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El juez se inclina por liberar al etarra Bolinaga pese al informe forense de la Audiencia
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El juez se inclina por liberar al etarra Bolinaga pese al informe forense de la Audiencia

El juez de Vigilancia Penitenciaria, que tiene encima de la mesa varios informes contradictorios sobre el estado de salud del etarra Bolinaga, se inclina por su

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El juez se inclina por liberar al etarra Bolinaga pese al informe forense de la Audiencia

El juez de Vigilancia Penitenciaria, que tiene encima de la mesa varios informes contradictorios sobre el estado de salud del etarra Bolinaga, se inclina por su puesta en libertad por su ‘pronóstico de vida’. Ignoraría así el criterio del informe conocido hoy de la Audiencia Nacional y mantendría el del Hospital Donostia, que afirma que el carcelero de Ortega Lara podría morir en doce meses, y nunca antes, según esas fuentes, se ha dejado en prisión a un reo con una esperanza de vida tan corta.

La puesta en libertad condicional del etarra Jesús María Uribetxebarría Bolinaga está generando un auténtico cruce de posiciones contrapuestas. El Ministerio del Interior apuesta por su libertad por ‘razones humanitarias’, la médico forense de la Audiencia sostiene que no está en fase terminal como se dice, el Ministerio Público está dubitativo y ya ha cambiado hasta en tres ocasiones de fiscal, y el juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis de Castro, que ha interrumpido sus vacaciones para hacerse con el caso, se encuentra con varios informes encima de la mesa que nada tienen que ver el uno con el otro.

La última vez que se concedió la libertad condicional a un etarra por parte de la Audiencia Nacional fue en enero de 2011. El preso era Mikel Ibáñez Oteiza y los informes le pronosticaban un año de vida. El juez le excarceló, con el informe favorable de la Fiscalía, y murió a los pocos meses, concretamente el 8 de abril de ese mismo año.

Es más, no se ha dado ningún caso por parte del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de continuar la estancia en prisión de un preso enfermo con la esperanza de vida que le da el hospital de Donostia. En ese momento, el juez justificó su decisión por la “poca o nula capacidad” del etarra “para tomar decisiones, resolver problemas o enfrentarse a las incidencias cotidianas”, tal y como recogía el informe médico forense. El magistrado creía en ese caso que la estancia en la cárcel podía provocar el “acortamiento de las expectativas de vida” por lo que decidió aprobar la propuesta de libertad condicional solicitada por la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario de Donostia.

Estas fuentes jurídicas subrayan que se han dejado en libertad a presos con pronósticos de vida superiores alegando razones humanitarias y, por tanto, nada impediría permitir la salida de prisión de Uribetxebarría para que se tratara de su enfermedad fuera del centro penitenciario.

Eso sí, fuentes de la Audiencia Nacional recuerdan que en caso de quedar libre debería cumplir las restricciones propuestas por Instituciones Penitenciarias, el “alejamiento de las víctimas de sus delitos o de los familiares directos de éstas, la prohibición de participar de forma activa o pasiva en manifestaciones públicas de enaltecimiento o legitimación de la violencia y la imposibilidad de ausentarse, sin previa autorización de la Administración Penitenciaria, de la localidad en la que fije su residencia”.

El juez de Vigilancia Penitenciaria, que tiene encima de la mesa varios informes contradictorios sobre el estado de salud del etarra Bolinaga, se inclina por su puesta en libertad por su ‘pronóstico de vida’. Ignoraría así el criterio del informe conocido hoy de la Audiencia Nacional y mantendría el del Hospital Donostia, que afirma que el carcelero de Ortega Lara podría morir en doce meses, y nunca antes, según esas fuentes, se ha dejado en prisión a un reo con una esperanza de vida tan corta.