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El Rey pidió a Alierta en 2009 un trabajo para Urdangarín en el extranjero
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TELEFÓNICA FICHÓ AL DUQUE DE PALMA EN 2006 TRAS SU SALIDA DEL INSTITUTO NÓOS

El Rey pidió a Alierta en 2009 un trabajo para Urdangarín en el extranjero

El Rey obligó en 2006 a Iñaki Urdangarín a abandonar precipitadamente la presidencia del Instituto Nóos en cuanto salieron a relucir los primeros trapos sucios de sus negocios. Pero

Foto: El Rey pidió a Alierta en 2009 un trabajo para Urdangarín en el extranjero
El Rey pidió a Alierta en 2009 un trabajo para Urdangarín en el extranjero

El Rey obligó en 2006 a Iñaki Urdangarín a abandonar precipitadamente la presidencia del Instituto Nóos en cuanto salieron a relucir los primeros trapos sucios de sus negocios. Pero el monarca hizo algo más que apartarlo de una sociedad que supuestamente no tenía ánimo de lucro: también movió sus hilos para que el presidente de Telefónica, César Alierta, colocara a su yerno en un puesto excelentemente remunerado, primero en Barcelona y tres años más tarde en Washington, según han revelado a El Confidencial fuentes muy cercanas a La Zarzuela y a la dirección de la multinacional española.

Fuentes oficiales de la Casa del Rey filtraron este fin de semana a varios medios de comunicación que en la primavera de 2006 Don Juan Carlos encargó a José Manuel Romero Moreno, conde de Fontao y asesor jurídico del monarca desde hace casi dos décadas, que viajase a Barcelona para reunirse con Urdangarín y examinar las cuentas del Instituto Nóos, poco después de que trascendieran públicamente los detalles del primer contrato sospechoso firmado con el Gobierno balear. Según esa versión oficial, el Rey, tras escuchar a Romero Moreno a su regreso a Madrid, pidió a su yerno que se desvinculase completamente de la sociedad y buscase trabajo fuera de España.

Lo que los portavoces de La Zarzuela silenciaron, según ponen de manifiesto las fuentes consultadas por El Confidencial, es que Urdangarín no tuvo que buscar un empleo ni dentro ni fuera de su país tras su paso por el Instituto Nóos: Don Juan Carlos y sus asesores lo hicieron por él.

Hilo directo con Telefónica 

Cuando el duque de Palma dejó la presidencia del Instituto Nóos, en junio de 2006, la Casa del Rey ya había cerrado previamente con Alierta todos los detalles de su incorporación a Telefónica en Barcelona, según las mismas fuentes. Y lo mismo ocurrió en abril de 2009, al anunciarse oficialmente que Urdangarín y su esposa, la infanta Cristina de Borbón, se mudarían ese mismo verano a Washington por motivos profesionales: Alierta no hizo otra cosa que atender la petición que, por orden expresa del monarca, le había trasladado con anterioridad el entonces jefe de la Casa del Rey, Alberto Aza.     

Alierta no dudó en satisfacer los deseos de La Zarzuela ni en 2006 ni en 2009. Primero fichó a Urdangarín, en junio de 2006, como consejero de Telefónica Internacional en Barcelona, ciudad en la que el ex jugador internacional de balonmano residía entonces con su familia. El nombramiento se produjo apenas dos semanas después de que el marido de la hija menor del Rey abandonara contra su voluntad la presidencia del Instituto Nóos. Tres años más tarde, en el verano de 2009, Alierta sacó a Urdangarín de España, tal y como quería la Casa del Rey: lo envió a Washington como consejero de la compañía para Latinoamérica y EEUU.

Desde entonces, los duques de Palma y sus cuatro hijos viven en unas condiciones privilegiadas en el exclusivo barrio de Chevy Chase, a las afueras de Washington. El matrimonio tiene unos ingresos anuales de más de un millón de euros, además de la vivienda, el colegio de los niños y sus viajes privados a España, que también corren por cuenta de Telefónica. La seguridad de la hija, los nietos y el yerno del Rey la paga el Estado, que desembolsa más de 400.000 euros anuales.

Con el fichaje de Urdangarín y su posterior traslado a Washington, Alierta satisfacía los deseos del Rey, pero también se aseguraba el favor del monarca y reforzaba su blindaje al frente de Telefónica. Al fin y al cabo, no era el primer puente de plata que tendía entre la operadora y La Zarzuela: en febrero de 2003 Alierta nombró a Fernando Almansa, que fue jefe de la Casa del Rey entre 1993 y 2002, miembro del Consejo de Administración de la compañía, cargo que sigue ocupando en la actualidad.

Lo que calla la versión oficial

La versión oficial de La Zarzuela difundida este fin de semana tampoco explica por qué Urdangarín no salió de España cuando supuestamente se lo pidió el Rey, en la primavera de 2006, sino que esperó hasta 2009 para marcharse a EEUU. Pero da a entender que el duque de Palma desobedeció las órdenes de su suegro, ya que tras su salida del Instituto Nóos trató de crear una fundación deportiva que sirviera, según los portavoces de palacio, para "reconducir sus actividades privadas".

La Casa del Rey también evita aclarar en su filtración selectiva por qué ha tardado más de cinco años en apartar a Urdangarín de la agenda oficial de la Familia Real, decisión anunciada el pasado lunes por el número dos del monarca, Rafael Spottorno, que aseguró que la conducta del yerno de Don Juan Carlos no fue "ejemplar". Si desde 2006 el monarca y sus asesores conocían los pormenores de los turbios negocios del duque de Palma, razón por la cual le forzaron a abandonar el Instituto Nóos y buscar trabajo lejos de España, ¿por qué no le separaron entonces de la Familia Real, en lugar de actuar ahora bajo la presión de una imparable avalancha de informaciones periodísticas?

El Rey obligó en 2006 a Iñaki Urdangarín a abandonar precipitadamente la presidencia del Instituto Nóos en cuanto salieron a relucir los primeros trapos sucios de sus negocios. Pero el monarca hizo algo más que apartarlo de una sociedad que supuestamente no tenía ánimo de lucro: también movió sus hilos para que el presidente de Telefónica, César Alierta, colocara a su yerno en un puesto excelentemente remunerado, primero en Barcelona y tres años más tarde en Washington, según han revelado a El Confidencial fuentes muy cercanas a La Zarzuela y a la dirección de la multinacional española.

César Alierta Iñaki Urdangarin