Génova también quiere la cabeza del presidente del PP de Valencia

"Alberto (Fabra) no quiere levantar ampollas. Su discurso es continuista y no tiene, de momento, enemigos porque viene de ser alcalde en Castellón y nadie le tenía muy en cuenta, pero tendrá que poner orden en el partido. Y el primer objetivo que le han marcado desde Génova es Alfonso Rus". Quien esto asegura es un perfecto conocedor de la política valenciana, alto cargo en la administración popular, y bien relacionado tanto con los nuevos dirigentes populares como con elementos clave de la dirección nacional del PP.

Alberto Fabra, investido ya como nuevo presidente de la Generalitat, no va a acometer purgas de momento, "esperará a después de las generales", pero sí tiene marcada una cabeza a cortar: la del presidente del PP en la provincia de Valencia. Alfonso Rus dio "todo un espectáculo" el famoso "martes negro" en la Generalitat, cuando abordó "pegando voces en valenciano" a la número dos de Camps, la vicepresidenta Paula Sánchez de León, "casi a punto de la agresión", recriminándola que "así no se hacen las cosas" y que se había enterado de la dimisión de Francisco Camps por la televisión. En ese encontronazo dejó en el aire la amenaza al partido de "abrirle una guerra" en Valencia.

Y Génova no olvida. Por ello, según confirman a este diario en fuentes del PP de Valencia, desde la dirección nacional se está preparando el relevo de Rus para controlar el partido en la provincia. "Tras las generales, aseguran, habrá que poner en marcha la renovación de los mandos del PP y Génova va a promover una candidatura alternativa".

Rus ya era mal visto antes en muchos ambientes del propio PP valenciano por sus salidas de tono, como acudir a los mítines en un lujoso deportivo o promover, como candidato a la Generalitat en el caso de que Camps no se hubiera presentado, a un alcalde de un pequeño pueblo valenciano cuyo único mérito era ser su protegido.

Rus: “Ya le he dicho ‘I love you’

Alfonso Rus es conocedor de que en Génova le han señalado con el dedo. Por eso, en la toma de posesión de Fabra ha intentado zanjar el incidente. “Ya le he dicho al nuevo presidente de la Generalitat ‘I love you’. Por mi parte no va a tener problemas", ha subrayado. Rus sí ha reconocido que no le gustó cómo se enteró de que sería Fabra quien sucedería a Camps y, según ha explicado, ya ha hablado de este tema con el nuevo presidente de la Generalitat. Al respecto, ha criticado que le convocaron a una Junta Directiva del PPCV sin decirle el motivo, y allí se enteró de quien sería el nuevo presidente.

"Lo único que hice es mostrar mi malestar con los brazos cruzados, no dije ninguna palabra y me quedé luego en mi despacho para no salir, donde estaban los medios, y no decir ninguna barbaridad", El dirigente del PP provincial ha reconocido que como "las cosas han cambiado", tiene que sentarse y hablar. "Él (Fabra) tiene su idea, yo tengo mis ideas, pero eso en ningún momento es coaccionar", ha señalado Rus, quien ha subrayado que a un presidente "nunca se le puede decir lo que tiene que hacer", puesto que, de lo contrario "no puede funcionar".

De momento, se trabajará con sordina. La dirección nacional quiere en estas primeras semanas "sobre todo tranquilidad", que la borrasca de la dimisión de Camps amaine y que el "estilo Fabra" vaya cuajando: pisar pocos callos, continuidad con el programa de su antecesor, una "transición tranquila". Los populares quieren llegar así hasta las elecciones generales, que siguen previendo que sean en noviembre, y después, "con Mariano en La Moncloa", acometer todas las reformas en el partido y los recortes más dolorosos en la Comunidad. Ajustes que, aseguran, deberán ser en muchos casos pactados con otras comunidades, como en Sanidad o en el espinoso tema de las televisiones autonómicas.

La "traición" de Cotino

Pero si Rus tiene su destino marcado, otro personaje que ha perdido el favor de los "campistas" es Juan Cotino. "Ahora, el propio Paco Camps sabe que él fue el último 'felón', el que le asestó el golpe de gracia trabajando para Génova", asegura una persona muy cercana al ya ex presidente Camps. "El saludo de Paco el día de la investidura de Fabra al que fuera su mentor, su amigo y hasta su asesor casi espiritual fue más que gélido. A nadie le pasó desapercibido". E insisten en que por mucho "que Génova esté contento con su papel, en Valencia le han marcado y se va a crear un 'cinturón sanitario' en torno a su figura". Su futuro, por tanto, parece que pasa por Madrid y no por Valencia.