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Yolanda Barcina: “La izquierda abertzale hará un brindis si pierdo en el Congreso de mi partido”
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UNA CANDIDATURA RIVAL LE DISPUTA EL LIDERAZGO DEL PARTIDO ESTE DOMINGO

Yolanda Barcina: “La izquierda abertzale hará un brindis si pierdo en el Congreso de mi partido”

El futuro político de la Comunidad Foral de Navarra está en juego este domingo pendiente de lo que suceda en el congreso interno de Unión del

Foto: Yolanda Barcina: “La izquierda abertzale hará un brindis si pierdo en el Congreso de mi partido”
Yolanda Barcina: “La izquierda abertzale hará un brindis si pierdo en el Congreso de mi partido”

El futuro político de la Comunidad Foral de Navarra está en juego este domingo pendiente de lo que suceda en el congreso interno de Unión del Pueblo Navarro. A la presidenta Yolanda Barcina le ha surgido una fuerte contestación interna que, estructurada en torno a la candidatura de Alberto Catalán, presidente del Parlamento regional, puede desestabilizar si gana la gobernabilidad del Ejecutivo Foral, ya de por sí maltrecho al encontrarse en minoría y con toda la oposición en frente. Un problema más que se une al escándalo de las dietas de la CAN y que ha obligado a Yolanda Barcina y a otros políticos navarros a devolver su cuantía y a pedir perdón públicamente. Demasiados frentes abiertos, en su opinión, como para que su partido le retire ahora su apoyo eligiendo a un nuevo líder y deje en bandeja a la izquierda abertzale el brindis de la victoria. Así lo creía este viernes cuando habló con El Confidencial.

En parte, si ha crecido la candidatura alternativa  encabezada por Alberto Catalán es porque hay quien le reprocha en el partido que no haya visitado más las agrupaciones locales o no les haya prestado suficiente atención.¿Qué lección ha aprendido de esta crisis interna?

Tradicionalmente, la organización del partido, según los estatutos, no es competencia del presidente. Los anteriores presidentes no iban más que yo a los sitios. Esto es un tema de equipo. Sí que entiendo que hay que darle un nuevo impulso a nuestro partido en estos momentos, pero  el partido, al igual que a mí, había elegido a un vicepresidente, a un secretario general y a un secretario de organización. Yo considero que la responsabilidad es de todos. Lo que he aprendido es que, quizá, hay que supervisar más la tarea de los equipos y estar más coordinados para, de verdad, atender muy bien al afiliado. De todos modos en estos momentos, con la dificultad que es tener dos candidaturas, me he encontrado con un equipo de personas que de verdad se ha involucrado muchísimo y con las que creo que se puede dar una vuelta a esta estructura tradicional del partido, que desde hace tantos años estaba con una metodología de funcionamiento un poco antigua. Creo que, ahora, la verdadera renovación está con mi candidatura. 

¿Está siendo desleal con usted el expresidente del Gobierno navarro, Miguel Sanz, a quien muchos sitúan detrás de los pasos de Alberto Catalán?

Bueno, Alberto Catalán comentó que le parecía importante que viniese a mediar entre nosotros y a mí me pareció bien. Lo que no cabe duda es que en el último Consejo Político que tuvimos, que fue bastante tenso –ojalá no hubiéramos tenido un Consejo de estas características- se vio que él, en ese momento, ya era de parte. De parte de Alberto Catalán. 

¿Si pierde el congreso convocará elecciones en la Comunidad Foral?

Lo que he dicho es que unas elecciones anticipadas no le vienen bien a Navarra en este momento.  Soy una gran defensora de que en Navarra no haya elecciones y, en ese sentido, hago mías también las palabras que dijo el secretario general del Partido Socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando que dijo que Navarra no necesita unas elecciones anticipadas y que tenemos que buscar estabilidad entre los partidos que, tradicionalmente, la hemos proporcionado. Yo lo que sí digo es que el Gobierno, en estos momentos,  está muy débil. Por la crisis económica, por tener minoría en el Parlamento, por toda la situación que estamos viviendo de extremada dificultad… Y que a la debilidad de un Gobierno le sumaría muchísimas dificultades que no coincida el liderazgo entre el partido y el Gobierno. Eso, obviamente, no es bueno para el Gobierno de Navarra.

¿No cree que todos estos escándalos y divisiones están dando alas a la izquierda abertzale y a los nacionalistas para hacerse con el Gobierno de Navarra?

Le está dando alas a toda la oposición, que viene pidiendo mi dimisión  desde hace mucho tiempo. Cualquier debilidad para el Gobierno de Navarra es fortaleza para ellos y yo lo que estoy pidiendo es más fortaleza para el Gobierno a través del partido. La pregunta que nos podemos hacer todos es cómo brindará mejor la izquierda abertzale el domingo, si gana o pierde quién. Tengo claro el brindis que van a hacer si pierdo yo.

No dice abiertamente que convocará elecciones, pero es su carta para presionar a los militantes para que no voten a su rival…

Si gana Alberto Catalán van a provocar más dificultad y más inestabilidad, pero sigo diciendo que convocar unas elecciones en estos momentos no sería bueno para Navarra.

Su rival sostiene, en cambio, que su candidatura es para apoyarle y no para debilitarle…

Para ayudar a alguien lo primero que hay que hacer es preguntarle cómo puedes ayudar. Lo que no cabe duda es que desde que se habló de la candidatura de Alberto Catalán en diciembre el Gobierno todavía está más débil. A mí me suelen gustar más los hechos que las palabras, y de lo que no tengo duda es de que la candidatura de Alberto Catalán no ha fortalecido al Gobierno ni a mi liderazgo como presidenta.

Hubo un momento en el que ambos estuvieron a punto de cerrar un pacto por el que se repartían el control de Gobierno y partido. ¿Qué ocurrió para que ese acuerdo se rompiese?

Han sido declaraciones en las que yo, después de ser la presidenta que más competencias cedía en la historia de nuestro partido, no me sentía apoyada en la gestión del Gobierno ni del partido por quien había sido vicepresidente de la formación. Dije  que había que limar asperezas y mientras estábamos limando asperezas él decidió presentarse como candidato. Justo antes de las candidaturas yo le seguí ofreciendo delegarle competencias y que el secretario general lo eligiese el afiliado, que yo no quería imponer a nadie. Él considera, en cambio, que hay una persona que para él es la mejor candidata a ese puesto y luego hay un grupo mayoritario de alcaldes en  nuestro partido que proponen otro secretario general que a mí me parece el mejor.

También le dije que igual que él no se presentó hace cuatro años a la presidencia del partido, ahora tampoco consideraba que era el momento oportuno pero que, si quería, le firmaba que dentro de cuatro años yo no me volvería a presentar y que, si quería, lo hacíamos público y que él contaría entonces con todo mi apoyo. Eso es todo lo que le ofrecí y no sé por qué a él eso no le pareció suficiente.


Alberto Catalán se presenta como el hombre que podría volver a rehacer el pacto de Gobierno con el PSOE que saltó por los aires hace un año. ¿El PSOE pide su cabeza para rehacer la coalición?

El Gobierno de coalición es muy complicado por reacciones en aquel momento del secretario general de los socialistas navarros que hacía oposición y gobierno dentro y, al final, ese gobierno no funciona. Pero seguimos buscando acuerdos con ellos, como digo que ha manifestado el señor Rubalcaba. Yo creo que si todos remamos en la misma dirección se podrían llegar a acuerdos. La primera en llegar a acuerdos en el PSOE, en el Ayuntamiento de Pamplona he sido yo cuando era alcaldesa. Se puede y se debe tener acuerdos con el PSOE pero ayudando entre todos.

¿El PSOE se ha dirigido a Miguel Sanz como interlocutor para decirle que con él y con Alberto son capaces de entenderse pero que usted no puede?

Eso se lo tienen que preguntar a ellos. Lo que no cabe duda es que si el Partido Socialista es quien decide lo que tiene que hacer UPN en todo: en las elecciones generales, en los candidatos, en la política que hay que hacer… Pues hombre, igual lo que hay que hacer es cambiar la sede. Yo lo que quiero es un partido fuerte, que defienda sus ideas y sus convicciones sin complejos y que llegue a acuerdos con el Partido Socialista desde la fortaleza de UPN.

¿Cuál es la razón de fondo de ese divorcio tan sonoro entre usted y Miguel Sanz?

Creo que quizás alguien puede pensar que tu sustituto va a hacer lo que tú harías. Yo creo que ninguna persona repetimos lo mismo o hacemos las mismas actuaciones. A mí me ha sustituido Enrique Maya en el Ayuntamiento y yo entiendo que él tome sus propias decisiones.  Cada uno es diferente y, quizá, Miguel Sanz pensaba que yo iba a hacer exactamente lo mismo que él hacía o pensaba. Quizás ahí esté el error, pero cada uno tomamos nuestras propias decisiones, aceptadas o equivocadas. 

 ¿Le preocupa el camino que pueda llevar el Caso Banca Cívica en la Audiencia Nacional?

Iremos viendo cómo evoluciona este contencioso. En as últimas decisiones que se tomaron en Caja Navarra respecto de Banca Cívica los políticos ya no teníamos responsabilidades ejecutivas porque estábamos, precisamente, en esa junta de fundadores, que no tomaba decisiones ejecutivas sino que veía informes no vinculantes. Yo lo que puedo decir es que la única denuncia que ha habido contra mí en los tribunales por una inversión particular porque dijeron que tenía información privilegiada, la fiscalía lo ha archivado. El fiscal ha dicho que no he actuado nunca con  información privilegiada porque ese producto que yo adquirí ya estaba dos meses antes en el Diario de Navarra ofrecido a todos los navarros.

Las dietas de la CAN venían a complementar los sueldos de los cargos públicos. Está bien que ahora entonen el 'mea culpa' pero, ¿cree que al ciudadano le parece suficiente esta reacción?

Las dietas formaban parte de la tradición en Navarra. Todos los presidentes del Gobierno de Navarra han cobrado de Caja Navarra un complemento a su sueldo y la mayoría de los consejeros. Sí que era conocido que se cobraban unas dietas y eran públicas las cuantías. Ahora sí que entiendo que choquen más en este momento y en esta situación. También es cierto que a los cuatro meses de ser presidenta yo suspendí cualquier vinculación con Caja Navarra, no solo en la Permanente en la propia Junta de Entidades Fundadoras, porque pensaba que había que cambiar las cosas y que lo que debía tener Navarra es un sueldo único, público y en el boletín. Ya no solo con la caja, sino también con sociedades públicas porque también era tradicional que los cargos públicos cobrasen dietas de sociedades públicas.

¿Cuánto gana la presidenta del Gobierno de Navarra?

En estos momentos, según el Boletín Oficial, 92.000 euros. El año pasado menos porque no tuvimos la extraordinaria, al igual que el resto de los funcionarios.

¿Tiene la sensación de que Navarra asiste a un fin de ciclo con la caja desaparecida, con la pérdida de Navarra como modelo de gestión y prosperidad económica frente al resto de España y ante el avance cada vez más importante de las fuerzas nacionalistas?

Tengo la sensación de que estamos en uno de los momentos más complicados de nuestra democracia, que los nacionalistas están crecidos y que, o reaccionamos nosotros reconociendo los errores y actuando de otra manera a partir de ahora, o les podremos facilitar ese cambio de ciclo. Yo voy a esforzarme en intentar que no sea así.

¿Se imagina a la izquierda abertzale gobernando en Navarra?

No quiero ni tener esa pesadilla.

El futuro político de la Comunidad Foral de Navarra está en juego este domingo pendiente de lo que suceda en el congreso interno de Unión del Pueblo Navarro. A la presidenta Yolanda Barcina le ha surgido una fuerte contestación interna que, estructurada en torno a la candidatura de Alberto Catalán, presidente del Parlamento regional, puede desestabilizar si gana la gobernabilidad del Ejecutivo Foral, ya de por sí maltrecho al encontrarse en minoría y con toda la oposición en frente. Un problema más que se une al escándalo de las dietas de la CAN y que ha obligado a Yolanda Barcina y a otros políticos navarros a devolver su cuantía y a pedir perdón públicamente. Demasiados frentes abiertos, en su opinión, como para que su partido le retire ahora su apoyo eligiendo a un nuevo líder y deje en bandeja a la izquierda abertzale el brindis de la victoria. Así lo creía este viernes cuando habló con El Confidencial.