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Antonio Camacho, el ministro efímero
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RUBALCABA IMPONE SU CANDIDATURA POR ZAMORA

Antonio Camacho, el ministro efímero

Poco más de cuatro meses le va a durar a Antonio Camacho (Madrid, 1964) la cartera de ministro. Los que van desde el pasado 12 de

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Antonio Camacho, el ministro efímero

Poco más de cuatro meses le va a durar a Antonio Camacho (Madrid, 1964) la cartera de ministro. Los que van desde el pasado 12 de julio, cuando tomó posesión del cargo, al próximo 20 de noviembre. Juez y fiscal de profesión, será el cabeza de lista del PSOE por Zamora, donde las expectativas electorales se limitan a uno de los tres escaños en juego. Su candidatura le ha movido la silla a Jesús Cuadrado, que había encabezado la lista de su partido en las tres últimas convocatorias electorales (lleva 11 años como parlamentario nacional ycon anterioridad lo fue durante cinco en el parlamento regional de Castilla y León).

Cuadrado tocó esta semana a rebato entre sus partidarios contra el “dedazo” de Alfredo Pérez Rubalcaba, valedor del ministro, y midió mal sus fuerzas. Las agrupaciones provinciales avalaron la elección. El conato de rebelión interna no le ha durado ni una semana al líder del PSOE, que no está dispuesto a que desde los reinos de taifas del partido cuestionen sus decisiones y trasladen una imagen de “navajeo” interno por un puesto en las listas que tenga el escaño garantizado.

Camacho llegó al ministerio del Interior de la mano del juez José Antonio Alonso cuando éste fue nombrado titular de la cartera en el primer gobierno de Rodríguez Zapatero, como secretario de Estado de Seguridad. Atrás dejaba cuatro años de “carrera sindical” como portavoz y presidente de la Unión Progresista de Fiscales (UPF), y algunos destinos discretos como representante del ministerio público, primero en el Tribunal Superior de Justicia de Valencia (1991-1993), en los juzgados de Valdemoro y Getafe (Madrid), en la sección de Vigilancia Penitenciaria y en la secretaría técnica del Tribunal Superior de Justicia de la capital.

Proceso de paz

El proceso de paz con ETA en 2006 decidió al presidente Zapatero a mover ficha para situar al frente de Interior a un político con experiencia que gestionara los contactos con la banda. Alonso pasó a Defensa aprovechando la “espantada” de José Bono, que anunció su retirada de la política activa, y Rubalcaba, que oficiaba de portavoz parlamentario de los socialistas, se instaló en el palacete del Paseo de la Castellana.

Antonio Camacho y Rubalcaba no se conocían, pero el nuevo ministro decidió confiar en él. Durante los últimos cinco años fue un colaborador leal y discreto, siempre en un segundo plano. La recompensa ha sido su nombramiento como ministro, aunque efímero, para completar una legislatura al frente de un departamento que conoce a la perfección, en el que ni Zapatero ni Rubalcaba quieren sobresaltos.

Afable, tranquilo y desconfiado

Afable en el trato, tranquilo, preocupado por su imagen, lector interesado por la historia reciente de España y gran aficionado a la música clásica, que suena siempre en su despacho, la responsabilidad le ha vuelto más taimado con el paso del tiempo. Y también más desconfiado. Desde su nombramiento ha seguido a rajatabla los pasos de su predecesor, y aunque se prodiga mucho menos en declaraciones públicas, las que hace las reviste de solemnidad con un mensaje calcado del de su mentor.

Un cruce de llamadas con el ex director general de la Policía, Víctor García Hidalgo, procesado como uno de los presuntos autores del chivatazo a ETA, le metió en el “caso Faisán”, aunque el juez instructor resolvió que las llamadas no guardaban relación con el mismo y rechazó su citación como testigo.

El partido, pero sobre todo el candidato Rubalcaba, ha considerado que, como el resto de ministros, es un activo que hay que aprovechar en las elecciones. Camacho ha aceptado el ofrecimiento y, salvo catástrofe, conseguirá su acta de diputado por Zamora. Su carrera política es, curiosamente, inversa a la de cualquier político profesional. En lugar de llegar a la cima desde la base, él recorre ahora el camino inverso con vocación de convertirse en un parlamentario más.

Poco más de cuatro meses le va a durar a Antonio Camacho (Madrid, 1964) la cartera de ministro. Los que van desde el pasado 12 de julio, cuando tomó posesión del cargo, al próximo 20 de noviembre. Juez y fiscal de profesión, será el cabeza de lista del PSOE por Zamora, donde las expectativas electorales se limitan a uno de los tres escaños en juego. Su candidatura le ha movido la silla a Jesús Cuadrado, que había encabezado la lista de su partido en las tres últimas convocatorias electorales (lleva 11 años como parlamentario nacional ycon anterioridad lo fue durante cinco en el parlamento regional de Castilla y León).