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El PP se juega la Xunta y Rajoy la estabilidad del Gobierno por un escaño en Pontevedra
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EL MIEDO AL EXCESO DE CONFIANZA, INQUIETUD DEL PP

El PP se juega la Xunta y Rajoy la estabilidad del Gobierno por un escaño en Pontevedra

Mariano Rajoy ha hecho este fin de semana un alto en su obligada consagración a la política económica y europea para estrenarse en la campaña electoral

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El PP se juega la Xunta y Rajoy la estabilidad del Gobierno por un escaño en Pontevedra

Mariano Rajoy ha hecho este fin de semana un alto en su obligada consagración a la política económica y europea para estrenarse en la campaña electoral de las autonómicas gallegas justo en su ciudad de origen, Pontevedra. No lo ha hecho sólo porque sea su feudo desde hace 25 años, sino porque allí se juega el Partido Popular los comicios y su Gobierno un mínimo respiro antes de terminar el año de los recortes, el rescate financiero primero y el que pueda venir después. La encuesta del CIS que pronostica otra mayoría absoluta (38 sobre 75 escaños) de Alberto Núñez Feijóo trae una tranquilidad relativa al PP. Sus propios sondeos ven en peligro uno de los 11 parlamentarios que ahora tiene por Pontevedra, lo que le obligaría a compensarlo en La Coruña.

Rajoy participará en pocos actos de campaña en Galicia porque no tiene tiempo para más y porque la apuesta del partido es que sea lo más ‘local’ posible (todo para Feijóo). Al PP le interesa que se centre en el ámbito autonómico porque considera que la gestión del presidente de la Xunta es su mejor argumento (es una de las pocas Autonomías que no está en quiebra práctica) y cuenta además con la debilidad del principal adversario: el PSOE, en horas bajas y con mucha competencia por su izquierda. El objetivo principal de los populares es garantizarse la fidelidad de su electorado. Cuanto menos aparezcan en escena los recortes presupuestarios y las subidas de impuestos del Gobierno de Rajoy, mejor para Feijóo.

El sondeo del CIS es relativamente positivo para las aspiraciones del PP en Galicia. Apunta a un descenso general en intención de voto sobre los resultados de 2009 de apenas 2,5 puntos que se compensa con el retroceso del PSOE y la mayor dispersión de los apoyos a los nacionalistas de izquierdas del Bloque, ahora escindidos en dos marcas. Las encuestas que maneja el Partido Popular y los análisis de las mismas que semanalmente han hecho sus dirigentes, diputados y asesores indican que puede haber en el reparto parlamentario más cambios que los pronosticados por el centro oficial.

Con muchas menos entrevistas pero con prospecciones sociológicas más recientes, en la última semana de septiembre, en el PP daban casi por perdido un escaño de los 11 sobre 22 que ahora tiene por Pontevedra. La semana pasada, a punto de empezar la campaña, los pronósticos eran más positivos y parecía más probable mantener la misma representación, según ha sabido El Confidencial. El resultado final depende de un puñado de votos, apenas unos cientos, y los restos podrían beneficiar al PSOE, al BNG, e incluso a la nueva formación de izquierdas de Xosé Manuel Beiras, que se quedaría con el puesto que perdiera el PP. En Vigo, principal ciudad de la provincia y de Galicia, estará la clave.

En medios del Partido Popular descartan que Mario Conde tenga alguna posibilidad de obtener representación por Pontevedra. Pero también es cierto que en ese escaño clave que está en juego por un puñado de votos el trasvase de un sector de electores del PP a la formación del antiguo banquero condenado por estafa, por pequeño que sea, resultaría decisivo.

En contraposición a las dudas en Pontevedra, los datos internos del PP apuntan a la posibilidad de mejorar resultados en La Coruña, donde ya tienen 12 de los 24 escaños de la circunscripción.

Es el arranque de la campaña, con la participación de Mariano Rajoy, lo que ha dado más ánimos a los dirigentes del PP, tanto por comprobar que mantienen la capacidad tradicional de movilización del partido en Galicia como al constatar los graves problemas que tienen en ese terreno los socialistas. Feijóo, como Fraga en su día, marca distancias con el resto de los candidatos. Además, el desafío independentista de los nacionalistas catalanes y vascos puede ejercer de aglutinador del voto en torno al PP.

“La tendencia, después de dispararse hacia arriba y el bache observado en septiembre, es hacia arriba”, según aseguran en fuentes próximas a los responsables de la campaña donde ahora temen más a un exceso de confianza del electorado propio que a cualquier otro cambio, sorpresa o irrupción de algún factor de política nacional que se pueda registrar en la campaña. Es lo que ocurrió en Andalucía, con la diferencia de que allí la izquierda jugaba ‘en casa’ y a la defensiva y en Galicia es el PP el partido que se arriesga a perder su feudo.

Mariano Rajoy ha hecho este fin de semana un alto en su obligada consagración a la política económica y europea para estrenarse en la campaña electoral de las autonómicas gallegas justo en su ciudad de origen, Pontevedra. No lo ha hecho sólo porque sea su feudo desde hace 25 años, sino porque allí se juega el Partido Popular los comicios y su Gobierno un mínimo respiro antes de terminar el año de los recortes, el rescate financiero primero y el que pueda venir después. La encuesta del CIS que pronostica otra mayoría absoluta (38 sobre 75 escaños) de Alberto Núñez Feijóo trae una tranquilidad relativa al PP. Sus propios sondeos ven en peligro uno de los 11 parlamentarios que ahora tiene por Pontevedra, lo que le obligaría a compensarlo en La Coruña.

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