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Arenas intenta gestionar su sucesión: designar a Zoido y evitar a Fátima Báñez
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NADIE QUIERE HABLAR DE QUE REPITA COMO CANDIDATO

Arenas intenta gestionar su sucesión: designar a Zoido y evitar a Fátima Báñez

Las secuelas del 25M han abierto en el PP de Andalucía un interregno en el que la preocupación principal de Arenas es evitar que aparezcan movimientos

Foto: Arenas intenta gestionar su sucesión: designar a Zoido y evitar a Fátima Báñez
Arenas intenta gestionar su sucesión: designar a Zoido y evitar a Fátima Báñez

Las secuelas del 25M han abierto en el PP de Andalucía un interregno en el que la preocupación principal de Arenas es evitar que aparezcan movimientos incontrolados que planteen alternativas a su liderazgo. Nadie dentro del partido, ni siquiera la guardia pretoriana del propio Arenas, se atreve a decir públicamente que volverá a ser candidato a unas futuras elecciones autonómicas. El malestar generalizado en el centro-derecha andaluz por el fiasco electoral, patentizado de forma descarnada incluso en portadas de algunos medios de la derecha, ha provocado un vacío de poder en el PP, ansiedad en su electorado y la necesidad acuciante de dar una respuesta antes de que el tiempo pudra al partido sumiéndolo en la resignación y la impotencia.

Arenas ha asumido ya que no volverá a ser candidato a la Junta de Andalucía. Sólo habría una posibilidad de emergencia: que un Gobierno de coalición PSOE-IU reventara en plena legislatura, no hubiera más remedio que convocar elecciones anticipadas, y esta coyuntura cogiera al PP sin alternativa a su líder actual. Arenas se vería obligado a coger los trastos de nuevo, pero nadie podría prever la reacción de su propio electorado, muy contrariado hoy, ante el quinto intento del aspirante.

Encuentro informal con Rajoy

Los pasos a seguir por el PP son: próximo encuentro informal de Arenas con Rajoy, en el que se pondrá sobre la mesa el resultado electoral, análisis de las causas del fracaso, el futuro del político andaluz y su recambio de cara a las futuras elecciones, y todo en el esquema del futuro congreso regional, a celebrar posiblemente en junio. Arenas ha dicho que quiere quedarse en Andalucía. Sin embargo, esta afirmación sólo pretende evitar movimientos internos de quienes quisieran aprovechar un vacío de poder al entender que el actual líder de su partido está quemado.

El candidato de Arenas para el futuro reto electoral es Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla, la persona más cercana a él –“mi amigo del alma”, como dijo en el balcón del 25M-, que ya fue en su momento secretario general del partido. Zoido, un político sin aristas, respetado y querido en el PP, levanta algunas suspicacias. En primer lugar, hay quienes consideran que Zoido se limitaría a ser una prolongación de Arenas, y saltaría a la arena electoral movido por el mando a distancia del actual líder del PP, ofreciendo así un flanco vulnerable para sus oponentes. De otra parte, habría algunos alcaldes que no verían con buenos ojos que fuera su homólogo de Sevilla el que identificara la marca de toda Andalucía.

Señal de alarma en la Alcaldía de Zoido

Juan Ignacio Zoido, por otra parte, está obligado a redoblar su esfuerzo en la Alcaldía para evitar sorpresas futuras. No en balde, en estas elecciones, donde Zoido iba de cabeza de cartel por Sevilla, su candidatura ha perdido 15 puntos respecto al resultado que el mismo Zoido sacó hace menos de un año cuando se presentó a la Alcaldía.

Al margen de la figura de Juan Ignacio Zoido, la mayor oposición interna a Javier Arenas actualmente está en alcaldes como los de Málaga, Cádiz, Huelva o Esperanza Oña, de Fuengirola, y hasta ahora portavoz del grupo parlamentario. El problema para Arenas en este interregno que se abre es que se pudiera producir un movimiento coordinado desde estos enclaves de poder institucional del partido.

Por otra parte, desde Génova se baraja la figura de Fátima Báñez, ministra de Empleo, que durante los últimos lustros ha formado parte de las ejecutivas del partido en Andalucía. Báñez contaría con el apoyo de Soraya Sáenz de Santamaría y estaría bien vista por Mariano Rajoy; María Dolores de Cospedal aceptaría cualquier alternativa que no fuera Arenas o alguien de su cuerda, y la ministra contaría también con el apoyo de la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, con quien mantiene una estrecha amistad desde que esta última fue presidenta provincial; de Pedro Rodríguez, alcalde de Huelva, también amigo de Báñez, y de otros representantes institucionales.

La verdadera influencia de Arenas

Hasta ahora, Arenas ha utilizado a su favor la condición de barón principal del partido y persona de absoluta confianza de Rajoy. Sin embargo, en este último año, su influencia real ha decaído mucho y sólo su éxito en Andalucía le habría permitido recobrar poder interno en el PP apoyado en su condición de presidente de la mayor comunidad del Estado.

La pérdida de influencia real de Arenas en el PP nacional ha ido paralela a la necesidad que en su entorno ha habido de transmitir un poder del líder andaluz que en realidad ya no era tal. En este sentido, se llegó a asegurar incluso que Rajoy había elegido a tres ministros andaluces por influencia de Arenas. Nada más lejos de la realidad. Arias Cañete mantiene una mala relación con Arenas desde hace lustros, prácticamente desde el desembarco del actual líder andaluz en la cúpula del partido en Andalucía y su ofensiva contra los antiguos “manchistas”, entre los que se encontraba el propio Arias Cañete.

Fátima Báñez tampoco mantiene buenas relaciones con Arenas, sobre todo desde que el actual líder del PP andaluz volviera a Andalucía en 2004 desplazando a Teófila Martínez de la presidencia regional y no con las mejores formas. Báñez siempre ha sido una persona de absoluta confianza de Martínez y viceversa. Y en el caso de Cristobal Montoro, nadie se puede creer que su elección como ministro por parte de Rajoy responda a la recomendación de Arenas. De hecho, la única persona de confianza que Arenas ha podido situar en el Gobierno de Rajoy ha sido el malagueño Juan Manuel Moreno, en la Secretaría de Estado de Servicios Sociales, para lo que ha aprovechado su relación con la ministra Ana Mato.

Las secuelas del 25M han abierto en el PP de Andalucía un interregno en el que la preocupación principal de Arenas es evitar que aparezcan movimientos incontrolados que planteen alternativas a su liderazgo. Nadie dentro del partido, ni siquiera la guardia pretoriana del propio Arenas, se atreve a decir públicamente que volverá a ser candidato a unas futuras elecciones autonómicas. El malestar generalizado en el centro-derecha andaluz por el fiasco electoral, patentizado de forma descarnada incluso en portadas de algunos medios de la derecha, ha provocado un vacío de poder en el PP, ansiedad en su electorado y la necesidad acuciante de dar una respuesta antes de que el tiempo pudra al partido sumiéndolo en la resignación y la impotencia.

Juan Ignacio Zoido Fátima Báñez Javier Arenas