Vaso de agua a 10 céntimos: la medida de la crisis en el hospital de Valladolid

Los usuarios del hospital Universitario de Valladolid que pidan un vaso de agua del grifo en la cafetería deberán pagar 10 céntimos de euro. Un usuario del centro médico ha reconocido a El Confidencial que no salía de su “asombro” cuando inspeccionó la factura del desayuno que se tomó en el citado hospital el 30 de julio, tras visitar a un familiar al hospital. “No me dijeron nada hasta que no vi el ticket”: 80 céntimos de euro el café con leche, 90 céntimos por medio bocadillo y 10 céntimos el vaso de agua.

La empresa a la que la Consejería de Salud de Castilla y León adjudicó el concurso para gestionar los servicios de restauración del Hospital Universitario de Valladolid es Serunión. Este diario trató ayer insistentemente de contactar con un portavoz para aclarar desde cuándo se ha incluido en la oferta gastronómica cobrar por los vasos de agua, pero no obtuvo ninguna respuesta. La primera denuncia partió de la página web yometiroalmonte, que ilustraba la noticia con la factura que facilitaba el usuario @ismaelbosch.

Serunión se define a sí misma en su página web como “especialistas en la alimentación de las personas en todos los momentos de su vida”. Además, la página corporativa presume que, desde hace más de 25 años, “las acompañamos cada día, cuidamos de ellas ofreciendo menús equilibrados elaborados por nutricionistas en más de 3.000 centros:guarderías, colegios, universidades, comedores y cafeterías de empresas, administraciones públicas, hospitales, residencias de personas mayores, centros de día…”. Este diario tampoco pudo saber si esta práctica se ha extendido en otros centros públicos o, por el contrario, la “tasa al agua del grifo” solo se paga en el Hospital Universitario de Valladolid.

La compañía atiende a más de 300.000 comensales diariamente y cuenta con un equipo de más de 14.000 profesionales especializados en cada una de sus divisiones. Además del hospital de Valladolid, Serunión se adjudicó a finales de 2011 la gestión de los servicios de restauración del nuevo hospital de Burgos, con 678 camas. Ese contrato incluía la atención a pacientes, empleados y cafetería para el público durante los próximos siete años.