popular en su web no sontransparencia. Yo lo llamaría de otra forma".

Cuando vio la luz pública esta primavera la presunta doble contabilidad del extesorero del PP Luis Bárcenas, el Partido Popular reaccionó con dos medidas destinadas a reforzar su dañada imagen de transparencia. La primera de ellas, publicar la declaración de IRPF de Mariano Rajoy. La segunda, colgar en su web las cuentas anuales del partido. Sin embargo, estas cuentas carecen de valor alguno a la hora de rastrear irregularidades. Están incompletas. Falta lo esencial.

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