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Las primarias dividen al PSOE cuatro meses después de la victoria de Rubalcaba
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TEMOR A QUE SE LIMITE LA PARTICIPACIÓN

Las primarias dividen al PSOE cuatro meses después de la victoria de Rubalcaba

Solo han transcurrido cuatro meses desde que el PSOE eligiera, en una reñida competición, a Alfredo Pérez Rubalcaba como su nuevo líder. Y, si la crisis

Foto: Las primarias dividen al PSOE cuatro meses después de la victoria de Rubalcaba
Las primarias dividen al PSOE cuatro meses después de la victoria de Rubalcaba

Solo han transcurrido cuatro meses desde que el PSOE eligiera, en una reñida competición, a Alfredo Pérez Rubalcaba como su nuevo líder. Y, si la crisis no altera los plazos, las elecciones generales no se celebrarán hasta 2015. Sin embargo, el pulso por las primarias ha regresado al seno de los socialistas, ha reabierto heridas y amenaza con dividir sus fuerzas en uno de los peores momentos posibles, con el partido estancado en los sondeos, el sistema financiero rescatado y la economía española en la cuerda floja.

Entre quienes apoyaron a Carme Chacón o simplemente no quieren ver a Rubalcaba como cabeza de cartel electoral, ha ido creciendo la inquietud en torno a los planes de Ferraz para regular el sistema de primarias con que se deberá elegir al próximo candidato del PSOE. Pero, al mismo tiempo, la dirección socialista teme que se este pulso vuelva a desestabilizar la nave del partido, dañando la imagen que proyecta al electorado solo cuatro meses después del Congreso Federal. “El PSOE no está mirándose el ombligo sino tratando de ver como ayudamos a este país a salir de esta situación tan difícil”, aseguró el viernes Elena Valenciano.

Pero más allá de este mensaje oficial, lo cierto es que cada vez más figuras del partido alimentan la polémica sobre las primarias. El hecho de que Óscar López y Ramón Jáuregui sean los encargados de comandar la próxima conferencia política y organizativa del partido, que se celebrará en otoño, preocupa a quienes considera que la elección del candidato a la francesa es una conquista irrenunciable del último Congreso. Se trata, como es obvio, de dos nombres muy próximos a Rubalcaba, y los críticos temen que restrinjan las condiciones para las primarias, limitando el derecho a voto de los simpatizantes.

“La voluntad de los militantes quedó bien clara en el Congreso de Sevilla. Además, Rubalcaba se comprometió a abrir las primarias. No se puede volver a hurtar a la gente la posibilidad de elegir, como sucedió en 2011, ni cerrar el partido otra vez a la sociedad después de haber prometido apertura y primarias a la francesa”, señalaron fuentes socialistas que apoyaron a Chacón y defendieron el modelo de la elección de François Hollande.

Las declaraciones de Jáuregui el pasado día 10 a Efe, asegurando que lo lógico es que Rubalcaba sea el candidato en 2015, no ayudaron a calmar esta inquietud. Tampoco el hecho de que, como informó este diario, el secretario general ya haya comunicado a su equipo que pretende ser el cabeza de cartel socialista en las próximas generales. Además, de forma paralela, se han encadenado maniobras a favor y en contra de las primarias en diversos estratos del partido.

Democracia o lío interno

Hace dos semanas, López visitó Valencia como secretario de Organización, y ante el líder regional, el chaconista Ximo Puig, lanzó un nítido mensaje en contra de otro tipo de primarias, las previstas en esa comunidad para elegir a sus secretarios generales. Se trata de una resolución aprobada en el Congreso de los socialistas valencianos, pero que choca con los estatutos federales, que no contemplan otro método para elegir a los líderes orgánicos que los cónclaves con delegados.

En este escenario, la presión sobre Ferraz ha arreciado desde Madrid y Andalucía. Tomás Gómez advirtió que las primarias deben celebrarse cuanto antes para que el PSOE tenga ya un referente electoral claro, y no esperar a 2015, donde se solaparían con las elecciones municipales, autonómicas y, a priori, generales. “Es cierto que si esperamos tanto podemos quedarnos sin margen de maniobra. Ferraz puede argumentar que en un estado de zozobra por la crisis, y con urgencias electorales, es un lío organizar una batalla interna de ese calado. Algo así sucedió el año pasado”, sostuvo un diputado socialista.  

El presidente andaluz, que también ocupa ese cargo en el PSOE, José Antonio Griñán, también volvió a echar leña al fuego de las primarias el viernes, aunque con la virtud de dejar abierta la interpretación de sus palabras. Por un lado, afirmó que si Rubalcaba opta a la elección interna, debería dimitir como secretario general, ya que desde esa posición, “si gana no es creíble, y si pierde es un desastre”. “Ya tenemos experiencia en eso”, recordó, en referencia al duelo entre Joaquín Almunia y Josep Borrell. No obstante, Griñán también dejó la puerta abierta a que Rubalcaba, como secretario general, omita las primarias y sea designado candidato: “Tradicionalmente el que asume la máxima responsabilidad del partido es el candidato”. Esta es la lectura que se prefiere dar en Ferraz, donde se insiste que las primarias no están ahora entre las prioridades del partido.

Solo han transcurrido cuatro meses desde que el PSOE eligiera, en una reñida competición, a Alfredo Pérez Rubalcaba como su nuevo líder. Y, si la crisis no altera los plazos, las elecciones generales no se celebrarán hasta 2015. Sin embargo, el pulso por las primarias ha regresado al seno de los socialistas, ha reabierto heridas y amenaza con dividir sus fuerzas en uno de los peores momentos posibles, con el partido estancado en los sondeos, el sistema financiero rescatado y la economía española en la cuerda floja.

Alfredo Pérez Rubalcaba