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Botella se parapeta sin dimisiones mientras crecen las irregularidades del Madrid Arena
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EL GOBIERNO ELUDE RESPALDARLA EN PÚBLICO

Botella se parapeta sin dimisiones mientras crecen las irregularidades del Madrid Arena

No se ha planteado dimitir y no piensa cesar a ningún cargo. La alcaldesa de Madrid reapareció ayer ante los medios de comunicación más segura de sí

Foto: Botella se parapeta sin dimisiones mientras crecen las irregularidades del Madrid Arena
Botella se parapeta sin dimisiones mientras crecen las irregularidades del Madrid Arena

No se ha planteado dimitir y no piensa cesar a ningún cargo. La alcaldesa de Madrid reapareció ayer ante los medios de comunicación más segura de sí misma que nunca. Ana Botella no se arrepiente de haberse escapado a Portugal en plena crisis del Madrid Arena “ya que no dejé de pensar ni un solo segundo en lo sucedido”, y evitó contestar si se piensa igual en la tragedia en su despacho del Palacio de Cibeles que en un spa de lujo. Ayer también pasó palabra Soraya Sáenz de Santamaría cuando le preguntaron si compartía la actitud de la alcaldesa. “A esta Administración no le corresponde inmiscuirse en los asuntos de Madrid”, zanjó la vicepresidenta.  

La alcaldesa de la capital admitió que la Policía no interrumpió el consumo de alcohol que había en los alrededores del recinto, ya que "la prioridad" era la seguridad en el interior del mismo, justo donde se produjo el trágico accidente que le costó la vida a cuatro adolescentes. “Se montó un dispositivo que prohibía el alcohol en un perímetro de unos 50 ó 60 metros, pero era prioritario el interior”, reconocía.  

El dictamen que el área de Urbanismo ejecutó el 10 de marzo de 2010, que aseguraba que el recinto no cumplía los requisitos de seguridad, fue subsanado in extremis antes de que Miguel Ángel Flores alquilase el local municipal para celebrar la fiesta de Halloween. La propia alcaldesa afirmaba ayer que las 18 deficiencias que los trabajadores municipales denunciaban del recinto de la Casa de Campo se subsanaron el 19 de octubre, apenas un par de semanas antes de la llegada de DJ Aoki a Madrid.

Botella se enfrentó a las duras críticas que ha recibido esta semana por su particular manera de enfrentarse a su primera gran crisis de gobierno. "No tenemos ningún miedo a la verdad porque no tenemos nada que ocultar”, advertía, en una abarrotadísima rueda de prensa y delante de tres de sus peones de máxima confianza: Concepción Dancausa, concejal de Hacienda, Pedro Calvo, el responsable de Madrid Espacios y Congresos, y su número dos, Miguel Ángel Villanueva, el más cuestionado en el caso por haber defendido a las pocas horas del suceso que la empresa había cumplido con la normativa. El vicealcalde hizo caso omiso a la riada de declaraciones de jóvenes que describían el hacinamiento que sufrieron en el recinto. Unas declaraciones que el jueves corroboraba el atestado policial: el aforo estaba “sobradamente sobrepasado”.  

La heredera de Alberto Ruiz Gallardón en el Palacio de Cibeles corrigió una semana después las primeras declaraciones que había vertido el vicealcalde a la opinión pública, mientras pedía rigor a los periodistas, y reconocía que “la empresa ha vendido entradas de más, por lo que vamos a emprender acciones legales contra el promotor de la fiesta”.

Matizó la única medida anunciada

A cambio de no sacrificar a nadie de su equipo, la alcaldesa anunció un paquete de medidas para esclarecer el suceso. Habrá investigación interna para ver si hubo alguna negligencia o irregularidad en la actuación del Ayuntamiento y creará el próximo viernes una comisión de investigación, como le pidieron los grupos de la oposición. Botella matizó la única medida que había anunciado hasta ayer: que no se alquilarían más dependencias municipales para este tipo de eventos. Solo se autorizarán aquellos que tengan una numeración, un número de sillas determinados y el público esté sentado. Nada de macrofiestas.

Una quinta medida, tras un exhaustivo estudio que propuso Pedro Calvo sobre la seguridad de todos los edificios e instalaciones que se alquilan para eventos, es cerrar preventivamente aquellos que no cumplan con los requisitos según la legislación vigente. De momento, son dos: el Palacio de Congresos y el de Cristal.   

No se ha planteado dimitir y no piensa cesar a ningún cargo. La alcaldesa de Madrid reapareció ayer ante los medios de comunicación más segura de sí misma que nunca. Ana Botella no se arrepiente de haberse escapado a Portugal en plena crisis del Madrid Arena “ya que no dejé de pensar ni un solo segundo en lo sucedido”, y evitó contestar si se piensa igual en la tragedia en su despacho del Palacio de Cibeles que en un spa de lujo. Ayer también pasó palabra Soraya Sáenz de Santamaría cuando le preguntaron si compartía la actitud de la alcaldesa. “A esta Administración no le corresponde inmiscuirse en los asuntos de Madrid”, zanjó la vicepresidenta.  

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