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Un preso español en EEUU condiciona la extradición del exdirectivo de JP Morgan
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DAVID MENDOZA DEBÍA CUMPLIR SU PENA AQuí

Un preso español en EEUU condiciona la extradición del exdirectivo de JP Morgan

La Justicia norteamericana incumple las condiciones que la Audiencia Nacional puso a la entrega de un ciudadano español, David Mendoza Herrarte

David Mendoza Herrarte es un perfecto desconocido para la opinión pública española, pero su nombre suena en los pasillos de la Audiencia Nacional desde 2008. Hoy, cinco años después, su caso podría jugar un papel importante en la extradición de Javier Martín-Artajo, el exdirectivo español de JP Morgan reclamado por Estados Unidos por un supuesto delito de fraude fiscal. La Justicia norteamericana incumplió las condiciones que el tribunal español puso al entregar David a Washington, algo que según los expertos supone un importante precedente en el intercambio de presos entre los dos países.

David Mendoza, español de 46 años nacido en Los Ángeles, se encuentra hoy en la cárcel federal de Fort Dix, en Nueva Jersey. Un auto de la Audiencia Nacional acordó su extradición a Estados Unidos, que pedían su captura por delitos relacionados con el tráfico de marihuana. El auto, fechado 1 de agosto de 2008 y al que este diario ha tenido acceso, autorizaba la entrega, pero ponía algunas condiciones. Entre ellas, que David cumpliera en España la pena que le fuera impuesta en Estados Unidos. A pesar de ello, el país norteamericano sigue pasando por encima de lo acordado con España. Y, como lamenta el preso en una conversación telefónica con El Confidencial desde el centro penitenciario, “el Estado español no hace nada para que Estados Unidos cumpla con lo prometido”. La subdirección de cooperación Jurídica Internacional, dependiente del Ministerio de Justicia, no ha contestado a las preguntas de este periódico sobre el caso.

David residía con su madre y su padrastro en Seattle, en el Estado de Washington, a algo más de 4.000 kilómetros de la prisión en la que se encuentra ingresado. En la pizzería Pazzo’s, en el sur de la ciudad, no se han olvidado de él, pues fue quien abrió el local en 1992 junto a unos amigos. Laurie King, que lleva el negocio desde la detención de David, lo define por teléfono a ese diario como una persona "lovely" ('encantadora').

Entre Guernica y Seattle

"Solía pasar la mitad del año en Seattle y la mitad en España", recuerda María Teresa, su madre, ciudadana española pero nacida en Los Ángeles hace 83 años. Cuando el padre de David falleció, siendo él todavía un niño, la familia de su tía Encarnación, afincada en Guernica, se convirtió en la suya. Allí David pasaba tanto tiempo que en 1987 decidió abrir un bar junto a José Ramón, un amigo de toda la vida: el Metropol, donde a menudo hacía de disc-jockey, según recuerdan sus amigos. Para redondear los ingresos, vendía pantalones vaqueros y camisetas en una tienda de ropa y ayudaba al tío con su empresa de excavaciones y transportes.

En agosto de 2007 tuvo su primer hijo, Iñigo, que nació en Bilbao y que padece síndrome de Down. Junto a su mujer, Liz, canadiense que no habla español, empezó a hacer planes para quedarse a vivir en España. Hasta el día que David fue a la comisaría para recoger su nuevo pasaporte español.

Era el mes de junio de 2008, y en esa sede policial, con una orden de los Estados Unidos, David fue detenido. Abandonó la casa en la que estaba instalándose con su familia y de Guernica fue trasladado a Soto del Real. Detrás de las rejas, celebró su boda con Liz.

La Sala de lo Penal dejó claras las condiciones de la extradición. La primera fue que no habrá pena de muerte ni cadena perpetua. En la segunda, la Sala establecía “la previsión del posible cumplimiento de la pena que le fuera impuesta en los EEUU en España, si así lo solicitare, a lo que en su caso deberán acceder las autoridades norteamericanas”

Como suele ocurrir con las extradiciones, su caso llegó a la Audiencia Nacional, donde en estos días está en juego la entrega del exdirectivo español de JP Morgan. Los tratados internacionales obligan a que los dos estados se pongan de acuerdo para llevar a cabo la entrega. En el caso de David, la Sala de lo Penal, sección segunda, dejó claras las condiciones de la extradición. La primera fue que no habría pena de muerte ni cadena perpetua. En la segunda, la Sala establecía “la previsión del posible cumplimiento de la pena que le fuera impuesta en los EEUU en España, si así lo solicitare, a lo que en su caso deberán acceder las autoridades norteamericanas”. De esta forma, la Justicia española intentaba “disminuir en lo posible los efectos colaterales negativos [de la condena] en su ámbito familiar”, reza el auto.

La entrega

Tras la firma de la extradición en marzo de 2009 por parte del Gobierno español- “en virtud de las condiciones” dictadas por la Audiencia Nacional- se llevó a cabo la entrega de David a las autoridades norteamericanas, en el aeropuerto de Barajas. Allí, representantes de ambos estados firmaron el Acta de Entrega, el mismo documento que suscribieron los policías de Estados Unidos que lo recogieron. “Recuerdo que, cuando llegué a Estados Unidos, el oficial español que me escoltaba dijo a los agentes norteamericanos que sin firma no me entregaban. Y lo firmaron sin cuestionar”, relata el ciudadano español.

De esta forma, como se expone en el documento, la Embajada estadounidense mostraba su conformidad a lo que dictó la Audiencia Nacional. Contactada por este diario, la Embajada ha declinado hacer cualquier comentario sobre este asunto.

El 19 de junio de 2009, ante un tribunal estadounidense, David se declaró culpable por uno de los delitos que se le imputaban: conspirar por importar más de 1.000 kilos de marihuana de Canadá a los Estados Unidos. La pena fue de 14 años de cárcel.

"Un caso decisivo"

Las cosas, sin embargo, no se desarrollaron como estaba previsto. David pidió su traslado para seguir cumpliendo su pena en España, pero el departamento de Justicia norteamericano, a pesar de las condiciones que la Audiencia había puesto para su entrega, lo denegó. Esta toma de posición, señalan los abogados de David, puede jugar un papel fundamental en las futuras extradiciones a otros estados de presos españoles, como en el caso de Martín-Arajo, el exdirectivo de JP Morgan que el pasado jueves, en Madrid, se entregó a la policía española. La Justicia estadounidense le imputa varios delitos vinculados a la pérdida de 6.000 millones de dólares que registró el banco norteamericano en el segundo trimestre de 2012.

El logotipo de la sede del banco JP Morgan Chase en Nueva York. (EFE)“El caso de David va a ser decisivo en el desarrollo de la extradición del exdirectivo de JP Morgan”, explica a El Confidencial María del Mar Vega, abogada de David en la demanda contenciosa que presentará contra el Ministerio de Exteriores español. Como hacer cumplir estas garantías judiciales, según el auto de la Audiencia de enero de 2013, “corresponde al Gobierno”, se demandará “directamente al Ministerio, para que un juez le obligue a actuar”, destaca Vega.

La familia de David ha enviado decenas de cartas a las autoridades de los dos países pidiendo que se respetara lo acordado. El entonces presidente de la Sala de lo Penal, Javier Gómez Bermúdez, tomó cartas en el asunto, dictando un oficio en el que recordaba que ya había dejado “meridianamente claro” que EEUU no podía denegar el traslado del condenado a España, incumpliendo así las condiciones de su entrega. Y, añadía que, al no cumplir con la resolución “podrían verse comprometidas futuras extradiciones de España a Estados Unidos”.

El letrado que ha llevado ante la Audiencia la extradición de David, Carlos Gómez Jara, explica a El Confidencial: "Existen precedentes en los que se han suspendido los mecanismos de cooperación judicial internacional, al haber infringido un Estado los principios de reciprocidad y confianza mutua". Uno de ellos se remonta a 2005, cuando el argumento de la reciprocidad (un país entrega sus presos sólo si lo hace también el otro) fue utilizado para no autorizar la extradición de españoles a Alemania cuando este país se negó a entregar Mamoun Darkanzali, sirio alemán reclamado por su presunta vinculación con Al Qaeda.

Según este letrado, "constituiría una decisión perfectamente legítima que la Audiencia Nacional suspendiera las extradiciones a EE.UU. hasta que este último país no diera cumplimiento a las condiciones bajo las cuales se extraditó a David Mendoza”. Estados Unidos garantizó, con una nota verbal a la que ha tenido acceso este diario, que cumpliría las garantías para la entrega. Sin embargo, "esto no le exime de cumplir las condiciones impuestas para extraditar a un ciudadano español".

En las próximas semanas, el caso de David tomará una tercera vía, ya que será llevado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El objetivo es que este organismo inste a España a actuar en este caso, que, reitera la defensa, puede ser un motivo para dificultar las extradiciones a Estados Unidos a nivel europeo. Resumiendo este sentir, David se pregunta: “¿Cómo pueden permitir que otro estado utilice el sistema judicial español para extraditar a un preso pero que, después, no respete lo que este ordena?”.

David Mendoza Herrarte es un perfecto desconocido para la opinión pública española, pero su nombre suena en los pasillos de la Audiencia Nacional desde 2008. Hoy, cinco años después, su caso podría jugar un papel importante en la extradición de Javier Martín-Artajo, el exdirectivo español de JP Morgan reclamado por Estados Unidos por un supuesto delito de fraude fiscal. La Justicia norteamericana incumplió las condiciones que el tribunal español puso al entregar David a Washington, algo que según los expertos supone un importante precedente en el intercambio de presos entre los dos países.

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