Rajoy a Rubalcaba: "Yo no pido su dimisión, ya se lo piden dentro y a mí no me interesa"

El 'mano a mano' entre el presidente del Gobierno y Alfredo Pérez Rubalcaba ha transcurrido con los habituales ataques personales, tan apreciados entre los grupos parlamentarios para medir el grado de reflejos de sus jefes. Como el secretario general del PSOE llegaba con el último cartucho gastado (pedir la salida de Rajoy), el jefe del Ejecutivo se ha aprovechado: "Yo no he pedido su dimisión. No me interesa". Con esa frase, el presidente del Gobierno venía a certificar que se daba por ganador en el debate.

Rajoy empezó por ironizar sobre los problemas que iba a tener para replicar el primer discurso de Rubalcaba dado el "desorden" observado en el mismo. Luego repasó las ofertas de acuerdo que había hecho al PSOE en lo que va de legislatura sin conseguir acercamiento alguno, comentó que comprendía el rechazo porque eran medidas y reformas que el anterior Ejecutivo se habían negado a acometer. "Destruir es muy fácil, construir mucho más complicado", remachó.

Sobre los recortes y ahorros en materia de sanidad, el presidente del Gobierno destacó que se había encontrado con una deuda de 16.000 millones de euros y que la Comunidad autónoma en peor situación era Andalucía. Ya en materia de corrupción, Rajoy sacó a relucir el caso Filesa: "de momento mi partido no ha sido condenado por financiación ilegal, el suyo sí". Los diputados del PP aplaudieron por enésima vez.

Sobre la exigencia de dimisión por el caso Bárcenas que repite Rubalcaba, el jefe del Ejecutivo recurrió otra vez a la ironía: "Yo no voy a pedir la suya porque a usted ya se la piden desde dentro". En ese punto, Rajoy dejó claro que a él le había elegido los españoles para gobernar cuatro años, que lo va a hacer y que afrontará la crisis hasta "sacar a España adelante". 

El jefe del principal partido de la oposición replicó después con el drama de los comedores sociales ("vuelva a ver cómo están, señor Rajoy") y se molestó con las continuas alusiones del presidente del Gobierno al Ejecutivo anterior como responsable de la ruina del país. "Reclamo el derecho a rectificar", gritó Rubalcaba para romper con el pasado de Zapatero en el Gobierno. Se refería a la reforma fiscal o la de la ley hipotecaria que los socialistas no acometieron y ahora plantean en los términos más radicales. En ese punto de desmarcarse del zapaterismo fue en el que Rubalcaba obtuvo los mayores aplausos de su grupo.

De vuelta al asunto de la corrupción, el secretario general presumió de que con Filesa el PSOE "aprendió para toda la vida" mientras que en el PP, con el caso Naseiro, archivado, anidó el problema que se encuentran ahora con Bárcenas.

Rajoy dio por despachado a Rubalcaba con otra ironía sobre las exigencias de dimisión por el escándalo del ex tesorero: "Yo no he pedido su dimisión. No me interesa".Pese a los ataques del jefe de la oposición, el presidente del Gobierno tendió la mano al dirigente socialista, pero para dejarle en evidencia: "No sé si está en condiciones de hablar, pero yo sí me brindo para los acuerdos".