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Elecciones 2015: Génova allana la vía a González y duda de Botella
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EXHIBICIÓN DE APOYO AL DELFÍN DE AGUIRRE

Elecciones 2015: Génova allana la vía a González y duda de Botella

Desde el 17 de septiembre, cuando se convirtió en presidente de la Comunidad de Madrid tras la repentina dimisión de Esperanza Aguirre, Ignacio González no se había

Desde el 17 de septiembre, cuando se convirtió en presidente de la Comunidad de Madrid tras la de Esperanza Aguirre, Ignacio González no se había visto tan respaldado por el Partido Popular como ayer. Ante las , la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la secretaria general, María Dolores de Cospedal, González se desmarcó de la última propuesta de su mentora, Esperanza Aguirre, que ayer volvió a poner en jaque a los suyos cuando publicó en un medio de comunicación que ella apuesta por las elecciones internas en los partidos. Su nueva ofensiva la ha lanzado apenas unos días después de que Arantza Quiroga fuera elegida ‘a dedo’ sucesora de Antonio Basagoiti en la presidencia del PP vasco. “Provocan un caos enorme dentro de las organizaciones”, criticó González delante, incluso, de la propia Aguirre.

La presencia en el Foro ABC-Deloitte que se celebró ayer en el Casino de Madrid del tándem Cospedal-Santamaría ha sido interpretada como un acercamiento entre Génova y el sucesor de Esperanza Aguirre en la Real Casa de Correos, que carece del carisma personal de su mentora y apenas despierta simpatías en el seno del PP. De hecho, Mariano Rajoy impidió que González fuese elegido presidente de Caja Madrid cuando se desató la lucha por el control de la entidad, que finalmente recayó en las manos de Rodrigo Rato.

La enemistad con el núcleo duro del PP se la ganó cuando lideró la ofensiva que el PP de Madrid lanzó contra Rajoy cuando este fue reelegido secretario general en el Congreso de Valencia en 2008. Que Aguirre lo nombrase como tal en 2011 supuso refozar su figura ante cualquier intento de desestabilización. En ese momento, como la propia Aguirre ha admitido, ya pensaba en designarle como su sucesor.

Fue ayer cuando obtuvo el respaldo generalizado del partido, en un intento de apaciguar las quinielas que ya se empiezan a hacer sobre quién será el candidato del PP para las elecciones autonómicas de 2015. “Hace año y medio España no tenía ni Gobierno ni futuro, crédito ni credibilidad. Estábamos a punto del rescate. Se han puesto en marcha reformas que deberían haberse hecho en dos legislaturas para ser una nación creíble. Estamos recuperando el prestigio perdido”, reconoció ayer González, a quien le bromearon diciendo si se había convertido en el “político revelación” por el gran respaldo que tuvo su intervención. Cerraron filas en torno al candidato del PP de Madrid pesos pesados del partido como Javier Arenas, Carlos Floriano, Esteban González Pons y Jesús Posada.

Estuvieron presentes, aunque no revueltas, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y una de las candidatas firmes a sucederla, la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes. Ignacio González optó también por desmarcarse cuando El Confidencial le preguntó por quién sería su candidata perfecta a ocupar la presidencia del Palacio de Cibeles en 2015: si Botella, Cifuentes o su propia antecesora, a quien tampoco descartan que dé la batalla por el Ayuntamiento, si es que las encuestas evidencian una hecatombe para el partido en Madrid. “Es el momento de trabajar, no de hablar de sucesiones”, zanjó.

Comunidad y ayuntamiento, el mismo destino

González sabe que la batalla de Ana Botella es, en parte, la suya propia. La suerte o la desgracia de la esposa de José María Aznar de cara a la reelección se medirá, en gran parte, el 7 de septiembre, cuando se anuncie desde Buenos Aires si Con los Juegos ganados, el mandato que comenzaría en 2015 sería un manjar: grandes inversiones, inauguraciones justo antes de unas elecciones que sería muy difícil que no ganase el mismo alcalde.

Si Estambul o Tokio arrebataran a Madrid el sueño olímpico, se llevarían también por delante las pretensiones políticas de Botella, que en público prefiere no entrar a valorar su propia sucesión, que está más viva que nunca en el seno del PP de Madrid. Su pésima gestión de la crisis del Madrid Arena, unida a la de lujo a Portugal el mismo fin de semana que murieron cinco jóvenes en un pabellón municipal rompieron los puentes entre Cibeles y Génova. Desde entonces, Botella se limita a “trabajar por el bien de los madrileños”, como no se cansa de repetir cada vez que se le pregunta, sin entrar a valorar las quinielas que se hacen para sucederla. Si las encuestas en Madrid no son tan malas como las pintan, será Botella la que decida si quiere o no ser la cabeza de lista en las futura lucha por la alcaldía de Madrid.