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"Movilidad exterior" y otros eufemismos de políticos en apuros
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EL MIEDO A LLAMAR LAS COSAS POR SU NOMBRE LES EMPUJA A HACER EL RIDÍCULO

"Movilidad exterior" y otros eufemismos de políticos en apuros

"Movilidad exterior". Dícese de la emigración juvenil forzosa o fuga de cerebros por culpa de la crisis, según Fátima Báñez. La ministra de Empleo ha sido la

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"Movilidad exterior" y otros eufemismos de políticos en apuros

"Movilidad exterior". Dícese de la emigración juvenil forzosa o fuga de cerebros por culpa de la crisis, según Fátima Báñez. La ministra de Empleo ha sido la última en tirar de neologismos eufemísticos para evitar llamar las cosas por su nombre. La crisis ha disparado su uso entre la clase política, que ha encontrado en ellos la herramienta con la que intentan suavizar las consecuencias de la recesión, aunque a veces su uso resulte contraproducente.

La cara más cruda de la situación económica que vive España es la de los seis millones de parados, de los que el 25% son jóvenes. La cifra ha empujado al exilio forzoso a miles de jóvenes de la denominada como generación más preparada de la historia. Marta Avilés tiene 27 años, es politóloga especializada en comunicación política y también emigrante. Vive en Leeds (Reino Unido) desde hace ocho meses, donde trabaja como au pair a la espera de una oportunidad laboral en España. "Mi primera opción nunca ha sido tener que marcharme al extranjero. Si me he ido ha sido obligada por la ausencia de oportunidades laborales en España. Soy una emigrante forzosa", aclara. 

Su análisis como parada tiene la misma contundencia que su reflexión como politóloga: "A estas alturas, después de más de cuatro años de descalabro económico, la ciudadanía espera de sus políticos honestidad, tanto en su discurso como en sus medidas, como evidencian los sondeos de opinión y las protestas en la calle". 

"Movilidad exterior". Dícese de la emigración juvenil forzosa o fuga de cerebros por culpa de la crisis, según Fátima Báñez. La ministra de Empleo ha sido la última en tirar de neologismos eufemísticos para evitar llamar las cosas por su nombre. La crisis ha disparado su uso entre la clase política, que ha encontrado en ellos la herramienta con la que intentan suavizar las consecuencias de la recesión, aunque a veces su uso resulte contraproducente.