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Un testaferro de Urdangarin cambia ahora su versión y le deja a los pies de los caballos
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SORRIBAS TAMBIÉN ERA APODERADO DE AIZOON, LA SOCIEDAD COPROPIEDAD DE LA INFANTA CRISTINA

Un testaferro de Urdangarin cambia ahora su versión y le deja a los pies de los caballos

Mario Sorribas, presunto testaferro de Iñaki Urdangarin y mano derecha del duque de Palma en el Instituto Nóos, dejó ayer a los pies de los caballos

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Un testaferro de Urdangarin cambia ahora su versión y le deja a los pies de los caballos

Mario Sorribas, presunto testaferro de Iñaki Urdangarin y mano derecha del duque de Palma en el Instituto Nóos, dejó ayer a los pies de los caballos a su antiguo e íntimo amigo. Sorribas, también imputado en la causa, cambió su versión anterior y declaró al juez José Castro que aquél siguió utilizando la supuesta asociación sin ánimo de lucro para hacer negocios tras abandonarla formalmente en 2006, desmintiendo así el testimonio del propio yerno del Rey, que aseguró que cortó de raíz su vinculación con la entidad cumpliendo órdenes de La Zarzuela.

Según fuentes cercanas a la instrucción del caso Nóos consultadas por El Confidencial, Sorribas ha alcanzado un acuerdo con el fiscal Anticorrupción de Baleares, Pedro Horrach, para colaborar con la justicia a cambio de una rebaja en su condena si finalmente fuera hallado culpable. De ahí que el antiguo empleado de Urdangarin afirmara ayer que la mercantil Aizoon SL, propiedad al 50% del duque de Palma y su esposa, la infanta Cristina de Borbón, sólo tuvo en nómina trabajadores fantasma, lo contrario de lo manifestado siempre por el yerno del Rey.
 

Sorribas, pieza clave en la presunta trama de evasión a paraísos fiscales urdida por Urdangarin y su ex socio, Diego Torres, fue también apoderado de Aizoon durante la etapa en la que el matrimonio residió en Washington con sus cuatro hijos. En sus anteriores declaraciones ante el juez Castro, Sorribas siempre había defendido a Urdangarin y descargado sobre Torres toda la responsabilidad del entramado corrupto montado en torno al Instituto Nóos y sus sociedades satélite.

Ayer, sin embargo, el presunto testaferro de la trama se desdijo por completo de lo afirmado en sus comparecencias previas y dejó en una situación más comprometida si cabe al yerno de don Juan Carlos. El pasado mes de mayo, sin ir más lejos, Sorribas entregó al juez varios correos electrónicos para tratar de demostrar que "resulta fehaciente" que Torres era "quien manda y dispone" en el Instituto Nóos. Según esa versión, Torres fue además "el jefe" de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, sucesora de Nóos y supuestamente utilizada para desviar fondos al extranjero.

Una empresa sin empleados

El ex apoderado de Aizoon, la sociedad que Castro examina ahora con lupa para saber si la infanta Cristina cometió fraude fiscal y blanqueo de capitales, aseguró ayer al juez, al contrario de lo manifestado anteriormente, que Urdangarin siguió al frente del Instituto Nóos después de marzo de 2006, cuando la Casa del Rey supuestamente le conminó a abandonar la entidad que declaraba no tener ánimo de lucro. Y añadió más: Sorribas también dijo que el duque de Palma, y no sólo Torres, dirigió y gestionó los proyectos de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, heredera de Nóos.

Pero la traición del antiguo hombre de confianza de Urdangarin aún fue más allá. Sorribas relató ayer al juez que Aizoon nunca tuvo empleados a su cargo, una versión que, además de contradecir los testimonios del propio duque de Palma y de varios testigos -que aseguraron haber trabajado para esa sociedad realizando encuestas y buscando información en internet-, apuntala la acusación de delito fiscal que pesa sobre el yerno del Rey. El fiscal no sólo le acusa de tres presuntos delitos contra la Hacienda Pública -dos en el IRPF de 2007 y 2008 y otro más en el impuesto de sociedades de 2007-, sino que sostiene que Urdangarin también utilizó Aizoon para engañar al fisco.

Según un informe de la Agencia Tributaria remitido al juez Castro el pasado mes de enero, el duque de Palma cobró más de un millón de euros de seis empresas privadas por supuestas labores de asesoría. Pero facturó esos trabajos a nombre de Aizoon, en vez de hacerlo como un ingreso personal por su actividad laboral. Hacienda concluía en ese informe que Urdangarin usó Aizoon, la sociedad que comparte con la Infanta, "como una sociedad pantalla para ocultar quién era el verdadero perceptor de las retribuciones y disminuir así su tributación en el IRPF, deduciéndose gastos no relacionados con la actividad".

La nueva versión de Sorribas, que declaró a primera hora de ayer ante el juez Castro, refuerza esa imputación y desmonta la defensa de Urdangarin. Su testimonio apuntala los sólidos indicios de que Aizoon no fue más que una sociedad pantalla para defraudar a Hacienda y evadir impuestos, y que los empleados a los que el duque de Palma aseguró haber encargado distintas tareas no eran más que trabajadores fantasma que fueron utilizados como coartada para facturar minutas millonarias a empresas privadas y administraciones públicas.  

Mario Sorribas, presunto testaferro de Iñaki Urdangarin y mano derecha del duque de Palma en el Instituto Nóos, dejó ayer a los pies de los caballos a su antiguo e íntimo amigo. Sorribas, también imputado en la causa, cambió su versión anterior y declaró al juez José Castro que aquél siguió utilizando la supuesta asociación sin ánimo de lucro para hacer negocios tras abandonarla formalmente en 2006, desmintiendo así el testimonio del propio yerno del Rey, que aseguró que cortó de raíz su vinculación con la entidad cumpliendo órdenes de La Zarzuela.

Iñaki Urdangarin