El Gobierno de Madrid intenta evitar hoy la fuga del centro de producción de Volvo

Vestida con una elegante chaqueta violeta, Esperanza Aguirre observaba con atención el funcionamiento del brazo mecánico de un camión. Era el 17 de octubre de 2008, y la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid inauguraba la fábrica de cigüeñales de Volvo en Leganés. “Es un ejemplo de lo que tiene que ser la inversión extranjera en Madrid, creadora de puestos de trabajo, bienestar y prosperidad”, aseguraba la lideresa del PP regional.

Cinco años más tarde, en la mañana de este lunes, la empresa y la Comunidad de Madrid se verán las caras para decidir el delicado futuro del centro.

Más de 150 personas trabajan en esta fábrica de producción de Renault Trucks, compañía integrada en el grupo sueco de vehículos industriales AB Volvo. Las previsiones para el centro eran que produjera 96.000 cigüeñales a partir de mayo de 2009, equivalentes al 30% de la producción mundial de estos componentes del grupo sueco. La inversión de la empresa había sido de 53 millones de euros, según informaron en los comunicados de Volvo en los días previos a su apertura.

La fábrica, ubicada en el Parque Tecnológico de Leganés, ha vivido momentos concitados durante los últimos meses. La convocatoria de cinco días de huelga para comienzos de octubre fue finalmente retirada, a la espera de una visita desde Göteborg. Pero no llegaron confirmaciones ni desmentidas sobre los planes de la empresa. Volvo estaba analizando todas sus operaciones industriales en Europa, afectadas por la crisis del mercado del automóvil.

Cambio de modelo

Una decisión ya había sido tomada a comienzos del año, cuando llegaba el 'no' de la italiana Mape a la opción de hacerse cargo de la fábrica. La oferta a los transalpinos había sido justificada por "un problema de volumen de producción". La consecuencia fue el traslado de un modelo de cigüeñales que se producía en la localidad madrileña a una fábrica de la India. De allí se distribuirá a todos los mercados, cambiando así el modelo vigente: hasta entonces, los materiales producidos en Leganés se entregaban a una empresa alemana, que se ocupaba de distribuir las piezas de Volvo.

La línea de producción que producía estos modelos tiene ya fecha de cierre: entre marzo y abril de 2014, algo que afectará a al menos 50 trabajadores.

Uno de los modelos de cigüeñales que se producía en la localidad madrileña ha sido trasladado a una fábrica de la India.

El peso del cierre recae sobre la otra línea de producción de la factoría, activa desde 1952. Volvo, según fuentes de la empresa, no ha comunicado todavía en qué lugar se va a fabricar la nueva versión de este segundo componente. Los sindicatos no ven esperanza: “Estamos abocados al cierre, es sólo cuestión de fechas”, aseguran.

En la reunión de hoy, la Dirección de Industria de la Comunidad se reunirá con los representantes de la empresa sueca, que no está atravesando su mejor momento. En septiembre de este año anunció un plan de recortes anuales para ahorrar 465 millones euros, en el marco de una estrategia de 3 años, según informó la empresa en un comunicado. Uno de los principales motivos ha sido los números que Volvo registró en el primer trimestre de 2013: ganó 215 millones de euros, un 80% menos que en el mismo período del año anterior. “Todas las decisiones de la empresa están condicionadas por este plan”, comunicaron los portavoces de Volvo al Comité de Empresa.

“La decisión tenía que llegar en septiembre, pero se está dilatando en el tiempo”, aseguran desde la fábrica. “Estamos bastante preocupados”, detallan fuentes sindicales, “ya que hay otras plantas de la empresa, incluso en la misma Suecia, que pueden producir este producto”.