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Todas las caras de Oriol Junqueras, el hombre que tiene la llave de la Generalitat
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EL NUEVO LÍDER DE ERC TIENE CONTACTOS QUE VAN DE LA CEOE HASTA EL PAPA

Todas las caras de Oriol Junqueras, el hombre que tiene la llave de la Generalitat

Oriol Junqueras no sólo es el hombre que tiene la llave de la gobernabilidad en Cataluña, gracias a sus 21 escaños, conseguidos por sorpresa en las

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Todas las caras de Oriol Junqueras, el hombre que tiene la llave de la Generalitat

Oriol Junqueras no sólo es el hombre que tiene la llave de la gobernabilidad en Cataluña, gracias a sus 21 escaños, conseguidos por sorpresa en las últimas elecciones autonómicas. Junqueras tiene múltiples facetas. Para empezar, su buena sintonía personal con Artur Mas, fraguada en los últimos cinco meses en un clima de contactos discretos. Y la transversalidad del nuevo líder: políglota, erudito, licenciado en Historia y Economía, viajado, exalumno del socialista Ernest Lluch y con un perfil atípico en la asamblearia formación republicana.

Junqueras, 45 años, es alcalde en Sant Vicenç dels Horts (Barcelona). Llegó a la presidencia de ERC casi de rebote, después de haber salvado la cara a los republicanos en las europeas de 2009, él solo logró, con una participación del 37,5% del censo, casi tantos votos como Joan Puigcercós en las catalanas de 2010, cuando votó un 60% del censo: 180.210 votos frente a 218.046, sólo 40.000 sufragios menos aún votar casi 1,5 millones más de catalanes.

El entonces presidente de ERC, Joan Puigcercós, lo reconoció: "Gracias a Oriol hemos salvado un match ball". Tiene especial mérito porque Junqueras, para más inri, no era muy partidario del tripartito.

Paso por Bruselas

En Bruselas Junqueras volvió a coincidir con Ramon Tremosa, un economista liberal independiente que ha sido una apuesta personal de Artur Mas, que decidió enviarle de eurodiputado a Bruselas pese a las reticencias de su partido. Junqueras y Tremosa ya habían estado juntos en el sindicato estudiantil (FNEC). Además, ambos tenían algo en común: su papel como divulgadores de la materia en la que eran especialistas. Junqueras en Historia y Tremosa en Economía, pues había escrito un famoso libro para explicar el déficit fiscal, precisamente el concepto económico que ha desembocado en la actual situación de tensión secesionista en Cataluña.

Este training en Bruselas también le sirvió para crear la tradición de ver con Tremosa y con el también eurodiputado Raül Romeva (ICV) los partidos de Barça en Estrasburgo. Y para que Junqueras asumiera las bondades de la economía liberal, haciéndola suya sin estridencias, como le gusta al líder republicano, pero marcando distancias de la línea socialdemócrata que en su momento había sido una de las marcas de la casa de sus predecesores en ERC, tanto Josep Lluís Carod-Rovira como, en menor, medida Joan Puigcercós.

Así las bases económicas del acuerdo están puestas: ERC asumirá los principios liberales y, por tanto, la necesidad de recortar para reducir el déficit; y CiU aceptará que deberá subir impuestos para no cargar todo el ajuste en los recortes sociales.

Ramon Tremosa también es clave porque ha servido de puente entre él líder independentista y Artur Mas, según señalan fuentes de CiU.

Contacto en la CEOE

Junqueras mantiene muy buena relación con otro economista liberal: Joaquín Trigo, actual responsable del Instituto de Estudios Económicos, el think tank de la CEOE y uno de los economistas de cabecera del PP. Junqueras visitaba la biblioteca de la patronal catalana Foment del Treball para preparar sus estudios y trabajos sobre economía de la Edad Media y allí trabó amistad con Trigo. Muy propio de la personalidad de Junqueras, un político sorprendentemente poco sectario.

Pero quizá su relación más sorprendente fue la que también nació en una biblioteca, la del Vaticano, donde estuvo trabajando para otro de sus estudios. Allí conoció personalmente al entonces cardenal Joseph Ratzinger, hoy el Papa Benedicto XVI.

Ortodoxia económica

Junqueras es un independentista, sí. Y muchas de sus actuaciones divulgativas en radio y televisión se han centrado en descripciones detalladas de etapas especialmente sangrientas de la Historia de Cataluña, sabedor que, desde Homero, la violencia capta la atención del público. Pero no es un radical. De hecho, en su campaña ha evitado confrontaciones gratuitas. Y de paso, también ha conseguido meter la pata mucho menos que el resto de candidatos.

Junqueras asume los principios de la ortodoxia económica y además es europeísta y sabe que en Europa están por reducir el déficit. Su planteamiento se basa en volver a cuadrar las cuentas públicas. Por eso ha colocado a dos economistas, Pere Aragonés y Albert Castellón,  en la comisión que está negociando la letra pequeña del acuerdo con CiU. Porque es consciente de que más allá de la buena relación que pueda mantener con Artur Mas, el demonio estará en los números, según reconocen personas cercanas a su círculo de colaboradores.

Por mucho que se lo pidan, Junqueras no entrará en el gobierno catalán. Se limitará a apoyarlo desde el grupo parlamentario. Sabe que su fuerza está fuera, donde está consiguiendo arrebatar a CiU la centralidad política que tradicionalmente ha tenido el partido de Jordi Pujol. Y, además, le ha dado la vuelta a la tortilla, convirtiendo a ERC en una formación de futuro. 

Oriol Junqueras no sólo es el hombre que tiene la llave de la gobernabilidad en Cataluña, gracias a sus 21 escaños, conseguidos por sorpresa en las últimas elecciones autonómicas. Junqueras tiene múltiples facetas. Para empezar, su buena sintonía personal con Artur Mas, fraguada en los últimos cinco meses en un clima de contactos discretos. Y la transversalidad del nuevo líder: políglota, erudito, licenciado en Historia y Economía, viajado, exalumno del socialista Ernest Lluch y con un perfil atípico en la asamblearia formación republicana.

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