El voto joven, colectivo con un 45% de paro, se presume clave

Más de 35,7 millones de ciudadanos están llamados a las urnas, lo que supone 700.000 electores más que en las generales de 2008. Los que se preveen como unos comicios de cambio, marcados por la peor crisis económica desde la II Guerra Mundial y con una cifra de parados igualmente histórica (son ya casi cinco millones) deberían deparar una alta participación.

Entre los votantes hay casi 200.000 jóvenes, que tienen la oportunidad este domingo de votar por primera vez, al haber alcanzado la mayoría de edad desde el pasado 22 de mayo, cuando se celebraron las elecciones municipales y autonómicas. La cifra aumenta si lo que se compara es el número de nuevos electores en unas generales: 1.519.397 jóvenes han cumplido los 18 años desde las elecciones de 2008.

En su barómetro preelectoral, el CIS prevé que el 30% de los ciudadanos entre 18 y 24 años se inclinarán por Rajoy, frente al 16,5% que lo harán por Alfredo Pérez Rubalcaba, el 5% que elegirá IU y el 2,3 de UPyD. Entre aquellos que tienen de 25 a 34 años, las cifras son muy similares: 28,5% optarían por el PP; el 15,1%, por el PSOE; mientras que Cayo Lara convencería al 6,2% y Rosa Díez, al 2,8%.

Los ciudadanos denuncian incidencias con el voto por correo

España, que este año ha vuelto a ser un país de emigrantes (las estimaciones indican que nuestro país recibirá 450.000 inmigrantes frente a los casi 600.000 españoles que a lo largo del año habrían salido del territorio nacional), tiene un millón y medio de ciudadanos residiendo en el extranjero y que por tanto, han tenido que elegir entre votar por correo o en los consulados. Este es el caso de los 3.244 miembros de las Fuerzas Armadas que desempeñan su labor fuera de España, de los cuales ya han ejercido su derecho a voto el 78%.

Sin embargo, este año la gestión del sufragio a distancia no ha sido la esperada por muchos españoles, que ven con impotencia cómo en estas elecciones no podrán ejercer este derecho fundamental respaldado por la Constitución. No han recibido el sobre en casa con las papeletas y una vez pasado el plazo de envío del voto, tampoco les queda la opción de acercarse a su ciudad natal. El reglamento electoral lo prohíbe si se ha solicitado el voto por correo.

Según los datos hechos públicos este viernes por la Junta Electoral Central (JEC), de los 1.479.314 españoles inscritos en el censo de residentes ausentes (CERA), sólo se han aceptado 138.031 solicitudes de voto, lo que supone menos del 10%.

La última reforma electoral, promovida por PSOE y PP y los nacionalistas, modificó el voto emigrante excluyendo a este colectivo de las elecciones municipales y exigiendo en el resto de procesos el requisito de solicitar previamente el ejercicio de derecho, lo que se conoce como voto rogado, que se estrenó y fracasó en los comicios autonómicos.