Asturias firma un pacto global para dedicar 175 millones de euros a crear empleo

El desmesurado crecimiento del desempleo en Asturias, cuyos últimos datos registran un número de parados superior a los 107.000, ha obligado a los agentes sociales y al Gobierno autonómico a poner toda la carne en el asador para tratar de mitigar esta sangría. Este sábado firmaron un acuerdo de concertación, denominado Acuerdo por el Empleo y el Progreso de Asturias (AEPA), de vigencia trianual y una dotación presupuestaria de 2.279 millones de euros, en el que las políticas de empleo se llevan más de 173 millones, con planes específicos para jóvenes menores de 30 años y aportaciones a los ayuntamientos para crear empleo. El presidente del Principado, Javier Fernandez, denominó estas medidas el "pacto contra la resignación". En esas cantidades no se incluyen otra serie de acciones cuya finalidad es el apoyo a las empresas en a su proyección exterior, la investigación y el desarrollo así como la consolidación de la actividad empresarial.

El dinero para estas medidas procederá directamente de los presupuestos autonómicos y durante los tres años de vigencia del acuerdo tratará de reducir el brutal porcentaje de parados entre los jóvenes, que supera el 55% de la población activa de este segmento de edad, e incentivará a las empresas para la contratación de desempleados de larga duración y de neófitos en el mercado laboral.

La firma por las centrales sindicales de este acuerdo garantiza, según explicaron, la estabilidad y la no precariedad de los empleos, hasta el punto de que algunos de los sindicalistas presentes en el solemne acto de firma del pacto, alabaron la voluntad de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), en oposición a "la política de caverna" que postula la patronal del resto del país. No se descarta que a estas cantidades para empleo juvenil se sumen otras partidas presupuestarias procedentes de los alrededor de mil millones de euros que la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Europa decidió financiar en España para contrarrestar su escasa oferta laboral.

El Plan de Empleo Juvenil incluirá varias medidas, entre ellas un plan de formación que permitirá cualificar a los jóvenes en aquellas profesiones que cuenten con mayor expectativa de inserción laboral, combinar empleo y formación, facilitar el acceso a las ofertas de trabajo y la colaboración con las empresas para el desarrollo de contratos formativos o en prácticas. Por su parte, el Plan para Jóvenes sin Titulación se dirigirá a aquellos que se encuentren en mayor riesgo de exclusión social, provenientes del fracaso escolar o del abandono temprano. 

Estará recogido en el Plan de la Formación Profesional, que también promoverá la implantación progresiva de los sistemas homologados de calidad en los centros integrados que imparten esta enseñanza. Igualmente, el acuerdo incluye una partida con el epígrafe de Agencia Asturiana por el Empleo que contiene planes locales de creación de puestos de trabajo en municipios, de manera que se pueda luchar contra el desempleo eficazmente en aquellos concejos de carácter rural o con escasa presencia industrial y de servicios.

Un pacto "contra la resignación"

Aunque este "pacto contra la resignación", como lo definió el presidente asturiano, no va a convertir Asturias en una isla en su lucha contra el desempleo. Javier Fernández recordó que la comunidad autónoma solo se recuperará cuando lo haga España y remarcó que la lucha contra la crisis se tiene que plantear en diversos frentes y cada institución debe impulsar el suyo para converger con los del resto de territorios.

Los firmantes del acuerdo destacaron tres aspectos. En primer lugar, que se produce en momentos de recesión y en los que el Gobierno juega un papel de locomotora; que las reducciones presupuestarias no son un valladar para que se destine dinero suficiente para impulsar el crecimiento económico, y en tercer lugar que se produce a mediados de legislatura, ya que si bien el Gobierno del socialista Javier Fernández aún no ha cumplido el año, en otro periodo similar el Ejecutivo asturiano estuvo en manos del partido de Francisco Álvarez-Cascos. Todos estos inconvenientes y el afán de los agentes sociales por buscar salidas a la crisis hizo al jefe del Ejecutivo regional exclamar que el pacto en Asturias es un ejemplo para el Gobierno de España.

También la tradición de los agentes sociales asturianos de llegar a acuerdos de concertación ha influido de forma notable en que este año, con menos presupuesto, hayan podido rubricarse unas medidas absolutamente necesarias para encarar el futuro de la comunidad autónoma. Desde el año 2.000 se han sucedido en el Principado los planes de empresarios, sindicatos y Gobierno que han consensuado prioridades presupuestarias en materias de inversión y empleo que, entre otras cuestiones, garantizaban objetivos económicos de desarrollo y paz social, según pusieron de relieve diversos especialistas en economía al valorar la importancia de estos acuerdos.

Este último plan cuenta con el presupuesto menor de cuantos se han puesto en marcha (2.279 millones de euros). Aun así, sus avalistas destacan el esfuerzo negociador y el deseo de que la crisis no aborte las expectativas para desarrollo. De esa cantidad, más de 1.500 millones de destinan a inversiones en distintos ámbitos y el Gobierno asturiano se compromete a que las licitaciones de obras se produzcan los seis primeros meses de cada año de los tres que estará en funcionamiento. Además, más de 300 millones de euros tendrán como misión preservar el Estado de bienestar en materias como sanidad y educación, pero también tendrán un tratamiento específico aquellas medidas tendentes a ampliar y mantener las ayudas a la dependencia y el salario social.

El Gobierno asturiano quiso darle una enorme relevancia política a este acuerdo y acudió a la firma con todos sus consejeros, como prueba de la voluntad del Gabinete regional de asumir dicho pacto en todos sus departamentos. También la presencia de representantes del empresariado asturiano y de las centrales sindicales fue muy significativa.