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Guerra ataca a Rajoy, “el hombre dormido”, a Aznar y a Zapatero y sólo salva a Rubalcaba
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ZP DEBERÍA HABER DIMITIDO EN MAYO DE 2010

Guerra ataca a Rajoy, “el hombre dormido”, a Aznar y a Zapatero y sólo salva a Rubalcaba

Quien dijo aquello de que a España no la iba a reconocer ni la madre que la parió cree ahora que, de seguir adelante las reformas

Foto: Guerra ataca a Rajoy, “el hombre dormido”, a Aznar y a Zapatero y sólo salva a Rubalcaba
Guerra ataca a Rajoy, “el hombre dormido”, a Aznar y a Zapatero y sólo salva a Rubalcaba

Quien dijo aquello de que a España no la iba a reconocer ni la madre que la parió cree ahora que, de seguir adelante las reformas y “retrocesos” de Mariano Rajoy, a nuestro país no lo va a reconocer “ni la cámara”. El exvicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, acaba de presentar en Madrid su libro de memorias Una página difícil de arrancar en un acto en el que, en sentido inverso a lo que muchos reclaman, ha vuelto criticar el sistema de listas abiertas.

Guerra ha atacado a las primarias en los partidos por considerar que tendrán más inconvenientes que ventajas. En el acto ha reconocido también que, si hubiera sido él jefe del Ejecutivo cuando Bruselas acordó el primer plan de recortes, en mayo de 2010, habría dimitido y convocado elecciones. “Hubiera dejado claro que no estaba dispuesto a someterme a esa broma. Y quizá hubiera ido mejor”, ha reconocido. “Aquello fue un cambio radical en la política de José Luis Rodríguez Zapatero”.

Para Guerra, aquella medida, tomada en la madrugada del 9 al 10 de mayo de 2010, fue una decisión “muy grave”, que no se debería haber adoptado y que, además, no sólo afectó al Gobierno socialista, sino que también “paralizó” el proyecto europeo “y no sé si acabará con él”, ha afirmado.

A sus 73 años, pocas veces se le oye hablar sobre tantas materias y sin ningún tapujo. Sobre sus años al lado de Felipe González, sobre sus relaciones con él, sobre los escándalos y aciertos de aquella época, pero también de la actualidad. Alfonso Guerra vuelve, pero, en ningún caso, ha dicho, llevado por ninguna veleidad de querer estar otra vez en la primera línea de la política. “Volver, volver como este que salió el otro día en la tele”, en alusión al expresidente José María Aznar, ha confesado, “no se me ocurre”. Eso sí, tampoco ha ahorrado mordaces comentarios sobre el citado Aznar, a quien ha llamado el “hombre de la capa” o sobre el propio Rajoy, a quien considera un presidente “que está dormitando” y al que ni la crisis ha conseguido despertar. “Si no lo despertó ni la secretaria general con aquello de la indemnización en diferido y el salario en simulado, si no lo despertó ni Groucho Marx, quién va a despertar a este hombre. Hay que ver a dónde llegan estos”.

Pero Guerra, que presume de tener mucho cariño popular y algunos enemigos de los que se siente orgulloso, tampoco ahorra críticas hacia algunos agujeros negros de la gestión de Rodríguez Zapatero, como fue el caso del Estatut, que a él le tocó lidiar como presidente de la Comisión Constitucional del Congreso. “Cuando llegó el Plan Ibarretxe, la Cámara dijo que no cabía en la Constitución. Yo pensaba que con el Estatut catalán se haría lo mismo, pero el presidente del Gobierno no estaba en esa actitud”, ha reconocido. “Todo fue un poco disparatado. Si yo hubiera gobernado, la segunda etapa de renovación de los estatutos de autonomía no se hubiera hecho”.

Preguntado sobre la actual deriva soberanista en Cataluña, Guerra ha señalado que la situación se tendrá que reconducir, pero que eso supondrá que la cabeza de Artur Mas penda sobre un hilo. “El final es reconducir lo que está pasando, pero el que lo ha puesto en marcha sabe que, si lo reconduce, su cabeza acabará pendiente de un hilo. Tendrán que reconducir, pero a alguien le costará la cabeza”, ha explicado.

Contrario a las listas abiertas 

El diputado más veterano del Congreso (lleva en él desde la legislatura constituyente) tampoco ahorra críticas a quienes ahora ven como solución a todos los males de la clase política la incorporación de las primarias en los partidos o el sistema de listas abiertas. Guerra ha sido, tradicionalmente, muy reacio a estas medidas y este lunes ha explicado el porqué. A su juicio, porque una listas abiertas no funcionarán, producirán “una batalla interna terrible” en los partidos y generarán más clientelismo por parte de los diputados.

“No soy partidario de las listas abiertas; ya sé que todo el mundo en España opina lo contrario y que lo van a hacer, pero mi opinión es que no es conveniente y que se arrepentirán cuando lo hagan”. Según ha explicado, como ya comprobó él mismo en Italia, con listas abiertas cada candidato a diputado “necesita una campaña propia y, por tanto, un patrono propio”, lo que no repercutirá en una política mejor para los ciudadanos. Sobre las primarias, que el PSOE quiere regular por ley para todos los partidos, ha opinado que “no son lo más democrático, como la gente piensa”, sino que conducen al “cesarismo, porque el señor que sale elegido como gran líder dice: 'El programa lo hago yo y la lista la hago yo'".

No es serio plantearse el relevo de Rubalcaba

El presidente de la Fundación Pablo Iglesias del PSOE no considera tampoco que sea “serio” que en el PSOE se estén planteando el relevo de su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, un año después de ganar el Congreso Federal y cree que el partido se equivoca mirándose a sí mismo. Para él, esos intentos son una “frivolidad”.

A su juicio, el partido necesita recuperar la confianza de los ciudadanos con un programa orientado a los ciudadanos y en el que se  imponga “la claridad”, y no entiende que el PSOE siga mirándose a sí mismo y que, al año siguiente del congreso federal que dio el liderazgo del partido a Rubalcaba, ahora se estén planteando relevarle. “El partido tiene que ser muy claro en todo; las ambigüedades con el electorado de izquierdas no funcionan para nada. En la izquierda la claridad es muy importante y a veces no se ha tenido suficiente claridad”, ha criticado.

Guerra, que ha sido cuestionado sobre múltiples asuntos de la actualidad, también ha opinado sobre la situación que atraviesa la Monarquía, institución a la que defiende, entre otras cosas, porque entre el Rey y “el tío de la capa”, en alusión a Aznar, se queda con don Juan Carlos. “Entre uno y otro lo tengo clarísimo”.

No obstante, ha reconocido que la Monarquía atraviesa un momento difícil, pero no porque esta haya faltado a sus funciones, sino porque una persona ajena a la institución (Iñaki Urdangarin) “parece que no se comporta como debería”, aunque se ha mostrado cauto hasta que no haya una decisión judicial sobre el caso Nóos.

Quien dijo aquello de que a España no la iba a reconocer ni la madre que la parió cree ahora que, de seguir adelante las reformas y “retrocesos” de Mariano Rajoy, a nuestro país no lo va a reconocer “ni la cámara”. El exvicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, acaba de presentar en Madrid su libro de memorias Una página difícil de arrancar en un acto en el que, en sentido inverso a lo que muchos reclaman, ha vuelto criticar el sistema de listas abiertas.

Alfredo Pérez Rubalcaba José María Aznar Botella Alfonso Guerra