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La independencia pierde fuelle y Mas se aleja de la mayoría absoluta
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VIRTUAL EMPATE TÉCNICO ENTRE SEPARATISTAS Y 'UNIONISTAS'

La independencia pierde fuelle y Mas se aleja de la mayoría absoluta

A poco más de 24 horas del inicio de la campaña electoral en Cataluña, Artur Mas empieza a despertar de su sueño soberanista. No

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La independencia pierde fuelle y Mas se aleja de la mayoría absoluta

A poco más de 24 horas del inicio de la campaña electoral en Cataluña, Artur Mas empieza a despertar de su sueño soberanista. No es que éste se haya desvanecido, pero lo cierto es que la pulsión independentista ha ido perdiendo fuelle a medida que se apagaban los ecos de la multitudinaria manifestación de la Diada, según coinciden en reflejar tozudamente las últimas encuestas: sólo en las dos últimas semanas, los partidarios de la ruptura con España han pasado del 53% al 46%.

Un sondeo de RAC1, la emisora propiedad del Grupo Godó -editor del diario La Vanguardia-, confirmaba ayer esa tendencia. Si hace 15 días los defensores de una Cataluña independiente sacaban más de 13 puntos de ventaja a quienes apuestan por no romper los lazos con el resto de España, hoy esa diferencia se ha reducido a sólo cuatro puntos. Una brecha que, como reconocen los propios autores del estudio demoscópico, no es insalvable para los unionistas, dado el elevado porcentaje de indecisos: casi un 8%.

La encuesta refleja que, en estos momentos, la sociedad catalana está "dividida por la mitad" frente al debate secesionista. "Pero teniendo en cuenta el margen de error y el número de indecisos, los resultados podrían perfectamente permitir un triunfo ajustado de los contrarios a la independencia". Dicho en otras palabras: una vez que el fervor separatista que desbordó las calles de Barcelona el pasado 11 de septiembre se ha atemperado, Cataluña vuelve a recuperar su pluralidad identitaria.

Varias son las claves que pueden explicar ese cambio de tendencia. En primer lugar, el aparente giro hacia el federalismo de los votantes socialistas. Si hace 15 días uno de cada tres electores del PSC se mostraba partidario de la independencia, ahora el porcentaje cae hasta el 24%. Y lo mismo ocurre con los votantes de IC-V: los defensores de una Cataluña soberana han pasado del 52% al 42% en dos semanas. Si a ello se añade que la mayoría de quienes se abstuvieron en las elecciones de 2010 rechaza hoy la ruptura, el equilibrio de la balanza identitaria se entiende mucho mejor.

Dentro o fuera de la UE

Pero hay otro factor que puede resultar aún más decisivo en esa pérdida de fuelle del independentismo: el temor a que un eventual Estado catalán quede excluido de la Unión Europea, marginado de las instituciones comunitarias y fuera del euro. Bruselas ya ha dejado claro que, si Cataluña se separa de España, deberá negociar su incorporación a la UE. E incluso el propio Mas ha admitido en los últimos días, de forma implícita, que su estrategia de internacionalizar su proyecto soberanista empieza a flaquear.

La última encuesta de El Periódico, difundida el pasado fin de semana, apuntala esa tesis: el independentismo caería hasta el 40% si la continuidad de Cataluña en el club comunitario queda en suspenso. En ese caso, casi el 48% de los catalanes se decanta por seguir formando parte del Estado español.

La merma del sentimiento independentista que reflejan las encuestas coincide con el estancamiento de la intención de voto de CiU, que se aleja del objetivo soñado por Mas: la mayoría absoluta. El president ha ligado el éxito de su plan soberanista, que debería culminar con la convocatoria de un referéndum al final de la legislatura, a la consecución de esa meta electoral. Pero el techo de 68 escaños que marca la mayoría absoluta aún queda lejos.

Según el citado sondeo de El Periódico, que coincide básicamente con los resultados del que dio a conocer el pasado fin de semana el diario en catalán Ara, CiU se mueve ahora, cuando faltan 18 días para las elecciones, en una horquilla de entre 63 y 65 escaños. De confirmarse estos datos, el llamamiento de Mas al voto útil, con el fin de atraerse el apoyo de los simpatizantes de ERC y el resto de fuerzas separatistas, se habría demostrado inútil.

A poco más de 24 horas del inicio de la campaña electoral en Cataluña, Artur Mas empieza a despertar de su sueño soberanista. No es que éste se haya desvanecido, pero lo cierto es que la pulsión independentista ha ido perdiendo fuelle a medida que se apagaban los ecos de la multitudinaria manifestación de la Diada, según coinciden en reflejar tozudamente las últimas encuestas: sólo en las dos últimas semanas, los partidarios de la ruptura con España han pasado del 53% al 46%.