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Las otras meteduras de pata de Antonio Carmona
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ES EL FIRME CANDIDATO A SUCEDER A JAIME LISSAVETZKY EN EL AYUNTAMIENTO DE MADRID

Las otras meteduras de pata de Antonio Carmona

No es la primera vez que Antonio Carmona ha sido preso de sus propias palabras. Ya en 2003, el diputado socialista que esta semana se ha

Foto: Las otras meteduras de pata de Antonio Carmona
Las otras meteduras de pata de Antonio Carmona

No es la primera vez que Antonio Carmona ha sido preso de sus propias palabras. Ya en 2003, el diputado socialista que esta semana se ha visto en el ojo del huracán tras airearse una charla privada con militantes socialistas, se vio forzado a presentar su dimisión en la Asamblea tras ser grabado en una conversación informal, aquella vez con empresarios, donde aseguraba que el hundimiento del Prestige beneficiaba al PSOE. “Vamos sobrados de votos. Y, si es necesario, hundimos otro barco”. Carmona comenzó así su particular calvario pidiendo disculpas y acusándose a sí mismo de haber hecho una broma imperdonable antes de entregar en el registro de la Asamblea su renuncia.

Pese a su retirada de la primera línea de la batalla política en 2003, se volvió a sentar al lado del hombre fuerte del PSM, Tomás Gómez, hace cuatro años, cuando regresó a la ejecutiva regional ante la atónita mirada de sus compañeros. Desde entonces se ha convertido en uno de los rostros más conocidos de su partido y un habitual de las tertulias políticas de televisión. Una carrera meteórica a la sombra del líder de los socialistas madrileños que se ha visto trastocada esta semana, también por un desafortunado comentario ante los afiliados de la agrupación de Chamberí.

Esta vez no solo fue grabado, sin que lo supiera, contando a los afiliados de Chamberí cómo es la relación del PSM con los medios de comunicación. En otro vídeo, subido a Youtube también por el periodista Manuel Moriel Cambres, Carmona afirmaba alegremente que el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, “ha pedido dinero a muchos presidentes de las empresas que cotizan en el Ibex”. Tras el lío, lo matiza o se retracta de todo, pero esta vez ni se le ha pasado por la cabeza abandonar el escaño.

A dos años de las elecciones autonómicas y municipales, el nombre de Antonio Carmona suena cada vez con más fuerza dentro y fuera de su propio partido para sustituir a Jaime Lissaveztky en el cartel que el PSOE presentará en 2015, en un intento de desbancar a los populares de Madrid, tras 20 años de mayorías absolutas ininterrumpidas en la capital.

Carmona eligió el día de San Isidro para postularse

El 15 de mayo, el día en que la encuesta de El País pronosticó un batacazo a Ana Botella y el estancamiento de Jaime Lissavetzky, el diputado autonómico no se postuló, pero dejó claro lo que él cree que debe hacerse: “una alternativa seria y candidatos nuevos”. Los seguidores de Tomás Gómez culpan al propio Lissavetzky de no capitalizar ese derrumbe electoral del PP y optan por presentar otro candidato, una persona más afín a Tomás Gómez, donde encajaría perfectamente Carmona.

El propio Carmona aprovechó la primera encuesta electoral que se ha hecho pública para torpedear a su propio partido. Textualmente escribía en un medio de comunicación con su puño y letra que “si se diera el caso de que apareciera una encuesta municipal en la que se derrumba el PP y el PSOE fuera incapaz de rellenar el vacío que deja la ausencia de un gobierno municipal, significaría que la oposición aún no se ha presentado ante los ciudadanos como alternativa creíble”.

El actual portavoz del PSOE en Madrid, amigo íntimo de Alfredo Pérez Rubalcaba, aterrizó en la capital por deseo expreso de José Luis Rodríguez Zapatero. Tras airearse la charla que mantuvo con los militantes de Chamberí, los más cercanos a Lissavetzky aprovechan para lanzar a Carmona el cuchillo de vuelta. “Ahora dice que no dijo lo que todos hemos visto. Aún quedan dos años, no hay nada decidido, pero este desliz le quita muchos puntos”. 

No es la primera vez que Antonio Carmona ha sido preso de sus propias palabras. Ya en 2003, el diputado socialista que esta semana se ha visto en el ojo del huracán tras airearse una charla privada con militantes socialistas, se vio forzado a presentar su dimisión en la Asamblea tras ser grabado en una conversación informal, aquella vez con empresarios, donde aseguraba que el hundimiento del Prestige beneficiaba al PSOE. “Vamos sobrados de votos. Y, si es necesario, hundimos otro barco”. Carmona comenzó así su particular calvario pidiendo disculpas y acusándose a sí mismo de haber hecho una broma imperdonable antes de entregar en el registro de la Asamblea su renuncia.

José Antonio Griñán