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Los registradores desatascan Justicia: regularizan la situación de 277.000 extranjeros en tres meses
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ALGUNAS PETICIONES LLEVABAN TRES AÑOS DE RETRASO

Los registradores desatascan Justicia: regularizan la situación de 277.000 extranjeros en tres meses

Desatascados. Los registradores de España han conseguido lo que no pudo el ministerio de Justicia: descongestionar la tramitación de estas solicitudes, que ascendían a 450.000 y

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Los registradores desatascan Justicia: regularizan la situación de 277.000 extranjeros en tres meses

Desatascados. Los registradores de España han conseguido lo que no pudo el ministerio de Justicia: descongestionar la tramitación de estas solicitudes, que ascendían a 450.000 y algunas llevaban de retraso más de tres años. Alberto Ruiz Gallardón encargó en junio a los registradores hacerse cargo de estas solicitudes que llevaban un atraso de años para que los afectados pudieran ejercer cuanto antes derechos fundamentales como el derecho a voto, la reagrupación familiar o la libertad de movimiento.

Cuando el ministro de Justicia traspasó todos los documentos acumulados a los registradores, lo primero que hicieron fue digitalizar la documentación y transformarla en archivos electrónicos. En solo tres meses les ha dado tiempo a tramitar más de 277.000 expedientes, el 83% de los recibidos, un record absoluto. En menos un mes, si se cumplen las previsiones que maneja el presidente del Colegio de Registradores, Alfonso Candau, estarán al corriente todos los expedientes acumulados.

El siguiente paso será devolver a Justicia el informe con la concesión o denegación de la nacionalidad. El ministerio será el que, definitivamente, conceda la ciudadanía española. Pese a la rapidez con la que se han tramitado los expedientes, el porcentaje de propuestas de denegación de la nacionalidad al no cumplir con los requisitos se ha multiplicado por cinco. El ministro de Justicia ha pedido al colegio de Registradores ampliar la encomienda de nacionalidad, al menos, para todo 2013.

El retraso en la tramitación de los expedientes de nacionalidad motivó, junto con el funcionamiento del Registro Civil, un elevado porcentaje de las reclamaciones y quejas presentadas ante el Consejo General del Poder Judicial y la Oficina del Defensor del Pueblo. Los afectados tampoco podían disfrutar de servicios sociales como ecuación y sanidad, de los que únicamente disfrutan como residentes legales.

El ministerio de Justicia reconoció que en los últimos años se había producido un “notable” incremento en el flujo de llegada de los inmigrantes, muchos de los cuales habían ejercido su derecho a solicitar y obtener la nacionalidad española. El efecto que provocó la llegada masiva de extranjeros a España fue el culpable del atasco en la resolución de las peticiones por parte del ministerio de Justicia, hoy resueltas por los registradores.

Ecuador, el país líder en expedientes regularizados

Hasta el momento, Ecuador es el país que más expedientes de nacionalidad ha regularizado, con 37.873 solicitudes resueltas favorablemente. Los registradores han resuelto más de 33.000 peticiones de colombianos, 19.333 peruanos, 16.849 bolivianos y más de 5.000 venezolanos. Aproximadamente un 15% de las solicitudes presentadas fueron denegadas.

Si con los medios del Ministerio se resolvían anualmente 120.000 expedientes, los registradores han conseguido acelerar el trámite hasta las 4.000 resoluciones diarias. Los registradores asumieron esta competencia sin ninguna contrapartida económica. El propio ministro de Justicia calificó como de “importantísima” esta disposición en un “momento de necesidad” para la propia Administración.

Desatascados. Los registradores de España han conseguido lo que no pudo el ministerio de Justicia: descongestionar la tramitación de estas solicitudes, que ascendían a 450.000 y algunas llevaban de retraso más de tres años. Alberto Ruiz Gallardón encargó en junio a los registradores hacerse cargo de estas solicitudes que llevaban un atraso de años para que los afectados pudieran ejercer cuanto antes derechos fundamentales como el derecho a voto, la reagrupación familiar o la libertad de movimiento.