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¿Adiós a las subvenciones al cine?
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EL AÑO PASADO RECIBIÓ 80 MILLONES, LA MITAD DE LO QUE COSTÓ EL AEROPUERTO DE CASTELLÓN

¿Adiós a las subvenciones al cine?

El cine español recibió el pasado año 80 millones de euros en ayudas estatales. La mitad de lo que costó el aeropuerto peatonal de Castellón. Sin

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¿Adiós a las subvenciones al cine?

El cine español recibió el pasado año 80 millones de euros en ayudas estatales. La mitad de lo que costó el aeropuerto peatonal de Castellón. Sin embargo, buena parte de la opinión pública considera el cine español una ruina subsidiada. Y el nuevo gobierno, en plena campaña de recortes, amenaza veladamente con acabar con el actual sistema de ayudas al cine. "No estamos en contra de la subvención a la cultura, pero sí de la cultura de la subvención", dijo el ministro José Antonio Wert pocas horas después de jurar el cargo.

La industria está a la expectativa. y no todo son malos augurios. El director y productor Gerardo Herrero (Guantanamera, Malena es un nombre de tango, Sarajevo) recuerda que “Mariano Rajoy, en su día, fue un buen ministro de Educación y Cultura [1999-2000] para el cine. Lo lógico es esperar que ahora sea un buen presidente. En la anterior etapa de gobierno del PP la política desarrollada fue buena para el sector. Completaron el conjunto de las ayudas, introdujeron la norma europea de la contribución de las televisiones a la financiación del cine, se dotó a la academia de una nueva sede… Fue un buen gobierno y eso se vio reflejado en el número y calidad de las películas, con la consiguiente repercusión en la asistencia del público a nuestro cine”.

Flota en el aire la idea de que algo tiene que cambiar ya. De que el actual modelo está obsoleto. Los últimos datos del Ministerio de Cultura, relativos a 2010, así lo confirman. En aquel ejercicio, el cine español recaudó 80.277.621 euros [cifra casi idéntica a la recibida en ayudas] y convocó a 12.928.363 de espectadores (12,7% de cuota). En un solo año se perdieron cinco millones de espectadores y 20 de recaudación.

El guionista y asesor de guiones Valentín Fernández Tubau, propone un cambio radical en el modelo de ayudas. “Si en España producimos 150 películas  anuales, las subvencionamos, y después solo podemos salvar 25 de ellas, es que algo está pasando. Algo malo. Muchas de las películas que se producen no están hechas para competir. Ni siquiera se invierte en darles publicidad. Y algunas ni siquiera se estrenan. ¿Para que están hechas? Para que un productor gane dinero haciendo ingeniería financiera con las subvenciones. La gente percibe eso. Por eso el espectador español no cree en el cine español. No se entiende que haya productoras que reciben ayudas año tras año para películas que no ve nadie. Estos factores enojan al público”.

La eterna alternativa a las subvenciones directas, y que ha sonado mucho en los últimos tiempos, es una combinación entre una nueva ley de mecenazgo y un programa de exenciones fiscales. “Yo sinceramente no me puedo creer que el PP vaya a suprimir las ayudas directas al cine”, apunta Emma Lustres, fundadora de la productora Vaca Films (Celda 211). “Si se eliminan, como le ocurriría a cualquier otro sector industrial, el cine español desaparecería, se convertiría en algo totalmente anecdótico. ¿Lo del mecenazgo? En España no existe cultura del mecenazgo. Nuestros ricos no son especialmente altruistas. Si el Museo del Prado tuviera que vivir del mecenazgo, cerraba mañana”.

También recuerda un dato: “De los 80 o 90 millones que recibe el cine español cada año, el Estado recupera entre el 30 y el 35% entre impuestos, IVA y Seguridad Social. Las ayudas que recibe nuestro cine se quedan, echando cuentas, en una cifra que roza el ridículo. No estamos hablando solo de cultura. Hablamos de una industria. Los franceses, los ingleses y los norteamericanos no paran de hacer dinero con ella. Nosotros lo dejamos en manos de otros países”.

No solo el cine español está subvencionado. Francia triplica nuestras ayudas estatales para producción y Alemania las duplica. “En EE.UU. hay dos tipos de ayudas”, añade Gerardo Herrero. “Las deducciones fiscales por inversión en cine, ocultas en una maraña legislativa, y las ayudas expresas. Aproximadamente la mitad de los Estados de la unión tienen programas de retorno fiscal. Por cada dólar invertido en una película te devuelven un porcentaje que oscila entre el 20 y el 35%. Con la ventaja de que el productor recibe esa ayuda en el mismo ejercicio fiscal, y no suelen tener límite máximo en la cuantía de la ayuda. Aquí, hasta el año pasado, la ayuda te llegaba a los tres años del estreno y con un límite económico que no puedes superar” sea cual sea el presupuesto de la película.

Emma Lustres añade algún matiz más que desvela el celoso proteccionismo de EE.UU. con su industria cinematográfica. “Nosotros no podemos distribuir allí directamente, como hacen aquí las majors. Tenemos que hacerlo a través de una productora estadounidense. Y, por supuesto, allí ninguna película se dobla”.

El doblaje. Un viejo argumento con más trascendencia de la que parece. No solo porque es un arma de protección del cine nacional. En Portugal, justo al lado y a la izquierda, todo el cine se estrena en versión original subtitulada. Es una de las razones que apuntan los filólogos para explicar la mayor solvencia de los lusos, sobre los españoles, a la hora de manejarse en el idioma de John Wayne.

Para el guionista Valentín Fernández Tubau, no es solo una cuestión de proteccionismo industrial y de subvenciones. La política no ha echado a cinco millones de espectadores de las pantallas que proyectan cine español en un solo año. “No hay que irse muy lejos para ver por dónde puede venir el renacimiento del cine español. Solo tienes que sentarte en el sofá de tu salón. Y encender la tele. Si en los años 90 alguien te hubiera dicho que en 2012 las series españolas iban a competir en audiencia con las superproducciones norteamericanas, le habrías llamado loco. Y sin embargo es así. Y los directores, los actores, los guionistas, los productores, los escenógrafos y los atrezzistas somos los mismos. Da que pensar. Quizá es que en televisión estamos haciendo algo más cercano a nuestro público que en el cine. Yo creo que el primer paso que debemos dar es producir menos cine y mejor cine. Y hacer un examen de conciencia para reconquistar a nuestro público”.

El cine español recibió el pasado año 80 millones de euros en ayudas estatales. La mitad de lo que costó el aeropuerto peatonal de Castellón. Sin embargo, buena parte de la opinión pública considera el cine español una ruina subsidiada. Y el nuevo gobierno, en plena campaña de recortes, amenaza veladamente con acabar con el actual sistema de ayudas al cine. "No estamos en contra de la subvención a la cultura, pero sí de la cultura de la subvención", dijo el ministro José Antonio Wert pocas horas después de jurar el cargo.