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Lluvia de subvenciones a la entidad soberanista catalana más activa
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CAROD-ROVIRA FUE UNO DE LOS DIRECTORES DE ÒMNIUM

Lluvia de subvenciones a la entidad soberanista catalana más activa

Más vale cobrar dos veces que no cobrar. Y si son cientos de miles de euros, mejor que mejor. Es lo que hace la entidad òmnium

Foto: Lluvia de subvenciones a la entidad soberanista catalana más activa
Lluvia de subvenciones a la entidad soberanista catalana más activa

Más vale cobrar dos veces que no cobrar. Y si son cientos de miles de euros, mejor que mejor. Es lo que hace la entidad òmnium Cultural, que es la principal asociación cívica de Cataluña, con 20.000 socios declarados a razón de 60 euros anuales per capita. O sea, 1,2 millones al año. Pero eso debe ser pecata minuta para el dinero que recibe de otros sitios. Lo curioso es que esos otros sitios son, al final, en su gran mayoría, sólo uno: las arcas públicas.

El 4 de julio del año pasado, el consejero de Cultura de la Generalitat de Cataluña, Ferran Mascarell, respondía por escrito a una pregunta del Partido Popular (PP), que el 5 de mayo le había preguntado sobre los convenios del Gobierno con òmnium. “Le informo que en el año 2011 el Gobierno de la Generalitat no ha suscrito convenios con las entidades citadas”, decía escuetamente el consejero. El plural de la respuesta era de su cosecha, porque en la pregunta sólo se citaba a una entidad, la aludida òmnium.

Pero lo cierto es que esta organización había atesorado una impresionante hucha hasta pocos meses antes. Según documentación a la que ha tenido acceso El Confidencial, hasta el 31 de diciembre del 2010, como mínimo, esta entidad tenía varios convenios con el Gobierno. Es más: había recibido suculentas subvenciones para las mismas finalidades. Por ejemplo: el 22 de julio del 2010 se embolsó 57.000 euros de la propia consejería de Cultura como pago de la mitad de un convenio que había firmado por un monto de 114.000 euros. Era, pues, el segundo pago de ese convenio, que, según la propia Generalitat, ya no estaba en vigor en el 2011. La finalidad era sufragar los gastos del ”programa Quedem? (¿Quedamos?)”.

La sorpresa, sin embargo, era que, en aquel momento, òmnium tenía en marcha otra subvención paralela, pero de la Vicepresidencia del Gobierno, que dirigía Josep Lluís Carod-Rovira: ”Desarrollo del programa Quedem?”, era el concepto de ese otro convenio. Y le correspondían 152.000 euros por ello. Además, estaba incluido en el capítulo de convenios de colaboración del Departamento. Por si fuera poco, la propia consejería de Cultura le había concedido 250.000 euros más para “el fomento y proyección de la cultura catalana: Dimecres presentem; Dijous d’òmniumNit de Santa Llúcia, Premi d’Honor de les Lletres Catalanes; Sant Jordi a Barcelona; La Flama del Canigó; y la revista òmnium”. Todo ello firmado por el entonces consejero Joan Manuel Treserras el 14 de junio.

Fue un año provechoso. Una auténtica cosecha 2010. Ese ejercicio, además de recoger las cuotas de los convenios duplicados del programa Quedem?, el vicepresidente le regaló 27.000 euros por la promoción del catalán en el sur de Francia, 3.000 euros por una fiesta en Vic y 20.000 euros para “contribuir a la financiación de los gastos de la gestión del programa Voluntariado por la Lengua”. La Consejería de Trabajo le dio otros 10.000 euros y Cultura le subvencionó la revista Escola Catalana con 4.380 euros.

Una respuesta estrambótica

Así pues, òmnium recibía dinero a espuertas desde varios grifos públicos para el mismo objetivo: el desarrollo del programa “Quedem?”. Nadie duda a estas alturas, que esta organización es la niña mimada de la Administración. El Gobierno se niega incluso a cuantificar las ayudas que ha recibido. El PP lo ha preguntado. Y la respuesta es estrambótica: “Ante la complejidad y el volumen de la información requerida, a la señora diputada solicitante podrá consultarla en la sede de los Departamentos de Presidencia, Gobernación y Relaciones Institucionales, Enseñanza, Cultura, Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Natural, Bienestar Social y Familia y Empresa y Ocupación, pero concertando previamente día y hora para la visita”, contestó la vicepresidenta del Gobierno, Joana Ortega, ante otra petición de información de subvenciones. En otras palabras: la Administración sabe inmediatamente lo que cualquier ciudadano o empresa ha pagado o ha dejado de pagar, pero ignora lo que ha abonado en subvenciones a determinadas entidades.

“Nos hacen la puñeta. No quieren facilitar la información porque deben tener algo que ocultar. Así ocurre con todas las organizaciones independentistas que reciben miles de millones de euros en subvenciones cada año”, se queja un alto cargo del PP. El objetivo de òmnium es preservar la cultura y la lengua catalanas y, en resumen, la nación catalana.

Esta organización fue una de las impulsoras de los referéndums independentistas que se hicieron en Cataluña. También fue una de las principales convocantes de la gran manifestación del 10 de julio del 2010 contra la sentencia del Estatuto, que congregó a un millón de personas sólo en Barcelona. Y el año pasado lanzó la idea de que o el Gobierno de Madrid concedía el concierto fiscal a Cataluña o se debería ir hacia la insumisión fiscal, una idea aplaudida incluso desde el Ejecutivo de Artur Mas.

Esta semana, la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, se enzarzó en una batalla dialéctica con òmnium. Ambos se reprocharon los dineros que reciben del erario. El PP sacó el tema a colación porque una de las condiciones que había puesto a Artur Mas para facilitar la gobernabilidad de Cataluña era recortar de gastos superfluos e ideológicos y no de servicios sociales, como sanidad o educación. "Pero, en vez de ello, vemos que destinan partidas de millones de euros para sus amigos, como òmnium o medios de comunicación afines al Gobierno”, señala un alto cargo del PP. Al día siguiente de los reproches de Sánchez-Camacho, el Gobierno anunció una nueva subvención a òmnium de 1,4 millones de euros. Se trataba de escenificar que el presidente catalán no está supeditado a los dictados del PP.

Dos herencias providenciales

Pero lo cierto es que, durante los últimos años, òmnium se ha llevado un enorme puñado de millones de las arcas públicas. Por ejemplo: fue una de las beneficiadas con el desvío de herencias intestadas hacia proyectos soberanistas, escándalo desvelado en exclusiva por este diario. “¿Si uno es nacionalista, independentista o soberanista tiene derecho a que el Gobierno de turno le pague las propiedades que compra? No es una pregunta retórica, sino un reto”, dice un alto dirigente político de Cataluña.

Al menos, no le falta algo de razón: òmnium fue una de las principales beneficiadas por herencias intestadas, que durante años, repartió el Gobierno Tripartito. De Carme Pintó Valls, a esta entidad le correspondieron 601.000 euros, mientras que de Teresa Alberich le dieron otros 60.000 euros para financiar su nueva sede. Sólo fue una parte del dinero acaparado, puesto que anualmente recibía cientos de miles de euros bien para desarrollar su labor o bien para financiación de campañas concretas.

A finales del 2007, por ejemplo, recibió 2.719.358 euros de Carod-Rovira, para “actividades de la entidad”. Fue, de largo, el mayor convenio firmado en el último trimestre de ese año por Vicepresidencia. Y recibió también 27.000 euros para dar 24 cursos de catalán. Y otros 27.000 para organizar la Nit de Sant Jordi y la Escuela de Verano en la Catalunya Nord (las comarcas del sur de Francia). Y otros 18.000 para el mantenimiento de la escuela La Costura en el Alguer, en la isla de Cerdeña, un territorio que los pancatalanistas consideran parte de los Països Catalans. Pero en marzo de ese año ya había recibido también 200.000 euros de la Consejería de Cultura para celebrar la Nit de Santa Llúcia, el Premio de Honor de las Letras Catalanas y la Fiesta de la Libertad. Y otros 54.960 euros para renovar su web.

En el 2008, Cultura volvió a beneficiarla con 290.000 euros, a los que hay que añadir 7.300 euros más para su Fundación, destinados a la publicación Escola Catalana. Y Vicepresidencia añadió 27.000 euros para dar clases de catalán en la Catalunya Nord y 12.000 euros para “la enseñanza del catalán en el Alguer”. Y más: 80.000 euros para el “programa Quedem?” y 15.000 euros para la campaña de Voluntariado por la Lengua. El Departamento de Acción Social destinó a esta entidad 6.000 euros para la “integración social de personas inmigradas” y otros 60.000 euros para “inmigración de entidades”. Los tres departamentos estaban en manos de republicanos. Pero, además, el propio Carod-Rovira había sido director de òmnium Cultural en Tarragona durante una temporada en la década de los 90.

En el año 2009, òmnium tenía ya en vigor un convenio con el Departamento de Cultura que le reportó 250.000 euros “para actividades de fomento y proyección de la cultura catalana”. Pero Vicepresidencia le dio otros 200.000 euros para la “realización del programa Quedem?”, 20.000 euros más para gastos del programa del Voluntariado por la Lengua, 27.000 euros para actividades en las comarcas del sur de Francia y 15.084 euros para el “proyecto Joan Palomba”, en el Alguer. Y la Consejería de Acción Social le dio, asimismo, al menos 12.000 euros para la “integración social de personas inmigradas” durante ese ejercicio.

Más vale cobrar dos veces que no cobrar. Y si son cientos de miles de euros, mejor que mejor. Es lo que hace la entidad òmnium Cultural, que es la principal asociación cívica de Cataluña, con 20.000 socios declarados a razón de 60 euros anuales per capita. O sea, 1,2 millones al año. Pero eso debe ser pecata minuta para el dinero que recibe de otros sitios. Lo curioso es que esos otros sitios son, al final, en su gran mayoría, sólo uno: las arcas públicas.