Zarrías amenaza con llevar al Tribunal Constitucional la Ley de Reforma Local
La Ley de Reforma Local es un caramelo amargo. Gusta a pocos (incluidos algunos regidores de Partido Popular, aunque no lo digan abiertamente, además de a
La Ley de Reforma Local es un caramelo amargo. Gusta a pocos (incluidos algunos regidores de Partido Popular, aunque no lo digan abiertamente, además de a los del PSOE, que sí lo expresan sin tapujos) y levanta suspicacias mil.
Unos 2.000 primeros ediles y concejales abanderados por el PSOE y otras formaciones políticas, a excepción de los que se encuentran bajo los designios de Génova, se han reunido este domingo en Madrid para alertar de un cataclismo local derivado del nuevo texto legal.
Estos alcaldes entienden que el nuevo marco legislativo, que entrará en vigor el 1 de enero, dejará a los ciudadanos sin prestaciones básicas. Gaspar Zarrías, responsable de Política Municipal del PSOE, ha advertido de que prácticamente el 95% de los municipios dejará de prestar servicios y competencias que afectan "al día a día a los ciudadanos", y en este contexto de crisis -ha subrayado- los ayuntamientos tienen que ser la "punta de lanza" en la atención y no simples "espantajos" sin capacidad para nada.
Lo que está en juego, según ha dicho, es la igualdad de los españolesvivan donde vivan, pero la propuesta del Ejecutivo va por el camino de "hacer ciudadanos de primera y de segunda", en función del municipio en el que residan.
Dos siglos de atraso
Según el alcalde de Vigo, el socialista Abel Caballero, “esto va a ser una catástrofe. Doscientos años de atraso en el municipalismo. Habrá servicios más caros… Por eso pedimos que se retire”, sentenció el también vicepresidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Caballero opina que las diputaciones no podrán asumir los servicios de cientos de entidades menores, al no estar preparadas para hacerlo. Y eso es sólo la punta del iceberg de los problemas.
En resumen, tormenta municipal a la vista. Que no viene sola, ya que el descontento de los alcaldes socialistas podría acabar con la reforma en el Tribunal Constitucional. Lo dijo Zarrías. Judicializando, que es gerundio.
Por su parte, el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Íñigo de la Serna, cree que la reforma local da respuesta a las "grandes reivindicaciones históricas" del municipalismo, como la clarificación competencial, y ha pedido "retomar" la unidad para seguir avanzando.
Según el también alcalde de Santander, del PP, gracias a las negociaciones mantenidas por la FEMP y a la voluntad del Ejecutivo de Mariano Rajoy, la reforma que prepara el Gobierno contiene cambios sustanciales respecto al texto original y, además, se ha seguido trabajando para presentar diecinueve propuestas de enmiendas que profundizan "aún más" en la mejora de la norma.
Fuentes del Partido Popular que han participado en primera línea en las negociaciones para la elaboración de la reforma que cambiará el cómo y los porqués de los ayuntamientos y entidades localesaseguran a El Confidencial que “esta ley no convence a nadie al cien por cien. Es difícil estar de acuerdo. Pero lo que es verdad es que se han ido incorporando mejoras sustanciales”.
Las mismas fuentes aseguran que todavía queda por delante el trámite parlamentario, en el que será posible establecer modificaciones. “El grupo del PP en la FEMP ha presentado enmiendas que tratarán de arreglar flecos que han quedado pendientes. Entre otros, una mejor regulación de las competencias en Educación y la ampliación de los plazos de cumplimiento a las entidades locales menores para que no se vean abocadas a la extinción”, matizan a este periódico.
En el PP tienen claro que el PSOE está utilizando un tema que debería quedar en el ámbito local para generar una colisión con el Gobierno de Rajoy.
Por su parte, el secretario de Política Autonómica y Local del PP, Javier Arenas, ha criticado el “antirreformismo” de la oposición, principalmente del PSOE. “El consenso no se construye con amenazas o recurriendo al Tribunal Constitucional”.
La Ley de Reforma Local es un caramelo amargo. Gusta a pocos (incluidos algunos regidores de Partido Popular, aunque no lo digan abiertamente, además de a los del PSOE, que sí lo expresan sin tapujos) y levanta suspicacias mil.