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El príncipe Felipe pierde el pulso con García Revenga tras exigir su cese fulminante
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LA CASA DEL REY SALVA MOMENTÁNEAMENTE AL SECRETARIO DE LAS INFANTAS PARA GANAR TIEMPO

El príncipe Felipe pierde el pulso con García Revenga tras exigir su cese fulminante

El pulso entre Felipe de Borbón y Carlos García Revenga se ha saldado, de momento, con la victoria de este último. Nada más conocer, a mediodía del

Foto: El príncipe Felipe pierde el pulso con García Revenga tras exigir su cese fulminante
El príncipe Felipe pierde el pulso con García Revenga tras exigir su cese fulminante

El pulso entre Felipe de Borbón y Carlos García Revenga se ha saldado, de momento, con la victoria de este último. Nada más conocer, a mediodía del pasado martes, la imputación del asesor de sus hermanas en el caso Urdangarín, el Príncipe de Asturias exigió su cabeza para taponar la nueva vía de agua abierta en la línea de flotación de la Corona, según han revelado a El Confidencial fuentes muy cercanas a La Zarzuela. Pero la Casa del Rey, ante la firme negativa del ex tesorero del Instituto Nóos a convertirse en chivo expiatorio, ha optado por ganar tiempo y mantenerlo en su puesto al menos hasta el próximo 23 de febrero, cuando prestará declaración ante el juez José Castro

Tras hacerse pública la imputación de García Revenga, y durante más de 30 horas, las reuniones se sucedieron de forma vertiginosa en el palacio de La Zarzuela. En algunos de esos encuentros, muy tensos y al más alto nivel, participó el propio asesor de las infantas Elena y Cristina de Borbón, que rechazó rotundamente presentar su dimisión, como reclamaba el heredero de la Corona, porque él se limitó a "obedecer órdenes" durante su etapa en el Instituto Nóos, según las fuentes consultadas por este diario. Finalmente, hacia las 19 horas de ayer, la Casa del Rey colgó un comunicado en su página web anunciando que "no tomará decisión alguna" sobre el futuro de García Revenga "sin antes haber conocido y valorado" su declaración judicial del próximo día 23.  

Este nuevo revés judicial ha vuelto a pillar a contrapié a la Casa del Rey, incapaz de trazar a tiempo una estrategia para hacer frente a la casi anunciada imputación de García Revenga. Ésta parecía inminente después de que Diego Torres, el ex socio de Iñaki Urdangarín, hiciese públicos la semana pasada varios emails que revelaban el papel fundamental que el asesor de las hijas del Rey desempeñó en el organigrama del Instituto Nóos, y que iba mucho más allá de su cargo de tesorero. Pero no fue hasta el pasado martes, tras conocerse la decisión del juez Castro, cuando la maquinaria de La Zarzuela se puso en marcha para tratar de buscar una salida a tan embarazosa situación.

Para don Felipe este episodio ha sido la gota que ha colmado el vaso de su paciencia. Al goteo incesante de informaciones comprometedoras para la Corona que ha ido destilando desde hace más de un año el caso Urdangarín se sumó, en abril de 2012, el polémico safari de don Juan Carlos en Botsuana; más tarde, el tibio acercamiento del duque de Palma a la familia real auspiciado por la reina doña Sofía, al que el heredero siempre se opuso; y ahora la imputación del secretario de sus hermanas, con quien el Príncipe de Asturias ha mantenido siempre una relación fría y distante, todo lo contrario que Urdangarín y la infanta Cristina, que han seguido muy unidos a García Revenga tras su marcha de Nóos.

No cargar con errores ajenos

Felipe de Borbón ya exigió subir un peldaño más en el aislamiento de su cuñado después de difundirse esos últimos emails -en los que Urdangarín se mofaba de forma soez de su título de duque consorte de Palma-, y el pasado sábado la Casa del Rey retiró de su página web la biografía del ex jugador internacional de balonmano. Con 45 años recién cumplidos y un creciente protagonismo oficial, debido en buena medida al frágil estado de salud y la escasa movilidad de su padre, el Príncipe de Asturias no parece dispuesto a seguir cargando sobre su espalda y la de la institución que algún día encabezará los errores de los demás. Y el martes, tras conocer la imputación de García Revenga, volvió a dar un puñetazo sobre la mesa.

El heredero no ocultó su profundo enfado, y trasladó, primero a su padre y luego al jefe de su Secretaría y hombre de máxima confianza, Jaime Alfonsín, el mensaje inequívoco de que García Revenga debía abandonar su puesto en La Zarzuela, al menos mientras el juez no levante la imputación que pesa sobre él, para no dañar más la ya maltrecha imagen de la Corona, según señalan las fuentes consultadas. El gabinete de crisis se reunió de inmediato. En esos encuentros, algunos de carácter más informal, participaron el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno; el secretario general, Alfonso Sanz Portolés; el director de Comunicación, Javier Ayuso; Alfonsín, jefe de la Secretaría del Príncipe; José Cabrera, jefe de la Secretaría de la Reina, y el propio García Revenga.

El todavía asesor de las infantas Elena y Cristina no dio su brazo a torcer, según las mismas fuentes. García Revenga argumentó que entró y salió del Instituto Nóos con el beneplácito de la Casa del Rey, y que siempre actuó con "lealtad". Y, sobre todo, que dimitir ahora supondría admitir de antemano su culpabilidad, cuando ni siquiera conoce cuáles son los presuntos delitos que le imputa el juez Castro, instructor del caso Urdangarín. Su reacción enfureció aún más al príncipe Felipe, que ayer miércoles, antes de abandonar a las 10.30 horas su residencia oficial -contigua a La Zarzuela- para inaugurar la nueva edición de Fitur en compañía de su esposa, doña Letizia, volvió a exigir el cese fulminante del secretario de sus hermanas.  

Un portavoz de la Casa del Rey precisó anoche que el heredero de la Corona no ha participado en ninguna de las reuniones que el gabinete de crisis ha celebrado entre la mañana del martes y la tarde de ayer, pero rehusó revelar más detalles de esos encuentros. "Es injusto enviar a García Revenga a la trituradora en estos momentos, y por eso se ha decidido aplazar cualquier decisión hasta el día 23", señaló. "El Rey y el Príncipe, como es lógico, han sido informados previamente del comunicado oficial, y ambos se han mostrado de acuerdo con su contenido", añadió el citado portavoz.

El pulso entre Felipe de Borbón y Carlos García Revenga se ha saldado, de momento, con la victoria de este último. Nada más conocer, a mediodía del pasado martes, la imputación del asesor de sus hermanas en el caso Urdangarín, el Príncipe de Asturias exigió su cabeza para taponar la nueva vía de agua abierta en la línea de flotación de la Corona, según han revelado a El Confidencial fuentes muy cercanas a La Zarzuela. Pero la Casa del Rey, ante la firme negativa del ex tesorero del Instituto Nóos a convertirse en chivo expiatorio, ha optado por ganar tiempo y mantenerlo en su puesto al menos hasta el próximo 23 de febrero, cuando prestará declaración ante el juez José Castro

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