La vicepresidenta gana el primer asalto entre las dos ‘damas de hierro’ de Rajoy

Los nombramientos de los maridos de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y de la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, han sido la última escenificación del pulso que mantienen las dos mujeres con más peso político al lado de Mariano Rajoy. Y la manera diametralmente en que han terminado los fichajes muestra quién ha ganado el asalto. “Rajoy ha sido muy ‘marianista’ en su manera de actuar, ha dejado correr las cosas y, al final, ha dejado meridianamente claro quién es su favorita”, dicen en fuentes del PP.

El enfrentamiento ‘soterrado’ entre Sáenz de Santamaría y Cospedal era un secreto a voces en el Partido Popular. “No se llevan”, dice un veterano ‘popular’ hoy alejado tanto de Moncloa como de Génova 13, y “era cuestión de tiempo que Mariano pusiera las cosas en su sitio”. Y la ocasión elegida ha sido el antagónico tratamiento que Rajoy ha dado a los fichajes de Ignacio López del Hierro (Cospedal) por Red Eléctrica y de Iván Rosa (Sáenz de Santamaría) por Telefónica.

Al más puro estilo ‘marianista’, el presidente del Gobierno parecía hacer oídos sordos a los movimientos de Cospedal por acaparar todo el poder en el partido: hizo las listas al 20-N ‘manu militari’, especialmente en su tierra pero también en otras circunscripciones, donde hubo que hacer sitio a ‘cuneros’ y dejar fuera a históricos que, al final, han tenido que ser recolocados en distintos puestos en la Administración. Preparó el Congreso acaparando para sí todo el poder, eliminando cualquier vestigio de la anterior vicesecretaria de Organización (Ana Mato, otra mujer que ha preferido ponerse de perfil ante Cospedal) y rechazó, como le pedían desde el PP, delegar alguna función para no tener que compatibilizar la dirección del partido con la Presidencia de Castilla-La Mancha. Esteban González Pons tampoco tuvo encaje junto a ella.

Rajoy le dejó hacer. El actual presidente del Gobierno es un especialista en “sentarse sobre los problemas” para que “se vayan cociendo” hasta que los hace estallar en el momento que él cree adecuado. “Esto es muy difícil”, es uno de los latiguillos que Rajoy repite cuando alguien le pide abordar antes de tiempo un problema. Así sucedió, por ejemplo, con el ‘caso Camps’, a quien dejó defenderse hasta que forzó su renuncia cuando creyó más conveniente para sus intereses. Así sucederá con otros ‘asuntos’ pendientes, como el futuro de Esperanza Aguirre (“perdono, pero no olvido”, es otra de las frases ‘marianistas’). Y así ha sucedido con Dolores de Cospedal.

El lunes 12 de marzo, Moncloa ‘visó’ los nombramientos en el Consejo de Red Eléctrica Española, empresa semipública. “Nadie con dos dedos de frente puede pensar que el nombre de López del Hierro, marido de Cospedal, iba a pasar inadvertido”, insisten a El Confidencial varios diputados del PP. “No sé si Rajoy lo vio, pero estoy seguro de que la vicepresidenta estaba al tanto”, asegura otra fuente ‘popular’. Y dio el visto bueno.

El miércoles, cuando la SEPI hizo públicos los nombramientos del Consejo, se desató el escándalo. Y sólo unas horas después, Moncloa forzaba la renuncia del marido de Cospedal. La secretaria general había quedado en evidencia y muchos en el partido celebraron en silencio la pública derrota a la que había sido sometida.

Una derrota que el presidente del Gobierno hizo más evidente ayer, tras revelar El Confidencial en exclusiva el fichaje por Telefónica de Iván Rosa, marido de Soraya Sáenz de Santamaría, como integrante de una estructura de nueva creación y para asesorar jurídicamente a la empresa de César Alierta en Brasil. Aunque es cierto que Telefónica es totalmente privada y que el marido de la vicepresidenta es abogado del Estado y muy cualificado para el puesto, no lo es menos que la empresa de Alierta ya es veterana en fichajes ‘políticos’ de color opuesto (Eduardo Zaplana y Javier de Paz, ahora Iván Rosa y la mujer del socialista Eduardo Madina) y que la llegada de Rosa se produce con su esposa no sólo en la Vicepresidencia, sino presente en la misma mesa en la que Telefónica le ofreció el puesto.

Respaldo tácito a Sáenz de Santamaría

Nada de esto ha sido suficiente para que, como se pensaba en el entorno de Cospedal, Rajoy diera al traste con el fichaje y quedar así, “por lo menos, empatadas a uno”, como dice con sorna una de las fuentes. Al contrario, el presidente del Gobierno (cuya esposa, Viri, ahora en excedencia, trabaja curiosamente también en Telefónica, fichada cuando su marido era vicepresidente de Aznar) ha respaldado que la vicepresidenta defienda hoy el proyecto de Ley de Transparencia.

Una ley que, en palabras del propio Rajoy ayer mismo tras conocerse el fichaje de Iván Rosa, “pretende que si se ‘enchufa’ salga el nombre y apellidos y se explique cuáles son las razones por las que se contrata, si ha habido concurso público, o simplemente porque se le ha ocurrido al señor de turno". Más claro, agua. Soraya Sáenz de Santamaría la defenderá hoy en el Consejo, su marido seguirá en Telefónica, López del Hierro seguirá fuera de Red Eléctrica (aunque en otros tres consejos) y Dolores de Cospedal “tendrá muy claro quién es su favorita”.