Rajoy se pone de perfil y deja a Cospedal la defensa del partido

Reparto de papeles en el Partido Popular para hacer frente a la campaña contra su presidente organizada sobre las declaraciones, papeles y SMS de Luis Bárcenas. Mariano Rajoy se ampara en sus obligaciones institucionales, las reformas y el cuidado de la estabilidad política, y deja a la secretaria general, María Dolores de Cospedal, la defensa del partido y la réplica a las acusaciones del extesorero preso en la cárcel de Soto del Real. El PP lo niega todo y califica de mentiras, calumnias, insidias, chantaje o injurias las historias sobre pagos en dinero negro en la organización. No obstante, reconoce la desazón de sus bases.

Rajoy sigue sin plantearse siquiera dar las explicaciones parlamentarias sobre el caso que le reclama la oposición, ya ocupada en forzar su caída aunque carezca de fuerza y peso en las Cortes para conseguirla. Ayer se limitó a sostener que ya dijo todo lo que tenía que decir en febrero pasado ante su partido y en marzo en el debate sobre el estado de la Nación celebrado en el Congreso. Añadió que un presidente del Gobierno no tiene que estar para salir al paso de "informaciones interesadas" todos los días.

El jefe del Ejecutivo dejó claro que él se va dedicar a lo suyo, su programa de reformas; que no ha admitido ni admitirá el chantaje de su extesorero y que no permitirá que se ponga en peligro al principal virtud de su mayoría absoluta: la estabilidad del Gobierno, algo imprescindible para afrontar los futuros cambios en la estructura del Estado, en el sistema de pensiones o en el mercado laboral. Son los retos de Rajoy para las próximas semanas y en los que se ampara para argumentar que él está para sacar a España de la crisis, no para contestar sobre "este asunto" (las acusaciones de Bárcenas).

Cospedal soportará el peso de la defensa

En el PP saben que la marea de declaraciones, testimonios, papeles y cifras del escándalo no ha hecho más que desatarse, que se va a prolongar hasta inundar la actualidad informativa durante semanas o meses y se niegan a admitir que el caso Bárcenas pueda paralizar la actuación del Gobierno. El rechazo de Rajoy a ocuparse personalmente de la cuestión conlleva que tendrá que ser el partido y en especial su secretaria general, María Dolores de Cospedal, quien lleve el peso de la defensa del grupo. También la número dos del PP se encuentra entre los objetivos predilectos de Bárcenas.

"No tiene la mejor opinión de mí y no me molesta que sea así", comentó Cospedal ante el empeño del extesorero en sostener que cobró una comisión de una contrata en el Ayuntamiento de Toledo (cuando el alcalde era José Manuel Molina) y que esgrima como presunta prueba la firma del gerente del partido en la provincia. Se trata de otra "mentira" que incluye el ingrediente de la ignorancia sobre los trámites que se siguen en el partido, según la secretaria general.

En el Partido Popular insisten en que Rajoy tampoco debe presentar acciones legales contra Bárcenas por ser presidente del Gobierno, mientras que Cospedal ha ampliado ya su demanda contra el extesorero y reclama ahora declarar cuanto antes ante el juez Ruz para desmentir las últimas "calumnias" del Bárcenas, lanzadas en los juzgados. "Con sus mentiras sólo pretende salir indemne del caso Gürtel, que es por lo que dejó de ser tesorero", reiteró la presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha, que fue quien le expulsó. Cospedal aseguró que ella, como Rajoy, tampoco admite el chantaje de nadie porque no tiene nada que ocultar.

Grave problema con las bases del partido

La dirección del PP sí admite que tiene un grave problema con sus bases y, aunque sostiene que no hay razones para que la sociedad esté todo el día en vilo por Bárcenas, reconoce que el malestar de la militancia resulta comprensible porque "son personas trabajadoras, honradas y patriotas" que ven cómo el extesorero echa por tierra su imagen. Cospedal les pide que, pese a todo, no agachen la cabeza.