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López presentó a Interior un plan que trataba a los presos de ETA "como a cualquier otro"
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OBLIGABA A MODIFICAR EL CÓDIGO PENAL

López presentó a Interior un plan que trataba a los presos de ETA "como a cualquier otro"

Jesús Loza, encargado de gestionar el fin de ETA en colaboración con el Gobierno central comisionado por el entonces lehendakari Patxi López, presentó al ministro del

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López presentó a Interior un plan que trataba a los presos de ETA "como a cualquier otro"

Jesús Loza, encargado de gestionar el fin de ETA en colaboración con el Gobierno central comisionado por el entonces lehendakari Patxi López, presentó al ministro del Interior un plan de reinserción que proponía, entre otras medidas, aplicar a los presos etarras el mismo régimen penitenciario que al resto de presos cuando la banda se disuelva, lo que obligaba a modificar el Código Penal. Una propuesta que choca con la reforma que prepara el ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, que prevé la cadena perpetua revisable a los 25 años, entre otros para los condenados por terrorismo.

Loza trasladó el plan a Ángel Yuste, director general de Instituciones Penitenciarias, y entre las propuestas destacan también “el acercamiento progresivo de aquellos presos que lo soliciten individualmente y se comprometan a iniciar el proceso de reinserción”; la “concesión de beneficios penitenciarios”; la organización de “talleres de convivencia para fomentar el debate entre la sociedad vasca y los presos, y de los presos entre sí”; su inclusión en los “programas de reinserción socio laboral que faciliten su autonomía personal al salir de prisión”; la derogación de la “doctrina Parot” en aplicación de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que el pasado julio condenó al Estado español por prolongar de manera “irregular” la permanencia en prisión de la etarra Inés del Río (el fallo fue recurrido por el Abogado del Estado y está pendiente de resolución), y “considerar a los presos etarras como a cualquier otro penado, llevando a cabo, de ser necesario, las modificaciones legales precisas”.

El comisionado del Gobierno vasco cesó en su cargo el pasado día 18 con el nombramiento del nuevo Ejecutivo del PNV, y ha abandonado la política institucional al no haber conseguido escaño en las elecciones autonómicas del pasado 21 de octubre. Su nombramiento tuvo lugar en marzo, con escaso margen temporal para alcanzar acuerdos, aunque para entonces ya trabajaba con Maixabel Lasa, directora de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Ejecutivo vasco, y su equipo en la organización de “encuentros restaurativos” habían entre víctimas y la treintena de presos de ETA en proceso de reinserción agrupados en la prisión alavesa de Nanclares de Oca.

La llegada del PP al poder supuso un cambio sustancial en la política penitenciaria y en el papel de Jesús Loza, que nunca fue del agrado del Gobierno central. Un ejemplo fue la presentación en abril por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, de su propio plan de reinserción, que modificaba sustancialmente los encuentros entre víctimas y verdugos. A partir de entonces las reuniones sólo se celebrarían por iniciativa de las víctimas o sus allegados más cercanos, y exclusivamente con el autor material o cooperador necesario del hecho delictivo. Hasta ese momento, eran los etarras los que solicitaban el encuentro, que se llevaba a cabo si las víctimas lo aceptaban, tras un proceso previo de preparación por parte de un equipo especializado, y no tenía que ser forzosamente entre víctima y verdugo directo.

El proyecto de Jesús Loza proponía también medidas concretas para la treintena de presos que han abandonado la banda y condenado la violencia, actualmente reagrupados en la prisión alavesa de Zaballa. Así, el comisionado pedía que se agilizara al máximo su progresión de grado para tener derecho a salidas programadas, permisos y su clasificación en tercer grado (a algunos internos ya se están aplicando estas medidas), requisito imprescindible para conseguir la libertad condicional. También abogaba por mantener los encuentros restaurativos (el actual Gobierno ha autorizado alguno); permitir que participaran en charlas y debates programados en el exterior (Interior prohibió que el dirigente etarra José Luis Álvarez Santacristina interviniera el pasado junio en el curso de verano “Perdonar para vivir” organizado por la Universidad del País Vasco (UPV), y, por último facilitar las comunicaciones de los penados en proceso de reinserción con el resto de presos de ETA de otras cárceles. “No les debemos nada –dice el proyecto de Loza entregado a Interior-, pero merece la pena intentar recuperarlos para la democracia”.

Jesús Loza, encargado de gestionar el fin de ETA en colaboración con el Gobierno central comisionado por el entonces lehendakari Patxi López, presentó al ministro del Interior un plan de reinserción que proponía, entre otras medidas, aplicar a los presos etarras el mismo régimen penitenciario que al resto de presos cuando la banda se disuelva, lo que obligaba a modificar el Código Penal. Una propuesta que choca con la reforma que prepara el ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, que prevé la cadena perpetua revisable a los 25 años, entre otros para los condenados por terrorismo.

Ministerio del Interior