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¿Qué fue de la reducción de 'puentes' prometida por Rajoy? La Iglesia tendrá la última palabra
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LA CONFERENCIA EPISCOPAL APELA AL CONCORDATO FIRMADO EN 1979

¿Qué fue de la reducción de 'puentes' prometida por Rajoy? La Iglesia tendrá la última palabra

Este lunes, víspera de festivo en toda España, cientos de miles de trabajadores han disfrutado de una jornada extra de descanso por el puente del 1

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¿Qué fue de la reducción de 'puentes' prometida por Rajoy? La Iglesia tendrá la última palabra

Este lunes, víspera de festivo en toda España, cientos de miles de trabajadores han disfrutado de una jornada extra de descanso por el puente del 1 de mayo; cuatro días de asueto que en el caso de los madrileños serán cinco, por la celebración, mañana, del Día de la Comunidad. Una circunstancia que, inevitablemente, ha rescatado del olvido el anuncio de Mariano Rajoy en su discurso de investidura, cuando se comprometió a suprimir los macropuentes, o al menos reducir su número, para "racionalizar el calendario laboral".

Fue, sin duda, la medida más llamativa -aunque no sorprendente, porque la patronal venía reclamándola desde mucho antes- enunciada por Rajoy en el debate de investidura del pasado 19 de diciembre. El momento elegido por el líder del PP no pudo ser más oportuno, porque sólo dos semanas antes España se había paralizado por el macropuente de nueve días de la Constitución y la Inmaculada, que cayeron estratégicamente en martes y jueves, respectivamente.

"Para fomentar la eficiencia del mercado de trabajo", afirmó Rajoy durante su investidura en el Congreso, "abordaremos los costes que para nuestra economía suponen los puentes, de manera que se trasladarán las fiestas al lunes más cercano, con la excepción de aquellas fechas de mayor arraigo social". Pero han transcurrido cuatro meses y medio desde aquel anuncio sin que nada haya cambiado en el calendario laboral.

Precisamente CiU acaba de exigir al Gobierno que se pronuncie sobre la fecha en la que pretende poner en marcha aquella promesa de Rajoy. Los nacionalistas catalanes presentaron la semana pasada en el Congreso una batería de preguntas sobre los acuerdos que la patronal y los sindicatos alcanzaron el pasado mes de enero, entre ellos la conveniencia de trasladar a los lunes las fiestas de ámbito nacional que caigan entre semana. CiU quiere saber si el Ejecutivo piensa aplicar, y cuándo, ese compromiso de Rajoy reclamado también por los agentes sociales.

Empresarios y sindicatos trasladaron al Gobierno su propuesta para mover este mismo año al lunes tres festivos nacionales, dos de ellos de carácter religioso: el 15 de agosto, miércoles, festividad de la Asunción; el 1 de noviembre, jueves, Día de Todos los Santos; y el 6 de diciembre, jueves, Día de la Constitución. Argumentaron que, de esta forma, mejoraría "la productividad de las empresas" y se favorecería "la conciliación de la vida personal, laboral y familiar". El Ejecutivo, sin embargo, ha aparcado esa propuesta -y la promesa de Rajoy- y no ha movido ficha desde entonces.

La Iglesia, con voz y voto

Pero hay un cuarto actor que reclama su papel protagonista en la modificación del calendario laboral: la Iglesia. El portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, dijo con cautela en diciembre, tras el compromiso adquirido por Rajoy en el Congreso: "No vamos a adelantar acontecimientos hasta que haya propuestas concretas". Sin embargo, fuentes cercanas a la cúpula de los obispos aseguraron ayer a El Confidencial que cualquier reforma del calendario que afecte a festividades religiosas deberá contar "obligatoriamente" con el visto bueno de la Iglesia.

Las fuentes consultadas apelan al Concordato entre la Iglesia y el Estado firmado en 1979, que en su artículo 3 recoge que este último "reconoce como días festivos todos los domingos", y que "de común acuerdo se determinará qué otras festividades religiosas son reconocidas como días festivos". Y dan a entender que la Conferencia Episcopal presentará batalla para evitar que las fiestas religiosas de mayor raigambre sean desplazadas al lunes.

Ya lo hizo en 1990 con ocasión del traslado al domingo de la festividad del Corpus. El 25 de abril de aquel año, la Conferencia Episcopal emitió un comunicado en el que expresaba su profundo malestar por la decisión del Gobierno de Felipe González de mover la fiesta del Corpus. Aquella medida, según la Iglesia, provocó "un notable desconcierto en los ciudadanos católicos, que no acaban de comprender la supresión del descanso laboral de algunas fiestas religiosas de gran arraigo popular, decidida frecuentemente en los últimos años, con consecuencias nada favorables para la vida cristiana".

Hosteleros, agencias de viajes y varias federaciones sindicales ya expresaron en diciembre su frontal oposición a la reducción de los puentes. Los secretarios de Comercio y Hostelería de CCOO y UGT de Andalucía, Gonzalo Fuentes y Rafael Navas, respectivamente, argumentaron entonces que esa medida no sólo "no va a incrementar la productividad", sino que "es una barbaridad para la industria turística española y para los comercios, que se benefician de la llegada de viajeros que efectúan compras". Por su parte, el presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes y Turoperadores, Rafael Gallego, denunció que "poco va a beneficiar al sector turístico la supresión anunciada", y añadió que sólo sería positivo trasladar al lunes un festivo que caiga en miércoles.

Dentro de dos semanas, el próximo 15 de mayo, los madrileños volverán a disfrutar de un puente, esta vez de cuatro días, con ocasión de la festividad de San Isidro, patrón de la capital. Pero las fiestas locales y autonómicas, en principio, quedan excluidas de la reducción de puentes anunciada por Rajoy y apoyada por los agentes sociales. Tal vez el Gobierno se decida a cumplir lo prometido y reformar el calendario laboral antes de la próxima fiesta de ámbito nacional, el 15 de agosto. Aún hay tres meses y medio por delante.

Este lunes, víspera de festivo en toda España, cientos de miles de trabajadores han disfrutado de una jornada extra de descanso por el puente del 1 de mayo; cuatro días de asueto que en el caso de los madrileños serán cinco, por la celebración, mañana, del Día de la Comunidad. Una circunstancia que, inevitablemente, ha rescatado del olvido el anuncio de Mariano Rajoy en su discurso de investidura, cuando se comprometió a suprimir los macropuentes, o al menos reducir su número, para "racionalizar el calendario laboral".

Mariano Rajoy Iglesia