Villanueva basó su defensa pública a Diviertt en un SMS enviado por Flores

Miguel Ángel Villanueva, el primer responsable municipal que dio la cara tras el trágico suceso del Madrid Arena, ofreció a la opinión pública la misma mañana de autos los datos que la empresa Diviertt le facilitó a través de un mensaje de móvil. El organizador del evento, Miguel Ángel Flores, envió a petición del coordinador de producción de Madrid Espacios y Congresos, Francisco del Amo, un mensaje de texto hora y media antes de la comparecencia del vicealcalde que decía textualmente: “Metimos 9.650 personas pero el aforo máximo que nos dais es de 12.000”. El atestado que la Policía facilitó días después recogía que el aforo "estaba sobradamente sobrepasado", echando por tierra la versión validada por el ayuntamiento.   

En una rueda de prensa sin preguntas pese a que insiste en que "no tiene miedo a la verdad", la alcaldesa Ana Botella ha hecho llegar esta mañana a todos los medios de comunicación el informe que el ayuntamiento de Madrid ha elaborado y en el que describe cómo sucedieron los trágicos sucesos, según su versión. (Lea aquí el informe completo). El documento, coordinado por la delegada de Hacienda y persona de máxima confianza, Concepción Dancausa, recoge cómo ese mismo día y en otros sucesivos, Madridec requirió en varias ocasiones a los responsables de Diviertt “que nos haga llegar un informe completo” de los hechos acaecidos, así como la documentación que soporte las circunstancias reseñadas.

La empresa pública de la que dependía el recinto donde cuatro jóvenes fallecieron víctimas de una avalancha humana entregó ayer toda la documentación que tenía en su poder referida a la organización, gestión y control del evento Thriller Music Park a la dirección general de la policía del ministerio del Interior.

El informe municipal también detalla que “en ningún momento” se comunicó a la Policía Municipal, ni por parte de la organización del evento ni por los asistentes, la existencia de incidentes en el interior del Madrid Arena hasta el momento posterior de los sucesos. La empresa Seguriber fue la que elaboró el plan específico de vigilancia, con 38 vigilantes de seguridad y dos coordinadores, estos últimos encargados de la seguridad exterior del recinto. De los 38, seis vigilantes estaban en el interior del edificio y uno de ellos en el centro de control de cámaras de Madrid Arena.

Sin aviso de alarma

La Policía debía encargarse de la regulación y ordenación del tráfico en los aledaños del Madrid Arena, el encauzamiento de los flujos peatonales y evitar la venta ambulante, el consumo de alcohol y otras sustancias y la reventa de entradas. Según la versión de los hechos que el consistorio ha facilitado al juez que lleva el caso Madrid Arena, cuando el coordinador jefe de seguridad abandona las instalaciones a las 3 de la madrugada “no existe ningún aviso de alarma”. No fue hasta las cuatro aproximadamente cuando la Policía Municipal recibe la primera llamada de emergencia porque una joven “se encuentra tendida en el suelo con graves problemas respiratorios”.