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El presidente, a punto de sonar la campana, recurrió a Merkel y se apoyó en Monti
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EL GOBIERNO DEJA PARA JULIO LAS EXPLICACIONES DEL ACUERDO

El presidente, a punto de sonar la campana, recurrió a Merkel y se apoyó en Monti

Mariano Rajoy se crece cuando va a sonar la campana. Es lo que dicen en el PP sobre su jefe y recuerdan los momentos clave: la

Foto: El presidente, a punto de sonar la campana, recurrió a Merkel y se apoyó en Monti
El presidente, a punto de sonar la campana, recurrió a Merkel y se apoyó en Monti

Mariano Rajoy se crece cuando va a sonar la campana. Es lo que dicen en el PP sobre su jefe y recuerdan los momentos clave: la derrota electoral de 2008, el congreso de Valencia y el ejercicio de aguante de toda la legislatura pasada. Tiene sus propios ritmos y deja las prisas para los demás. Lo ha demostrado entre el jueves pasado cuando empezaron las presiones del Eurogrupo para atajar el problema de la banca española y las negociaciones del sábado por la tarde para lograr un acuerdo satisfactorio. Ahora presume de haber salvado a España de un rescate de verdad, condicionado a medidas de ajuste impuestas desde fuera. De nuevo recurrió a sus relaciones con Angela Merkel, se apoyó en Mario Monti y se fue el domingo al fútbol "satisfecho del objetivo cumplido".

"He hablado con mucha gente", se limitó ayer a comentar en la sala de tapices de la Moncloa sobre sus gestiones de los últimos días que sólo conocen al detalle el ministro de Economía, Luis de Guindos; el responsable de la oficina económica de Presidencia, Álvaro Nadal, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y, sobre todo, su jefe de gabinete, Jorge Moragas.

En fuentes gubernamentales aseguran que las líneas generales del acuerdo alcanzado en el Eurogrupo (ayuda financiera generosa a los bancos con problemas, sin condicionantes de más recortes presupuestarios o reformas impuestas desde fuera para el Gobierno y sin que contabilizara para el déficit) era exactamente lo que Rajoy perseguía y pedía a Merkel  desde su famoso paseo en barco por el río de Chicago del 21 de mayo pesado, "e incluso antes".

El presidente del Gobierno defendía ayudas directas a las entidades financieras, sin pasar por los Estados, porque eso suponía, como saben bien los países intervenidos, el fin de la soberanía de los Ejecutivos afectados que se ven obligados a adoptar los recortes concretos que se les ordenan desde Bruselas. Luis de Guindos propuso en el Eurogrupo que la vía de intermediación fuera el organismo y fondo que ya funciona en España para apoyar a los bancos y cajas con problemas (el FROB). Fue la solución intermedia que venía a satisfacer la petición de España y el rechazo formal de Alemania, que siempre quiere garantías gubernamentales con más ahorros.

En medios de La Moncloa se da a entender que Rajoy ha estado por detrás de todo el proceso negociador y que lo despejó gracias a esas gestiones personales con los jefes de Ejecutivo que más mandan: Merkel. En el Eurogrupo el ministro español se encontró con el muy interesado apoyo de Mario Monti. Hay entidades italianas que pueden necesitar esa misma fórmula de respaldo europeo en breve.

En las citadas fuentes insistieron en que el recurso al crédito europeo vía FROB no sumará más déficit a las cuentas públicas porque las entidades con problemas, que recibirán ese apoyo con los mejores tipos y plazos que los actuales del propio FROB, luego tendrán que compensarlo con el órgano nacional: que lo tendrán que pagar ellos.

El presidente del Gobierno no quiso dar explicaciones técnicas. El mejor vendedor del gabinete, aunque se prodiga poco y cuando no hay más remedio, se aplicó al mensaje más directo para la opinión pública: "No es fácil de conseguir que a uno le den una línea de crédito de 100.000 millones, otros lo han tenido que poner de su bolsillo". Para Rajoy no hay problemas de comunicación de su gabinete ni tiene importancia las contradicciones entre sus previsiones y lo que luego ocurre: "Estas cosas -por el acuerdo- se hacen así. Se conocen cuando ya se ha producido el resultado satisfactorio, no se televisan, ni se radian".

El jefe del Ejecutivo acudirá a explicar en el Congreso lo de la vía de crédito europeo "que no es rescate", cuando se conozcan las cifras (sobre el día 21 de junio), se concrete la fórmula jurídica, se firme el texto y quede sancionado en el Consejo Europeo del 28 de junio. Tendrá que ser en un pleno extraordinario que la Cámara baja tendrá que convocar ya en julio.

En España la oposición esperaba que sonara esa campana, la de la intervención al estilo irlandés, para dar por amortizado al Gobierno del PP y su victoria electoral de noviembre pasado; para lanzarse a la campaña de pedir un Ejecutivo de concentración, sin Rajoy y con socialistas, que les devolviera protagonismo político pese a representar ahora en las Cortes lo mismo que la Alianza Popular de Manuel Fraga en tiempos de Felipe González. De ahí el afán de Rubalcaba en presentarse un día como hombre de Estado que apoya al Ejecutivo y al siguiente negar cualquier aval en forma de votación o mesura en la denuncia de problemas como el del sistema financiero. Él también tiene siempre encima la campana en forma de encuestas y vigilancia de los sectores del PSOE que no controla.

Mariano Rajoy se crece cuando va a sonar la campana. Es lo que dicen en el PP sobre su jefe y recuerdan los momentos clave: la derrota electoral de 2008, el congreso de Valencia y el ejercicio de aguante de toda la legislatura pasada. Tiene sus propios ritmos y deja las prisas para los demás. Lo ha demostrado entre el jueves pasado cuando empezaron las presiones del Eurogrupo para atajar el problema de la banca española y las negociaciones del sábado por la tarde para lograr un acuerdo satisfactorio. Ahora presume de haber salvado a España de un rescate de verdad, condicionado a medidas de ajuste impuestas desde fuera. De nuevo recurrió a sus relaciones con Angela Merkel, se apoyó en Mario Monti y se fue el domingo al fútbol "satisfecho del objetivo cumplido".

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