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Piquete universitario: del campus a Gran Vía con los bancos en el punto de mira
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CIENTOS DE ESTUDIANTES RECORREN LA CAPITAL

Piquete universitario: del campus a Gran Vía con los bancos en el punto de mira

Tras pasar toda la noche de vigilia encerrados en la facultad de Medicina de Ciudad Universitaria, un grupo de unos 500 estudiantes universitarios inició a las

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Piquete universitario: del campus a Gran Vía con los bancos en el punto de mira

Tras pasar toda la noche de vigilia encerrados en la facultad de Medicina de Ciudad Universitaria, un grupo de unos 500 estudiantes universitarios inició a las siete de la mañana su piquete en la Avenida Complutense, acompañados de algunos delegados de educación de las principales centrales sindicales. Las caras de cansancio de los que no habían pegado ojo durante la noche se mezclaban con las de los más madrugadores, entre los que ya se encontraban profesores y personal investigador, aunque con una presencia poco representativa. El horario impidió que se realizasen piquetes informativos en las facultades de Ciudad Universitaria, las cuales no inician su actividad normal hasta las 08:30, por lo que la concentración pronto derivó en una manifestación que interrumpió el tráfico.

La fuerte presencia policial impidió en varias ocasiones que las intenciones de los estudiantes se llevasen a cabo. Tras negociar un recorrido con los mandos policiales del operativo durante algunos minutos, los manifestantes acataron sus recomendaciones y decidieron cortar la circulación, pero solo en uno de los sentidos, dirección Moncloa, en lugar de ocupar toda la carretera como pretendían en un principio. En un ambiente festivo y reivindicativo continuaron la marcha al grito de “no más tasas en la universidad”, mientras se sucedían las propuestas en corrillos sobre qué hacer.

“Esta situación va en contra de todo y de todos”

Rodrigo, estudiante de ingeniería, explica a El Confidencial, mientras asienten sus compañeros de grupo, que su principal razón para acudir a la marcha “es la subida de las tasas de matriculación porque así no vamos a poder seguir estudiando”. Una de sus compañeras de clase, ‘Sisi’, añadió que otra de sus motivaciones para secundar la huelga es “la situación en general, que está en contra de todo y de todos. Si seguimos así no tendremos futuro, ni cuando acabemos la carrera ni en 20 años”. Muchos de los jóvenes concentrados comentaban la buena asistencia de estudiantes al piquete, aunque siempre surgía alguna voz que rebajaba el tono de excitación: “Con la crisis que tenemos y el futuro negro que se nos viene encima debería haber mucha más gente, deberíamos estar todos los universitarios aquí”, replicaba otro joven.

Después de abrirse algunos debates sobre la marcha, y sin haberse alcanzado demasiado consenso acuerdan acudir al Intercambiador de Transportes de Moncloa, seducidos por las arengas de los sindicalistas más veteranos que los acompañaban. Una vez enfrente de la estación, y con los termos de café, que no cesaban de pasarse de mano en mano, ya vacíos y guardados en las mochilas, se vivieron los momentos de mayor tensión entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.

Las sucursales bancarias, en el punto de mira

Un estrecho cordón policial, ahora ya con los cascos puestos y preparados para intervenir, protegió a cal y canto la entrada de la estación para impedir el paso a los estudiantes. En esos momentos se produjeron algunos leves empujones, aunque no llegaron a convertirse en cargas gracias al grupo de cabecera que animó al resto de sus compañeros a abandonar sus intenciones y continuar el recorrido por la calle Princesa.

Este improvisado recorrido adquirió un carácter mucho más hostil. Si hasta ese momento todo eran saludos y vítores hacia los coches particulares que hacían sonar sus bocinas al paso de los manifestantes, poco a poco los cánticos fueron subiendo de tono para ridiculizar a los esquiroles. Fue entonces cuando se produjo la primera intimidación de un pequeño negocio que había decidido abrir sus puertas al público durante la huelga general. Desde ese momento, se sucedieron las paradas enfrente de todas las sucursales bancarias que se encontraban a su paso, al grito de “no son desahucios, son homicidios”.

Tensión con clientes de cafeterías

En ningún momento los manifestantes intentaron entrar en el interior de las sucursales o de las cadenas de cafeterías de la zona, quizá por la fuerte presencia de antidisturbios, que no les impidieron pegar pegatinas con la palabra “esquirol” en las vidrieras de sus fachadas. El responsable de comunicación de la federación de enseñanza  de CCOO, Gabriel Montes, que eligió arropar al piquete universitario con algunos compañeros de sindicato, calificó la respuesta estudiantil a la huelga de “muy buena, tanto en cuanto al número de estudiantes participantes en el piquete, como en cuanto al comportamiento que están manteniendo desde el primer momento”.

Montes destacó el “civismo” de los jóvenes, que “siguieron las recomendaciones para no causar problemas de orden público”. Aún sin contar con los datos oficiales de seguimiento de la huelga en la universidad, la primera impresión de este sindicalista es que “está siendo muy importante y parece superior al de la anterior huelga general”. La presencia de los piquetes siguió provocando el cierre de negocios abiertos en la plaza de los Cubos, en la que se volvieron a vivir momentos de tensión, pero esta vez entre manifestantes y clientes de cafeterías. La manifestación continuó improvisadamente por plaza España y subió por la calle Gran Vía, cortando el tráfico en uno de los sentidos de circulación, con la intención de unirse a otros grupos de piquetes que pululaban por el centro de la capital. 

Tras pasar toda la noche de vigilia encerrados en la facultad de Medicina de Ciudad Universitaria, un grupo de unos 500 estudiantes universitarios inició a las siete de la mañana su piquete en la Avenida Complutense, acompañados de algunos delegados de educación de las principales centrales sindicales. Las caras de cansancio de los que no habían pegado ojo durante la noche se mezclaban con las de los más madrugadores, entre los que ya se encontraban profesores y personal investigador, aunque con una presencia poco representativa. El horario impidió que se realizasen piquetes informativos en las facultades de Ciudad Universitaria, las cuales no inician su actividad normal hasta las 08:30, por lo que la concentración pronto derivó en una manifestación que interrumpió el tráfico.