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Así será la reforma educativa: Rajoy se inspira en las experiencias de Alemania y Francia
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SE IMPLANTARÁ UN SISTEMA DE ACCESO PARA EL PROFESORADO SIMILAR AL MIR EN SANIDAD

Así será la reforma educativa: Rajoy se inspira en las experiencias de Alemania y Francia

Decía Max Aub, que “uno es de donde hizo el Bachillerato”. Tal vez por eso, él, judío, francés y alemán, y las tres cosas a la

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Así será la reforma educativa: Rajoy se inspira en las experiencias de Alemania y Francia

Decía Max Aub, que “uno es de donde hizo el Bachillerato”. Tal vez por eso, él, judío, francés y alemán, y las tres cosas a la vez, escribió su obra en el castellano que le enseñaron sus maestros del instituto Luis Vives de Valencia y decidió pasar sus últimos años en un país de habla hispana, México, donde terminó recalando tras exiliarse al finalizar la Guerra Civil.

Todos los estudiosos de la educación coinciden en el enorme valor educativo de este periodo y la progresiva devaluación que ha sufrido en nuestro país. De ‘caricatura’ de Bachillerato lo califica Horacio Silvestre, catedrático de Latín y director del instituto de excelencia San Mateo, proyecto piloto de Esperanza Aguirre. “No tiene ninguna consistencia”, reconoce José Antonio Martínez, catedrático de Matemáticas, director del instituto público Pío Baroja (Madrid) y presidente de la Federación de Asociaciones de Directores de Instituto de España (FEDADI).

La enseñanza secundaria no sale mejor parada. “Tal y como está organizada, la ESO es, en realidad, una primaria prolongada, ampliada, que no logra profundizar en la enseñanzas generales, universales, que deberían ir adquiriéndose con un progresivo grado de abstracción”, alerta Horacio Silvestre. Francisco López Rupérez, catedrático de Física y presidente del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid,  asegura que esta secundaria no permite que los niños lleguen al Bachillerato con la cabeza bien amueblada, con unos hábitos de aprendizaje robustos y unos conocimientos sólidos para su nivel educativo”.

El futuro de España pende, pues, de la educación. Lo dijo Mariano Rajoy durante su discurso de investidura y lo ha vuelto a repetir el nuevo ministro del ramo, José Ignacio Wert: “Soy muy consciente de que donde España de verdad se la juega en los próximos veinte años es en su educación. Creo que tengo conciencia del reto y de la importancia del mismo", declaró hace unos días.

Hecho el diagnóstico, parecía obvio que el Partido Popular iniciará su singladura removiendo los cimientos del actual sistema educativo. Ante el nuevo Parlamento, Mariano Rajoy, anunció el primer cambio, la ampliación del Bachillerato en línea con los modelos centroeuropeos. Pero habrá más. Wert, titular de Educación, Cultura y Deportes, tiene sobre la mesa de su despacho varios mandatos. Sin duda, el más urgente, poner en marcha la reforma educativa, que, entre otras cosas, incluye un nuevo sistema de selección del profesorado (algo parecido a un MIR educativo) y el refuerzo de la formación profesional.

Entre los objetivos, además de mejorar la calidad de la enseñanza, flexibilizar los estudios para adaptarlos a los intereses de los adolescentes, enviar a la sociedad el mensaje de que las formas de excelencia son varias y no se ciñen exclusivamente a la formación superior y recuperar los incentivos que estaban fuera del sistema reglado para reducir el fracaso escolar.  

A estas alturas del partido, ya nadie duda de que la educativa es una reforma de carácter estructural y, por tanto, imprescindible para salir de la crisis. José Ignacio Wert ofreció diálogo y consenso en su toma de posesión. Pero eso, a juicio de los expertos, no debe ser incompatible con la premura y la eficacia. Hay que ganar tiempo y ofrecer a Bruselas y los mercados señales claras de cambio. Por ello, el Partido Popular  tiene la intención de abordar la transformación sin necesidad de presentar una nueva Ley de Calidad Educativa, como hiciera el anterior gobierno de José María Aznar.

Bachillerato de tres años: tradición y madurez intelectual

El 3+3 que quiere implantar el gobierno de Mariano Rajoy, tres años de Educación Secundaria Obligatoria y tres años de Bachillerato, persigue dos objetivos: una, dar consistencia a esta última etapa educativa, actualmente muy desprestigiada; y dos, frenar el abandono escolar.

No se trata de dar más o nuevas asignaturas, sino recuperar la esencia de esta etapa formativa. Dar el salto de los saberes generales a los saberes específicos, ya con un alto grado de abstracción, educar a los alumnos en la tradición cultural y moral europea y en las ciencias aplicadas y dotar a los estudiantes de la capacidad de análisis y reflexión que exige enfrentarse a las enseñanzas superiores o universitarias.

López Rupérez, presidente del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid, alerta sobre su corta duración. “Cada año que pasa la Selectividad comienza antes y el segundo curso dura, en realidad, seis meses, por no hablar de la pérdida de algunas de sus atribuciones básicas, como son el desarrollo de la capacidad de análisis, los fundamentos de la inteligencia crítica, la madurez intelectual y el aprendizaje de la herencia cultural y moral de la vieja Europa”. Horacio Silvestre, director del instituto San Mateo, asegura que cada vez se parece más a un cursillo de autoescuela, “porque lo que queremos es conseguir un carnet”, y no a un curso académico.

Silvestre pide (a la reforma) programas realistas, “ajustados a la duración del curso, para evitar un aprendizaje ligero y un conocimiento superficial de las asignaturas, y una programación precisa de los conocimientos que deben adquirirse en cada curso, no una mera enunciación de grandes bloques y de unos objetivos demasiado ambiciosos e irreales”.

Un punto importante de la reforma es el económico. Está por decidir si la obligatoriedad de la enseñanza y, por tanto, la gratuidad se mantiene hasta los 16 años. La idea que en estos momentos baraja el PP mira al modelo francés, donde el Estado mantiene la obligatoriedad de la educación hasta esa edad. Es decir, se subvencionaría sólo el primer año de Bachillerato.

Formación profesional: el modelo dual alemán en el horizonte

Madrid, banco de pruebas de la reforma educativa que pondrá en marcha el gobierno de Mariano Rajoy, ha sido la primera comunidad autónoma en impulsar un modelo de formación profesional ‘a la alemana’, que combina clases regladas y formación retribuida en distintos centros de trabajo. Actualmente, en la región, funcionan dos proyectos piloto: uno, en el área de las telecomunicaciones, y otro, en el de la aeronáutica.

Así será la nueva formación profesional del Partido Popular. Una FP que, como ocurre en Alemania, compagine escuela y empresa. Con un triple objetivo: uno, fomentar, como dicen los franceses, la inteligencia de las manos, esto es, la artesanía y los oficios, de acuerdo con las demandas del sistema productivo; dos, remover los obstáculos que hacen el sistema poco flexible y escasamente adaptado a los intereses de aquellos adolescentes que, en un primer momento, no deseen acceder a las enseñanzas superiores; y tres, incorporar incentivos económicos, que antes estaban fuera del sistema reglado, por ejemplo los sueldos de la construcción, al interior de la formación profesional, de manera que los chavales (y sus familias) no piensen, como ocurría antes de la crisis, que estudiar es una pérdida de tiempo y de dinero.

Este proyecto tiene, sin embargo, algunos detractores. El presidente de la Federación de Asociaciones de Directores de Instituto de España (FEDADI), José Antonio Martínez, alerta sobre un modelo, el alemán, que podría terminar “convirtiendo a los chicos en simples aprendices, como en los gremios medievales”. A su juicio, la formación académica es fundamental en esta etapa y en el momento actual y propone “la alternativa vasca, un sistema que no deja de lado la formación teórica y que se ha demostrado muy eficaz en esa comunidad autónoma”. También pone en tela de juicio que España tenga tejido productivo suficiente para propiciar este cambio de la FP en todo el territorio español.

MIR para profesores: la elección de los mejores

El nuevo gobierno de Mariano Rajoy implantará un sistema de selección y de formación del personal docente similar al que impera en el Sistema Nacional de Salud. MIR para todos los profesores, vayan a la pública o a la privada. MIR para seleccionar al personal y después formarlo. Como sucede con los médicos.

Los datos cantan. Varios informes internacionales ponen de manifiesto que la calidad del profesor influye seis veces y media más que una reducción significativa del número de alumnos por aula. Y los buenos profesores consiguen que sus alumnos aprendan cuatro veces más que los malos y lo hagan tres veces más rápido. “En los próximos 10 años tendremos que renovar 200.000 profesores en toda España, si nos equivocamos en el método de selección y en su resultado podemos echar por tierra los efectos positivos de cualquier otra reforma de menor impacto”, dice López Rupérez. “Nuestra obligación es incorporar a los mejores”, como hacen los países situados en la élite de la Educación mundial.

Hay consenso alrededor de la oportunidad, y necesidad, de esta medida. El propio Pérez Rubalcaba lanzó la propuesta hace unos meses, haciéndose eco de la sugerencia que con anterioridad habían realizado los asesores educativos del Partido Popular. Los directores de instituto también la aplauden “porque el máster del profesorado ha sido un fracaso absoluto” dice José Antonio Martínez, que coincide con el PP en que nuestra obligación como país es contratar a los mejores.

En agosto de 2010, la revista Newsweek publicó un índice con distintos baremos de calidad y bienestar de los países desarrollados. En Educación, España ocupaba el puesto 32 y Finlandia, el número 1, por el contrario, en Sanidad, España se situaba en la tercera posición y Finlandia en la decimoséptima. “Algo haremos muy bien en Sanidad que no hacemos bien en Educación, porque esto ya no es un asunto de dinero”, opina Francisco López Rupérez, que utiliza este ejemplo para insistir en la conveniencia de implantar un sistema de selección similar al que se realiza en el Sistema Nacional de Salud.

Incorporar a los mejores y retenerlos. Esas son las dos patas de la reforma que viene. Ofrecerles mejores salarios, pero sobre todo carrera profesional. Es decir, que dispongan de un sistema de estímulos económicos y de promoción personalizado a lo largo de su vida profesional, basado en la evaluación de su desempeño y en los resultados de su formación.

Pablo Vázquez director ejecutivo de Fedea, pide a los políticos que traten de manera desigual a los que son desiguales: "El español es un sistema muy igualitarista que promociona muy poco la excelencia, por eso no tenemos ni muy buenos colegios ni universidades muy buenas. Y de lo que se trata es de tirar de él hacia arriba, incentivando a quienes consigan mejorarlo". El director de Fedea propone mirar a Europa y separar a los alumnos por niveles, como hace, por ejemplo, Holanda, país en el que ningún joven, sea del nivel que sea, alto medio o bajo, según su inteligencia pero sobre todo según su esfuerzo, puede matricularse en la Universidad con una nota inferior a siete.

Decía Max Aub, que “uno es de donde hizo el Bachillerato”. Tal vez por eso, él, judío, francés y alemán, y las tres cosas a la vez, escribió su obra en el castellano que le enseñaron sus maestros del instituto Luis Vives de Valencia y decidió pasar sus últimos años en un país de habla hispana, México, donde terminó recalando tras exiliarse al finalizar la Guerra Civil.

Mariano Rajoy