La exnovia de Jordi Pujol a Sanchez-Camacho: "Me lié con él porque es bueno en la cama"

El 7 de julio de 2010, cuando la presidenta del Partido Popular de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, y María Victoria Álvarez, exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, se sentaron en la mesa del restaurante barcelonés La Camarga, poco podían imaginar que el inocente florero que había puesto encima de la mesa un solícito camarero contenía un micrófono oculto que grabaría toda su conversación.

Las dos comensales comenzaron la reunión de forma distendida. Sánchez-Camacho rompió el hielo relatando que acababa de ver una campaña de publicidad en la que el PP se servía de Manolo Escobar para cantar la canción Mi curro me lo robaron, en la que aparecían como palmeros José Montilla, Josep Lluís Carod-Rovira y Joan Saura, es decir, los líderes de las tres formaciones (PSC, ERC e ICV) que sustentaban el Tripartito catalán. No hay que olvidar que dos meses más tarde se celebrarían elecciones autonómicas, en las que estaba en juego la presidencia de la Generalitat y si CiU sería capaz de desbancar a los socialistas. El PP jugaba a intentar ser la oposición a CiU poniendo en el mismo saco a los otros tres oponentes.

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Poco después de comenzar la conversación, la dirigente popular pasa al ataque y pregunta a Álvarez el porqué de su relación con Jordi Pujol Ferrusola. “Porque es bueno en la cama”, le espeta Vicky (así aparece su nombre en el informe que se hizo del asunto y que está siendo investigado por la Policía). A partir de ahí, ambas mujeres alternan sus asuntos personales con los profesionales.

La exnovia de Pujol relata a Camacho que había conocido al hijo de Jordi Pujol en abril de 2007. “Le conozco... divertido, inteligente... vamos a un restaurante... vamos de viaje, conozco a sus socios... no se esconde de nada ni de nadie”, cuenta. Después, hablan con “comentarios banales” de cirugía plástica, “si llevan o no botox, del dentista, etcétera. Alicia se echa flores, cepilla a Piqué (Josep Piqué, presidente del Círculo de Economía y exministro del PP). Hablan de arreglar España con el PP...”, señala el informe.

En ocasiones, la conversación degenera en terrenos muy privados. Victoria cuenta las artes amatorias de su exnovio y las verdaderas hazañas que realiza en la cama. “Con sus 52 años, funciona de puta madre”, dice en un determinado momento. La líder popular llama desde el mismo restaurante “a una echadora de cartas que se llama Martita y le pide que le recuerde un tema que le contó de Jordi Pujol, que se colgó de una tal Rosa P., una mujer que se encontró en un palco del Liceo y le empezó a mandar poesías por la noche. Terminó la relación hace un año más o menos. Quedan que Alicia monta algo en su casa de picoteo y que ella llevará las cartas y las tirará. Vicky dice que ése era Josep Pujol, que es un pichaloca y que a ella le tiró los trastos y que el del Liceo y la poesía es Josep”.

La web de "gente pija muy elitista"

Acto seguido, Sánchez-Camacho le hace una confidencia muy personal e irreproducible y añade también que le tiran los trastos “tíos de otros partidos”. Pero, puestas en confidencias, la exnovia de Pujol Ferrusola le cuenta una terrible anéctoda: en la web Small World, de “gente afín y pija muy elitista”, chateó con los dos hermanos. En una ocasión, Josep la tomó por otra persona. “Ella le dijo quién era y que parara esa conversación, que era amiga de su hermano. Josep le dijo que destruyera el mail y empezó a tirarle los trastos por SMS. Dice que el Josep es un pichaloca...”, narra el informe.

Ambas mujeres también tuvieron tiempo para comentar cuestiones de moda. Sánchez-Camacho le explica que acude con frecuencia a una tienda look vintage en el barrio del Borne, donde se compró un bolso de cocodrilo de más de 900 euros y otro de Celine de más de 300, pero que también tiene que recoger otro “de cocodrilo negro”, porque es una forofa de los bolsos. Y hablan de la revista Hola, donde la dirigente popular ha salido. También de que ha vendido su piso en el barrio de la Bonanova de Barcelona (la zona alta de la ciudad) para comprarse otro en la céntrica esquina de Paseo de Gracia con Aragón, de más de 100 metros cuadrados, al lado de la casa Batlló, que ha decorado “con muebles antiguos traídos de Estados Unidos”.

La presidenta del PP le explica, además, que se ha montado un foro llamado Temps de Dones (Tiempo de mujeres), y que ese mismo día habrá un acto de apoyo a mujeres candidatas en Casa Fuster, convocada por María José García Cuevas, y de la mala suerte que supone que, a la misma hora, esté prevista la retransmisión de un partido de fútbol.

También hablan sobre cómo puede colaborar Vicky con el PP y Sánchez-Camacho le propone que “lo primero es que venga a presentar el tema de su negocio. También le presentará a la gente de la plataforma de mujeres y que se meta ahí porque todas son muy inteligentes y Vicky podría moverse para captar a mujeres en Barcelona de clase media alta”.

Sánchez-Camacho le explica, asimismo, que “el problema es que en Cataluña todas las complicidades las tiene Convergència y, en Barcelona, ella no tiene mano porque es de Blanes y en ese aspecto es donde ella puede colaborar, atrayendo a gente de clase media-alta”. En ese momento, y por tercera vez, Vicky insiste en llevarla al Nuva, un restaurante de la zona alta, cerca de la plaza Francesc Macià y del Turó Park, “que tiene una gran terraza y va gente de su edad”, dice el informe. Ambas mujeres se citaron para ir al nuevo local de moda el jueves siguiente.