Es noticia
El último asalto en la guerra de las capillas de la Universidad Complutense de Madrid
  1. España
LA FACULTAD DE GEOGRAFÍA PIDE TRASLADAR LA SUYA

El último asalto en la guerra de las capillas de la Universidad Complutense de Madrid

“Las capillas o no hacen falta o hacen falta para todas las confesiones”. Con estas palabras llegó José Carrillo Menéndez al rectorado de la Universidad Complutense

Foto: El último asalto en la guerra de las capillas de la Universidad Complutense de Madrid
El último asalto en la guerra de las capillas de la Universidad Complutense de Madrid

“Las capillas o no hacen falta o hacen falta para todas las confesiones”. Con estas palabras llegó José Carrillo Menéndez al rectorado de la Universidad Complutense de Madrid. El hijo del fallecido dirigente comunista insiste en que el asunto no es prioritario. Hay 150 millones de deuda que le tienen más ocupado. Pero, prioridad o no, las capillas de la UCM han vuelto a la escena mediática tras la petición del decano de Geografía e Historia, Luis Enrique Otero, de trasladar la capilla a otra espacio de la facultad.

El objetivo de Otero es ubicar la capilla, “a la que acuden sólo entre cinco y diez personas al día”, en un aula más reducida alegando problemas de espacio. El Arzobispado de Madrid ha rechazado la medida porque supone “un grave perjuicio a los cristianos de esa facultad”.

“Con la Iglesia hemos topado”, piensa gran parte de los alumnos en la facultad. Pintadas, asambleas, caceroladas. Varias han sido las acciones contra la continuidad de las capillas. Pero, también hay en la Universidad partidarios a estos lugares de culto. Rafael Palomino, catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado en la Complutense, defiende su existencia por ser “un espacio asociativo muy utilizado por la comunidad estudiantil. Si se cierran se deberán clausurar todas las asociaciones de la Universidad, ya que, de lo contrario, el Rectorado estaría demostrando su oposición a la ideología católica”.

Las partes, a la espera de un nuevo asalto, se han citado el próximo 23 de enero para resolver el conflicto. “La Universidad acude a la reunión con la mejor de las actitudes y no contemplamos otra posibilidad que no sea un acuerdo”, insisten en el gabinete de prensa del Rector. De lo que pase en el futuro prefieren no hablar, pero tienen una cosa clara: “Si se toman o no otras medidas dependerá de la posición que tome el Arzobispado, pero sí tenemos claro que la vida evoluciona”. 

Esta evolución podría terminar afectando al acuerdo del año 1992 entre el que fuera en ese momento el Arzobispo de Madrid, Ángel Surquía y el exrector de la Universidad Complutense, Gustavo Villapalo, por el que la Universidad cede sus espacios para albergar capillas.

Un cara a cara que viene de lejos

El cerco de la Complutense sobre los espacios cedidos a la Iglesia se ha estrechado en los últimos años. En 2010, el decano de Geografía ya intentó cerrar la capilla de esta facultad. Entonces planteó la cuestión en la Junta de julio, a la que no acudió la representación estudiantil, que por primera vez estaba formada por un grupo de alumnos contrarios al cierre.

Un año más tarde, un grupo de alumnas protestó con una performance contra el machismo y la homofobia de la Iglesia Católica. El acto, en el que varias jóvenes se desnudaron de cintura para arriba, se celebró en la capilla del campus de Somosaguas. El Arzobispado, que calificó los hechos de “delito”, celebró una misa de desagravio.

Ahora, la Complutense, vuelve a mover ficha, con bandera blanca y alegando la pluralidad de religiones que hay en su alumnado. “Si lo que pretenden es convertir las capillas en espacios neutrales tendrán que adaptar los campos de rugbi para que allí también se puede jugar al fútbol, el tenis y el baloncesto. La neutralidad no siempre es posible”, sentencia el catedrático. Pero la Universidad no es de su opinión: “Crear zonas multiconfesionales cumpliría con la libertad religiosa que debe imperar en la universidad. ¿Aceptaría esta posibilidad la Iglesia?”. La respuesta, próximamente.

“Las capillas o no hacen falta o hacen falta para todas las confesiones”. Con estas palabras llegó José Carrillo Menéndez al rectorado de la Universidad Complutense de Madrid. El hijo del fallecido dirigente comunista insiste en que el asunto no es prioritario. Hay 150 millones de deuda que le tienen más ocupado. Pero, prioridad o no, las capillas de la UCM han vuelto a la escena mediática tras la petición del decano de Geografía e Historia, Luis Enrique Otero, de trasladar la capilla a otra espacio de la facultad.