Es noticia
Alierta aguarda una 'señal' de la Casa del Rey para forzar la salida de Urdangarín de Telefónica
  1. España
LUIS ABRIL, SU MANO DERECHA, MANTIENE CONTACTOS DISCRETOS CON SPOTTORNO

Alierta aguarda una 'señal' de la Casa del Rey para forzar la salida de Urdangarín de Telefónica

Iñaki Urdangarín tiene los días contados en Telefónica. La inminente imputación del yerno del Rey por presunta apropiación de fondos públicos y, sobre todo, su marginación de los actos

Foto: Alierta aguarda una 'señal' de la Casa del Rey para forzar la salida de Urdangarín de Telefónica
Alierta aguarda una 'señal' de la Casa del Rey para forzar la salida de Urdangarín de Telefónica

Iñaki Urdangarín tiene los días contados en Telefónica. La inminente imputación del yerno del Rey por presunta apropiación de fondos públicos y, sobre todo, su marginación de los actos oficiales de la Familia Real por su "conducta no ejemplar", han encendido las luces de alarma en la multinacional que preside César Alierta. La preocupación en la cúpula de la operadora es máxima por el potencial daño a su imagen que puede provocar la continuidad del duque de Palma, que desde el verano de 2009 es representante de la compañía en EEUU y consejero de Telefónica Latinoamérica. Pero Alierta no forzará su destitución hasta que se lo pida expresamente Don Juan Carlos, según han asegurado a El Confidencial fuentes cercanas a la dirección.

"Si la Casa del Rey pidió a Telefónica que contratase a Urdangarín y lo enviase a Washington, también tiene que ser la Casa del Rey la que le diga a Telefónica cuándo debe destituirlo. Y mientras eso no ocurra, Alierta no moverá un dedo porque está atado de pies y manos", señalan esas fuentes. "La compañía no fichó libremente a Urdangarín; fue una decisión política, una cuestión de Estado. Y tampoco le puede despedir sin el consentimiento del Rey", añaden las mismas fuentes.

El monarca, como reveló El Confidencial, obligó en 2006 a su yerno a abandonar la presidencia del Instituto Nóos a raíz de las primeras informaciones sobre sus oscuros negocios. Y a continuación movió sus hilos, a través del entonces jefe de la Casa del Rey, Alberto Azapara que Alierta colocara a Urdangarín en un puesto excelentemente remunerado: primero en Barcelona como consejero de Telefónica Internacional, aquel mismo año, y desde 2009 en la capital estadounidense, donde reside con su esposa, la infanta Cristina de Borbón, y sus cuatro hijos.

Luis Abril, el interlocutor

Las fuentes consultadas aseguran que Alierta ha designado a Luis Abril, secretario general técnico de la Presidencia y su mano derecha en la compañía, como interlocutor ante La Zarzuela para tratar de resolver tan espinoso asunto. Abril, según esas fuentes, mantiene un estrecho contacto con el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, pero aún no hay una decisión definitiva sobre cómo y cuándo cesará Urdangarín de sus cargos en Telefónica. Lo que sí es seguro es que el duque de Palma no seguirá en la primera multinacional española en 2012.

Un portavoz oficial de Telefónica rehusó ayer hacer comentarios sobre la delicada situación del yerno del Rey en el seno de la compañía. Desde que estalló el caso Urdangarín la operadora ha defendido la presunción de inocencia de su consejero, argumentando que no está imputado y que ni siquiera ha sido citado a declarar por el juez que instruye el sumario. Pero la decisión de la Casa del Rey de apartarlo de la agenda oficial de la Corona, tras lamentar su "conducta no ejemplar", ha roto los diques de contención levantados por Alierta y su cúpula directiva para proteger al marido de la infanta Cristina.

"El Rey no ha esperado al veredicto de la Justicia. Ha sometido a Urdangarín a un juicio paralelo y lo ha condenado de antemano para que el escándalo no le acabe arrastrando a él y a la Corona", sostienen las fuentes consultadas. "Alierta no puede hacer lo mismo mientras no se lo diga la Casa del Rey. Y cuando lo haga, se negociará una salida más o menos digna para Urdangarín".

La patata caliente que supone para Telefónica el caso Urdangarín es aún más evidente porque colisiona de lleno con sus prácticas de buen gobierno y, sobre todo, con el Reglamento del Consejo, que hacen teóricamente inviable su continuidad en las actuales circunstancias. El título 3º de ese reglamento, relativo al nombramiento y cese de consejeros, establece en su artículo 12 que éstos cesarán en el cargo cuando su permanencia en el mismo "pueda afectar al crédito o reputación de que goza la compañía".

Iñaki Urdangarín tiene los días contados en Telefónica. La inminente imputación del yerno del Rey por presunta apropiación de fondos públicos y, sobre todo, su marginación de los actos oficiales de la Familia Real por su "conducta no ejemplar", han encendido las luces de alarma en la multinacional que preside César Alierta. La preocupación en la cúpula de la operadora es máxima por el potencial daño a su imagen que puede provocar la continuidad del duque de Palma, que desde el verano de 2009 es representante de la compañía en EEUU y consejero de Telefónica Latinoamérica. Pero Alierta no forzará su destitución hasta que se lo pida expresamente Don Juan Carlos, según han asegurado a El Confidencial fuentes cercanas a la dirección.

César Alierta Iñaki Urdangarin Casa Real Noticias de Telefónica