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El fin de ETA no resucita al PSOE pero dispara a Amaiur hacia un resultado histórico el 20-N
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LOS INDEPENDENTISTAS CONSEGUIRÁN GRUPO PARLAMENTARIO EN MADRID

El fin de ETA no resucita al PSOE pero dispara a Amaiur hacia un resultado histórico el 20-N

El final de la actividad criminal de ETA lanzará electoralmente a Amaiur hasta garantizarle un grupo parlamentario propio, pero no resucitará al PSOE, que todavía es

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El fin de ETA no resucita al PSOE pero dispara a Amaiur hacia un resultado histórico el 20-N

El final de la actividad criminal de ETA lanzará electoralmente a Amaiur hasta garantizarle un grupo parlamentario propio, pero no resucitará al PSOE, que todavía es incapaz de amenazar la mayoría absoluta del PP. La banda terrorista hace tiempo que pesa poco en la agenda del electorado y que está relegada de las principales preocupaciones de los españoles. Por ello, es poco probable que en plena crisis económica el anuncio del “cese definitivo” de la violencia terrorista influya decisivamente el 20 de noviembre.

Para Narciso Michavila, presidente de GAD3 y experto en opinión pública y seguridad, esta noticia servirá al PSOE para mejorar el estado de ánimo de sus bases y darles un argumento para votar a Alfredo Pérez Rubalcaba, pero sin llegar a poner en riesgo la mayoría absoluta de Mariano Rajoy que prevén todas las encuestas. “Si el comunicado de ETA creara cinco millones de puestos de trabajo sería otra cosa”, señaló Michavila para subrayar cómo la economía subordina cualquier otra materia.  

Sin duda, Rubalcaba debe buena parte de su crédito como candidato a su exitosa gestión al frente del Ministerio del Interior, pero no será el primer líder político que gana una guerra y pierde unas elecciones. Así sucedió, salvando las grandes distancias, con Winston Churchill tras la Segunda Guerra Mundial o George Bush, cuya popularidad subió como la espuma con la Guerra del Golfo, pero que acabó derrotado por Bill Clinton. Este último caso resulta relevante porque la economía se convirtió en el principal asunto de campaña con el lema “It’s the economy, stupid”, acuñado por los estrategas del Partido Demócrata.

La crisis parece haber decidido ya las elecciones, pese a que analistas como Michavila desconfían de los 14,3 puntos de media que las encuestas otorgan de ventaja al PP sobre el PSOE. Además del alivio del final del terrorismo, los socialistas tienen margen para recuperar votos entre los millones de ciudadanos que votaron a Zapatero en 2008, pero que se han sentido decepcionados en los dos últimos años. Muchos no volverán a las filas de Rubalcaba, pero otros podrían estar dando síntomas de querer regresar. Al menos así lo aseguraron ayer fuentes de Ferraz, que cifraron entre 500.000 y 650.000 el número de electores indecisos que habrían optado por el programa socialista en las dos últimas semanas por miedo a los recortes del PP.

La izquierda 'abertzale' acaricia el grupo parlamentario en Madrid

Pero si en el panorama nacional se esperan pocos cambios, en el País Vasco se prevé un vuelco a favor de Amaiur que pagará el PNV. Como suele ser habitual cuando ETA deja de matar, aunque sea temporalmente, se espera que la izquierda abertzale crezca notablemente, y que la coalición independentista irrumpa en el Congreso de los Diputados con un grupo parlamentario propio. De confirmarse este resultado de al menos cinco diputados, Amaiur menguaría claramente el caladero nacionalista del PNV, disminuyendo el poder de la formación jeltzale, pero sin restar papeletas a PP y PSOE.

Hasta la fecha, las encuestas publicadas por diferentes medios de comunicación otorgan representación parlamentaria en Madrid a Amaiur, pero le dejan al borde de la cifra mágica de los cinco diputados. Así, mientras el sondeo de Metroscopia para El País auguraba solo dos escaños a esta formación, el Instituto Noxa preveía cuatro en La Vanguardia. No obstante, habrá que esperar a nuevas investigaciones demoscópicas para comprobar si se refleja un aumento tras el comunicado de ETA.

Lo cierto es que los éxitos de las marcas electorales abertzales están muy ligados a la intensidad de la violencia ejercida por la banda terrorista. Así, la tregua de 1998 catapultó a Batasuna, entonces denominada Euskal Herritarrok (EH), a su mejor resultado en unos comicios. La coalición se convirtió en la tercera fuerza política del País Vasco, solo por detrás de PNV y PP, logrando 224.000 votos y 14 escaños en el Parlamento autonómico. Un año después,  sumó aun más apoyos en las elecciones europeas (306.923 votos), así como en las municipales (272.446). Pero en 2001, con ETA asesinado de nuevo, los independentistas se desplomaron y solo pudieron reunir la mitad de votos y escaños en la Cámara vasca. Ahora, su camino se despeja de nuevo.

El final de la actividad criminal de ETA lanzará electoralmente a Amaiur hasta garantizarle un grupo parlamentario propio, pero no resucitará al PSOE, que todavía es incapaz de amenazar la mayoría absoluta del PP. La banda terrorista hace tiempo que pesa poco en la agenda del electorado y que está relegada de las principales preocupaciones de los españoles. Por ello, es poco probable que en plena crisis económica el anuncio del “cese definitivo” de la violencia terrorista influya decisivamente el 20 de noviembre.