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El aeropuerto 'fantasma' de Castellón se gasta 5,5 millones en pagar seguridad privada
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NO ESTÁ OPERATIVO Y ESPERA LOS PERMISOS PARA FINAL DE AÑO

El aeropuerto 'fantasma' de Castellón se gasta 5,5 millones en pagar seguridad privada

El aeropuerto de Castellón no tiene aviones, pero sí acumula onerosos contratos. Según la última licitación publicada ayer por el Boletín Oficial del Estado (BOE), el

Foto: El aeropuerto 'fantasma' de Castellón se gasta 5,5 millones en pagar seguridad privada
El aeropuerto 'fantasma' de Castellón se gasta 5,5 millones en pagar seguridad privada

El aeropuerto de Castellón no tiene aviones, pero sí acumula onerosos contratos. Según la última licitación publicada ayer por el Boletín Oficial del Estado (BOE), el aeródromo contratará un servicio de seguridad privada por el que está dispuesto a pagar hasta 5,5 millones de euros. Todo pese a que la instalación aún no cuenta con los permisos de vuelo y no opera. Corría el 25 de marzo y los entonces presidentes de la Generalitat, Francisco Camps, y de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, lo inauguraban sin haber solicitado siquiera su puesta en marcha. Sólo para que los ciudadanos pudieran pasear por las pistas.

La contratación de la seguridad es sólo la punta del iceberg. El BOE del pasado 21 de julio licitaba los servicios de tránsito aéreo en la torre de control, tareas por las que Aerocas (Aeropuerto de Castellón, S.L.) desembolsará 5,1 millones de euros, sin contar el IVA. Según adendas añadidas en 2010 a otros contratos clave para el aeródromo, Indra participará en el desarrollo de los sistemas de seguridad del aeropuerto por 614.782 euros. La compañía tecnológica también entra en el suministro de radioayudas y equipamiento de torre por otros 629.312. La electricidad, licitada en su día por 8,6 millones de euros, costará 325.570 euros adicionales. Todo a expensas de que el aeropuerto consiga los permisos.

Más bizarro todavía, Aerocas licitó una escultura de bronce para su colocación en la rotonda de entrada del aeropuerto antes de solicitar las autorizaciones para recibir vuelos. ¿La factura? 300.000 euros sin IVA, adjudicados al artista Juan García Ripollés. Se rozó el esperpento cuando parte de la obra -un homenaje al propio Fabra- fue robada en mayo pasado del taller del escultor. Según informaba entonces la agencia Efe, los ladrones se llevaron un brazo y dos dedos de la megaestatua de 25 metros, realizados en latón y cobre y con un peso aproximado de dos toneladas. Aerocas está participada por la Generalitat Valenciana y la Diputación de Castellón.

Cuando se produjo el episodio de la estatua aún quedaban casi dos meses para que los responsables del aeropuerto entregaran, el 30 de junio, la documentación necesaria para solicitar formalmente luz verde para la operativa. El director de la gestora de Aerocas, Juan García Salas, aseguraba entonces que el proceso no sería rápido. “El sí o el no no llegan de forma inmediata, aunque si todo va bien espero que antes de seis meses tengamos los permisos”, afirmaba en declaraciones que recoge la web de la sociedad. El plazo que se fijaba para tener una respuesta de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) no era accesorio. Es el margen con que cuenta la empresa para cerrar acuerdos con los turoperadores para la campaña de verano de 2012, más de un año después de la inauguración.

Ecologistas en acción

Seis meses si todo va bien. Y es que no todos los colectivos aplauden la iniciativa. La asociación ecologista Gecen (Grupo para el Estudio y Conservación de los Espacios Naturales) solicitaba al Ministerio de Fomento a mediados de agosto que no autorizara la puesta en marcha del aeropuerto hasta que se cumplieran las medidas correctoras que exige la Declaración de Impacto Medioambiental. Según la organización, no se cumplen los condicionantes relativos a la protección del sistema hidrológico (contaminación de acuíferos y tratamiento de residuos), prevención de ruido, defensa contra la erosión y recuperación ambiental, entre otros.

El proyecto, que ha absorbido una inversión próxima a los 150 millones de euros, se convirtió en una suerte de atracción turística cuando el presidente de la Diputación de Castellón insistió en que los castellonenses se acercaran a pisar las pistas en tanto se obtenían las autorizaciones. Según aseguraba el día de su puesta de largo, “hay quienes dicen que estamos locos por inaugurar un aeropuerto sin aviones. No han entendido nada. Durante mes y medio cualquier ciudadano que lo desee podrá visitar esta terminal o caminar por las pistas de aterrizaje, algo que no podrían hacer si fueran a despegar o a aterrizar aviones”.

Apenas días después tuvo que deshacer el entuerto y garantizar que la infraestructura se ha realizado “para aviones y no para hacer carreras de bicicletas”. En todo caso, el proyecto requerirá cierto tiempo para funcionar a plena capacidad, aun cuando ya tenga movimiento.“Es factible desarrollar el aeropuerto en varias fases de modo que las infraestructuras vayan creciendo a medida que lo hagan la demanda de tráfico aéreo y las necesidades de los usuarios, alcanzando su máximo desarrollo cierto tiempo después de haber empezado a ser operativo”, se expone en el portal del aeródromo. El objetivo de la empresa es que su zona de influencia alcance a los países del norte de Europa.

El aeropuerto de Castellón no tiene aviones, pero sí acumula onerosos contratos. Según la última licitación publicada ayer por el Boletín Oficial del Estado (BOE), el aeródromo contratará un servicio de seguridad privada por el que está dispuesto a pagar hasta 5,5 millones de euros. Todo pese a que la instalación aún no cuenta con los permisos de vuelo y no opera. Corría el 25 de marzo y los entonces presidentes de la Generalitat, Francisco Camps, y de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, lo inauguraban sin haber solicitado siquiera su puesta en marcha. Sólo para que los ciudadanos pudieran pasear por las pistas.