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Los diputados escuchaban a Rajoy con la maleta preparada para irse de vacaciones
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SOLO 44 PARLAMENTARIOS SE QUEDAN AL SEGUNDO PUNTO DEL ORDEN DEL DÍA

Los diputados escuchaban a Rajoy con la maleta preparada para irse de vacaciones

Fue un pleno raro desde que se anunció que la comparecencia del presidente del Gobierno ante el Congreso se celebraría en el Senado el primero de

Foto: Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, José Manuel Margallo y Alberto Ruiz Gallardón (de izq., a dcha.), antes del comienzo del pleno. (EFE)
Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, José Manuel Margallo y Alberto Ruiz Gallardón (de izq., a dcha.), antes del comienzo del pleno. (EFE)

Fue un pleno raro desde que se anunció que la comparecencia del presidente del Gobierno ante el Congreso se celebraría en el Senado el primero de agosto. Cientos de periodistas hicieron cola a primera hora de la mañana a las puertas de la Cámara Alta, en el que rara vez se ha visto con una actividad tan frenética como la de ayer. Muchos diputados parecían que acudían a un hotel, ya que llegaban arrastrando las maletas que certificaban que en unas horas colgaban el cartel de “cerrado por vacaciones”.

Todos acudieron expectantes a escuchar las explicaciones que el presidente del Gobierno quería dar sobre el caso Bárcenas y que resumió en dos palabras: “Me equivoqué”. A partir de ahí, dio forma a su argumentario en el que no faltaron las acusaciones a la oposición de perjudicar la imagen de España en el exterior y de ser unos irresponsables por comprar todas y cada una de las acusaciones que el extesorero del Partido Popular ha lanzado contra su propio partido. Alfredo Pérez Rubalcaba le devolvió la pelota, diciéndole que el único perjuicio para España es la presencia de un presidente del Gobierno que ha tolerado la presencia de Bárcenas, que ha mentido a los españoles y que lo mejor que podría hacer por ellos es “dimitir”.

Desde la barrera de la tribuna de invitados vieron los toros varios secretarios de Estado, algún que otro alcalde -todos los flashes dispararon a Rita Barberá- y más de un senador como María Dolores de Cospedal quien, vestida de blanco impoluto, abandonó la sesión a las once de la mañana sin comentar en ningún corrillo el embiste de su jefe a Rubalcaba. Sí lo hicieron las ministras Ana Pastor y Fátima Báñez, que comentaron el resurgir de Rajoy hacia la una del mediodía en una cafetería tan abarrotada que seis camareros eran insuficientes para atender la demanda. En la mesa de al lado, otros dos ministros, José Manuel Soriay Luis de Guindos, analizaban el debate. Un poco más a la derecha, el equipo parlamentario de UPyD al completo escuchaba la indignación que desprendía Rosa Díez porque Rajoy no le dedicó ni una sola palabra.

Otros parlamentarios menos populares que aprovechaban la intervención de los grupos más pequeños para compartir el último refresco del final de curso, coincidían en que Mariano Rajoy es mejorparlamentario que mitineando. A muchos les asombró la manera con que abordó el caso desde el principio, sin circunloquios y sin dulcificar la intervención con datos económicos. Todos se alegraron de que no eludiera el asunto y fuera directo al grano, lo que les venían pidiendo desde hace meses sus votantes más fielesque ayer volvieron a depositar toda la confianza que parecía haber perdido en el presidente del Gobierno que ya adelantó que no piensa dimitir.

Cerrado por vacaciones

El ambiente que se respiraba ayer en el Senado era el mismo de cada final de cada curso: ganas de que todo acabe para marcharse unos días de vacaciones. El trágico accidente de Santiago el 24 de julio terminóde sumir al país y a sus políticos en un trauma difícilmente superable en esta sesión ordinaria. En los rostros de prácticamente todos los diputados se dibujaban gestos de que la legislatura se había agotado. Como muestra, un botón: las mochilas que circulaban ayer por los pasillos más nobles de la Cámara Alta eran más sospechosas de portar toallas y bañadores que papeles para tomar nota durante el pleno. Mariano Rajoy salió a hombros de una plaza en la que a las 15.00 horas apenas quedaban los restos de la faena. Solo 44 de los 350 diputados aplazaron unas horas sus vacaciones para debatir en ese mismo pleno el segundo punto del orden del día.

Fue un pleno raro desde que se anunció que la comparecencia del presidente del Gobierno ante el Congreso se celebraría en el Senado el primero de agosto. Cientos de periodistas hicieron cola a primera hora de la mañana a las puertas de la Cámara Alta, en el que rara vez se ha visto con una actividad tan frenética como la de ayer. Muchos diputados parecían que acudían a un hotel, ya que llegaban arrastrando las maletas que certificaban que en unas horas colgaban el cartel de “cerrado por vacaciones”.

José Manuel Soria Alfredo Pérez Rubalcaba UPyD
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