Rajoy no tocará la financiación hasta que Montoro cierre la bajada de impuestos

La reunión del comité ejecutivo del Partido Popular presidida por Rajoy sirvió para que los presidentes autonómicos que se sienten peor tratados por el actual modelo de financiación, como Ignacio González, expresaran sus quejas y prisas para que se cambie. También para que el jefe del Ejecutivo aclarara que no está dispuesto a aplacar el independentismo catalán con una oferta de privilegios en la materia y para que la presidenta de la organización aludida, Alicia Sánchez-Camacho, matizara que ella tampoco pedía singularidades en la materia para la Generalitat, y que admitía el principio de igualdad en el trato a los ciudadanos.

El presidente del Gobierno, el ministro de Hacienda, más los barones y baronesas repitieron y contrastaron los mensajes que se han cruzado en los medios en los últimos días sobre la financiación autonómica y, al final, Rajoy quiso zanjar el debate con el programa de reformas que va a aplicar el Ejecutivo: en febrero del próximo año estará listo el informe de los expertos sobre el cambio general en el sistema fiscal e impositivo y, en marzo, el Consejo de Ministros estudiará y aprobará la reforma consiguiente. Después le llegará en turno al sistema de financiación autonómico.

Ignacio González se dio por satisfecho con que Rajoy dijera que a partir de marzo se acometerá el cambio de modelo, pero en fuentes de Hacienda insisten en otro requisito fundamental, como es la confirmación de la salida de la crisis y el ensanchamiento de las bases impositivas (más contribuyentes, más consumo y menos fraude) en la segunda parte del año.

La teoría gubernamental es que no tiene sentido abordar ya la reforma del sistema de financiación de las autonomías, aunque no le guste a nadie, y menos al PP (que no lo votó en 2009) hasta que no esté cerrado el nuevo modelo fiscal que afectará al IRPF, al IVA y a los impuestos especiales. Los Gobiernos regionales reciben el 50 por ciento de lo recaudado por los dos primeros y el 58 por ciento del tercero.

Según fuentes de Hacienda, la reforma establecerá una redistribución de los “hechos imponibles” y abrirá “espacios fiscales propios” para las autonomías. El Gobierno está dispuesto a permitir que los Gobiernos creen impuestos nuevos en su ámbito territorial igual que ahora establecen tramos particulares en el IRPF.

El Ejecutivo da una prioridad absoluta a esos cambios fiscales porque recogerán su promesa de bajar impuestos (para el siguiente ejercicio) y no quiere que nada distorsione esa ofensiva de imagen del segundo trimestre especialmente dirigida a su electorado más descontento con el aumento de la presión fiscal y que coincidirá con la precampaña de las elecciones europeas de mayo.