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Mas pagó 300.000 euros en subvenciones al comisario de los fastos independentistas
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MIQUEL CALZADA, PARTIDARIO DE DECLARAR LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA

Mas pagó 300.000 euros en subvenciones al comisario de los fastos independentistas

El pasado martes, el Gobierno catalán aprobaba el nombramiento del periodista Miquel Calzada como “comisario para la organización y desarrollo de los actos conmemorativos del 300

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Mas pagó 300.000 euros en subvenciones al comisario de los fastos independentistas

El pasado martes, el Gobierno catalán aprobaba el nombramiento del periodista Miquel Calzada como “comisario para la organización y desarrollo de los actos conmemorativos del 300 aniversario del 11 de Septiembre de 1714”. Los responsables políticos de la Generalitat se apresuraron a especificar que Calzada no cobrará nada por sus servicios. Poca falta le debe hacer a un hombre que en los últimos años se ha embolsado millones de euros de las arcas públicas en concepto de subvenciones o de informes. Sólo el año pasado, en plena época de recortes indiscriminados, recibió más de 300.000 euros de ayudas del Gobierno catalán.

Su nombramiento no es gratuito, sino que responde a un perfil que al Ejecutivo de Artur Mas le interesa potenciar. El 2014 es una fecha señalada en el calendario nacionalista catalán, ya que ese día fue el de la caída de Barcelona ante las tropas de Felipe V, el primer Borbón. Y de ahí que la Diada Nacional de Cataluña se celebre en tal jornada.

El año 2014, pues, tiene un relieve especial para los catalanistas. El ex vicepresidente del Gobierno, el republicano Josep Lluís Carod-Rovira, había propuesto esa fecha precisamente como horizonte para la celebración de un referéndum sobre la independencia, aprovechando que se cumplen tres siglos de la efeméride. Y varias organizaciones independentistas preparan sendas campañas para forzar, aunque sea simbólicamente, actos de proclamación unilateral de la independencia en ese año.

El Gobierno catalán, por su parte, no puede quedarse al margen de celebraciones y prevé celebrar por todo lo alto el aniversario. Además, si Artur Mas no adelanta elecciones, la comunidad estará a las puertas de una campaña electoral que se adivina dura, con una Convergència i Unió (CiU) escorada hacia posiciones soberanistas para copar el espectro catalanista frente a ERC y otras formaciones independentistas y convertirse en la referencia nacionalista por excelencia del panorama político.

Para pilotar los eventos del aniversario, CiU echó mano de uno de los comunicadores estrella de los tiempos de Jordi Pujol. Miquel Calzada siempre estuvo alineado junto a los sectores más soberanistas de la política catalana. Y eso se ha de notar en algo: para empezar, en las notas oficiales, la Generalitat ha cambiado su apellido por el más catalán de Calçada, sin duda un toque de distinción para los actos conmemorativos de 2014. Su nombre más conocido, sin embargo, es el de Mikimoto, apodo que todavía sigue manteniendo.

Las organizaciones independentistas tienen en Calzada un aliado incondicional. En enero pasado, Mikimoto regresó a Cataluña desde Estados Unidos, donde había realizado el último año y medio un máster de Administración Pública en la Maxwell School de Siracusa. En una entrevista que publica esta semana la web de la Fundació CatDem (la fundación oficial de Convergència), Mikimoto se muestra partidario de “romper la legalidad”. “Lo que ha de hacer el Parlamento de Cataluña es, basándose en su soberanía, declarar la independencia. Y eso ha de ser ratificado después en referéndum por el pueblo de Cataluña”, afirma. Y no descarta entrar en Convergència o figurar en las listas electorales. “Me he preparado para gestionar la Administración pública porque me apetecía, porque no pude hacerlo cuando tocaba por generación. Lo hice porque quiero estar preparado por si algún día han de contar conmigo. Soy un ciudadano más al servicio del país”, reconoce. Ahora, pues, tiene la oportunidad de realizar su primer servicio a la causa.

Enfado con Buenafuente

En 1983, la voz de Calzada fue la primera que Catalunya Ràdio, la emisora pública del Gobierno catalán, lanzó al aire. A primeros de los 90, ya tenía su programa en TV3, Persones humanes, donde dio entrada a un joven Andreu Buenafuente, el encargado de leer las noticias del día. Años más tarde, cuando Buenafuente ya era un bregado comunicador en la misma cadena, Mikimoto le declaró la guerra porque tenía la mala costumbre de, si entrevistaba a un invitado que sólo hablaba castellano, le hacía las preguntas en este idioma. Para Calzada, en TV3 no puede tener cabida el castellano porque considera que el catalán está en inferioridad de condiciones y debe prohibirse utilizar la lengua del imperio en un medio catalán. Las relaciones entre ambos se enfriaron cuando Buenafuente creó su propia productora, El Terrat, y abandonó la de Calzada.

En los 90, Mikimoto triunfó no sólo en la radio, sino en la televisión. Dirigió y presentó espacios como Mikimoto Club, Pasta gansa, Afers Exteriors, Bricolatge Emocional, El mètode Larson per deixar de fumar o La marató 2007. En el 2000, según la biografía difundida por la Generalitat, recibió el Premio Nacional de Radiodifusión del propio Gobierno catalán. También obtuvo el Premio òmnium Cultural de TV en 1996 y 2008, el Premio  òmnium Cultural de radio en 1994, el Premio Ciemen 2010 y el Premio Periodístico Cataluña Exterior 2003 que otorga el mismo Gobierno.

A comienzos de los 90, Calzada también fundó su propio grupo radiofónico, articulado en torno a la emisora Flaix FM. Esta emisora forma parte del Grup Flaix en la actualidad, que controla también la emisora Ràdio Flaixbac. A su vez, Grup Flaix está controlado por las sociedades Sargantana Voladora y Tiana’n’man. La primera es una empresa del propio Mikimoto y de Carles Cuní, mientras que la segunda es exclusivamente de Cuní, hermano de Josep Cuní, el gran fichaje de 8TV.

El negocio de las subvenciones

El mismo día de su nombramiento, el portavoz del Gobierno, Francesc Homs, se apresuró a destacar que Calzada no cobrará nada por ser comisario de los fastos del 2014. Pero si hubiese mirado los papeles del Departamento de Presidencia de tan sólo unos días antes vería que en los últimos meses Mikimoto se ha embolsado un buen puñado de euros provenientes del Gobierno. En concreto, Presidencia le dio, en el 2011, 150.000 euros para la “innovación o mejora sustancial en la digitalización, adaptación de infraestructuras a la tecnología digital y multimedia” de Flaix FM y Ràdio Flaixbac. Pero también hace unos meses, en plena época de recortes de servicios básicos, Presidencia aprobó la “inserción de cápsulas informativas de interés general para la ciudadanía” en esas dos emisoras por 131.915,03 euros más. Y, por si fuera poco, Flaix FM SL recibió 13.311,16 euros para gastos de la emisora y Ràdio Flaixbac otros 14.876,94 euros por el mismo concepto. En resumen, Mikimoto se embolsó más de 300.000 euros de las arcas públicas en el último año. Y eso que las emisoras tienen sólo un share del 1,9 (Flaix FM) y del 1,1% (Ràdio Flaixbac) del mercado de radios temáticas, según los últimos datos del EGM.

El pequeño grupo de emisoras de Mikimoto, sin embargo, no sólo ha vivido de subvenciones en el 2011. Los últimos años, ha recibido suculentas ayudas públicas del Gobierno. En el 2008, por ejemplo, se embolsó 140.530 euros para la ”creación del portal del internauta catalán Flaix.cat”, además de 71.125 euros por un “estudio de mercado sobre los gustos musicales de los catalanes de la emisora Flaix FM”. Además, las empresas Flaix FM recibió 52.480,10 euros en subvenciones y Ràdio Flaixbac otros 36.102 euros. En otras palabras, más de 250.000 euros en subvenciones.

El año 2009, también recibió 180.000 euros por un “sistema de transmisión de reproducción vía streaming” y más de 82.000 euros para las dos emisoras citadas. Las subvenciones, por tanto, superaron los 260.000 euros. Y en el año 2010, las ayudas fueron algo menores: 158.515 euros para “la consolidación y ampliación del proyecto de streaming” y casi 76.000 euros para las emisoras. Es decir, otros 234.000 euros.

El pasado martes, el Gobierno catalán aprobaba el nombramiento del periodista Miquel Calzada como “comisario para la organización y desarrollo de los actos conmemorativos del 300 aniversario del 11 de Septiembre de 1714”. Los responsables políticos de la Generalitat se apresuraron a especificar que Calzada no cobrará nada por sus servicios. Poca falta le debe hacer a un hombre que en los últimos años se ha embolsado millones de euros de las arcas públicas en concepto de subvenciones o de informes. Sólo el año pasado, en plena época de recortes indiscriminados, recibió más de 300.000 euros de ayudas del Gobierno catalán.