Aguirre no asistirá a la final de Copa tras pedir suspenderla si se pitaba al himno
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no asistirá a la final de la Copa del Rey que disputan los equipos FC Barcelona y
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Esta semana, la presidenta ha sido protagonista por sus declaraciones acerca de los posibles pitidos que pudieran darse en el estadio cuando suene el himno nacional. A su juicio, si esto se produjera no debería celebrarse el encuentro con público sino a puerta cerrada. Muchas han sido las críticas recibidas. Como la del presidente vasco, Patxi López, quien ayer envió una carta a Aguirre, en la que, según comentó el propio lehendakari, le decía "todo lo que había que decir" a propósito de sus palabras.
La dirigente madrileña ha recibido críticas por sus palabras al entender que se estaba utilizando una cuestión deportiva para hacer política. Aguirre ha insistido en que una pitada al himno nacional en países "serios" como Estados Unidos o Reino Unido no se permitiría y ha recordado que es un delito atacar los símbolos nacionales.
Don Felipe acompañado
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Educación, José Ignacio Wert, acompañarán al Príncipe de Asturias en la final del partido de Copa del Rey que disputarán mañana el Barcelona y el Atlético de Bilbao en el estadio Vicente Calderón. Fuentes del Ejecutivo han confirmado que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no acudirá al partido.
Tampoco lo hará el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien ha justificado su decisión en el hecho de que hace mucho que no va a un campo de fútbol porque, en sus circunstancias, "es incomodísimo" y, por ese mismo motivo, dejó hace años su abono en el Bernabeu.
Partidos independentistas y plataformas cívicas, por su parte, han aprovechado la coyuntura para reivindicar el reconocimiento internacional de selecciones deportivas catalana, vasca y gallega en la final de la Copa del Rey de fútbol.
En concreto, miembros de la Plataforma Pro Selecciones deportivas catalana, gallega y vasca, acompañados de representantes políticos que defienden su presencia en competiciones oficiales internacionales, han hecho un llamamiento a ambas aficiones para que, "sin entrar en provocaciones", llenen de banderas catalanes y vascas el estadio, y a que cada cual anime a su equipo.
Esta semana, la presidenta ha sido protagonista por sus declaraciones acerca de los posibles pitidos que pudieran darse en el estadio cuando suene el himno nacional. A su juicio, si esto se produjera no debería celebrarse el encuentro con público sino a puerta cerrada. Muchas han sido las críticas recibidas. Como la del presidente vasco, Patxi López, quien ayer envió una carta a Aguirre, en la que, según comentó el propio lehendakari, le decía "todo lo que había que decir" a propósito de sus palabras.
La dirigente madrileña ha recibido críticas por sus palabras al entender que se estaba utilizando una cuestión deportiva para hacer política. Aguirre ha insistido en que una pitada al himno nacional en países "serios" como Estados Unidos o Reino Unido no se permitiría y ha recordado que es un delito atacar los símbolos nacionales.