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Monago: “No sé si Extremadura está en bancarrota, pero el PSOE tiene escrita una cifra oculta en su ADN”
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SI NO HAY SORPRESAS DE ÚLTIMA HORA, JOSÉ ANTONIO MONAGO SE CONVERTIRÁ HOY EN EL PRIMER PRESIDENTE POPULAR DE EXTREMADURA

Monago: “No sé si Extremadura está en bancarrota, pero el PSOE tiene escrita una cifra oculta en su ADN”

“Papá, ¿ya eres presidente?”. José Antonio Monago (Quintana de la Serena, 1966), el bombero extremeño, el hombre que personifica el éxito del PP y la crisis

“Papá, ¿ya eres presidente?”. José Antonio Monago (Quintana de la Serena, 1966), el bombero extremeño, el hombre que personifica el éxito del PP y la crisis del PSOE, el popular que convenció a sus paisanos mitineando en cada uno de sus pueblos, se pasó la tarde anterior a ser elegido presidente de la Junta de Extremadura sudando en su bicicleta los 35 grados que soportaba Badajoz, comprándose un traje de chaqueta nuevo e intentando explicar a sus dos hijos de 9 y 6 años que aunque “Guillermo (Fernández Vara) y yo gritemos en la televisión, es porque pensamos distinto, pero nos llevamos bien”. Y que, por fin, a partir de hoy su padre será el presidente de la Junta de Extremadura. Nada de nervios, y eso que por no preparar, ni siquiera ha elegido a los ocho escoltas que, a partir de mañana, se convertirán en la sombra que lo acompañarán a todas partes. “Es algo que no me preocupa. Con un par de zapatillas de deporte, echo a correr y cualquiera me pilla”. Vivirá en Mérida entre semana, pero su familia seguirá en Badajoz: en el mismo colegio, en la misma casa, con la misma vida. Horas antes a la votación final de investidura, el ojito derecho de Rajoy pone la mano en el fuego por que hoy no habrá sorpresas. “Los diputados de IU son hombres de palabra. Si ayer dijeron que se abstendrían, hoy se van a abstener”.

 

Vara le recriminó que en su discurso de investidura sobraba retórica y le faltaba alma

No hay nada más poético que inyectar ilusión a 120.000 personas que están en el paro y desgranar a tus paisanos un plan estratégico para intentar sacarlos de la crisis. Como el torero José Tomás, me arrimé bastante al toro y simplemente he pedido los cien primeros días de Gobierno para trabajar, y que me critiquen luego, cuando ya haya hecho algo.

El discurso del PP en Extremadura distaba mucho del que propaga su líder nacional. ¿Costó mucho incluir los doce mandamientos de IU en su programa de Gobierno?

Nada. Tengo absoluta libertad, no tengo que enseñarle ningún discurso porque su clave es mi clave. Hay plena sintonía entre nosotros. Cuando supimos que debíamos dialogar con IU para poder formar Gobierno, Mariano me dijo: “José Antonio, Extremadura es tuya, así que haz lo que debas hacer”.

¿Ni siquiera cuando le dijo que tenías que modular el Impuesto de Sucesiones, una medida que el PP exigió suprimir?

Si hubiéramos ganado Extremadura por mayoría absoluta, lo hubiera suprimido. Pero IU exigía mantenerlo, y hemos conseguido llegar a este punto intermedio, en el que las dos partes estuviéramos contentas. Son cosas que tienes que hacer cuando formas un gobierno en minoría.

También ha incluido medidas que no estaban en el programa electoral de su partido nacional, como aprobar una renta básica para los ciudadanos en exclusión social y modificar la Ley Electoral para que fuerzas minoritarias puedan formar Gobierno

Cuando no posees una mayoría absoluta, tienes la obligación de modular tu discurso, sí o sí, y hay que encontrar un punto de diálogo. Modular unas cuantas propuestas de las 993 medidas que incluía mi programa no modifica las señas de identidad de mi partido.

¿Costó mucho encajar los doce mandamientos de Pedro Escobar en su discurso?

No. Muchas propuestas eran apoyo a la pequeña y mediana empresa, propuestas de austeridad y potenciar la transparencia de las cuentas de las instituciones públicas de la región.

¿Le va a costar gobernar en minoría?

Una cosa es planear y otra es patear. Demostramos que podíamos ganar las elecciones cuando nadie lo creía posible, y rozamos la mayoría absoluta. Más complicado todavía era que IU se abstuviera cuando podía pactar con el PSOE y arrebatarnos la presidencia. Y lo hemos conseguido. Será complicado gobernar en minoría, pero gobernaremos.

 

¿Cuál va a ser la primera medida que tome como presidente de Extremadura?

Reducir el número de consejerías, y pedir una auditoría interna de todas y cada una de las instituciones públicas que mantiene la Junta para comprobar cuáles son sus funciones, para qué sirven, si son eficientes o no, y las que no lo sean, eliminarlas.

¿Ve a Guillermo Fernández Vara sentado cuatro años en el sillón de la oposición?

Probablemente no. Seguramente querrá irse, porque ser el presidente socialista que ha perdido las elecciones en Extremadura tiene que ser muy duro. Hubo un momento en el que estuvo preparando los papeles para volver a ocupar su puesto de médico. Pero Ibarra exclamó aquello de: “¡De aquí no se mueve nadie!” y entonces dijo que se quedaba. Pero no creo que agote la legislatura como líder de la oposición.

¿Será presidente de Extremadura, como mucho, hasta 2019?

Si los extremeños nos devuelven la confianza que han depositado en nosotros el pasado 22 de mayo, sí. Pero no seré presidente más de dos mandatos. Hay mucha vida después de la política: hay bicicleta, hay monte, hay paseos, hay motos, hay jardinería, se puede leer…

María Dolores de Cospedal denuncia que las cuentas públicas que se ha encontrado al llegar a la Presidencia de Castilla-La Mancha rozan la “bancarrota”. ¿Teme encontrarse con una situación similar en Extremadura?

Las cifras ocultas son una situación muy normal en el PSOE. La lleva escrita en su ADN. Mira Galicia, Cataluña, Castilla-La Mancha… ¿Qué me voy a encontrar aquí? Ahora solo sé que oficialmente hay una deuda histórica de 1.800 millones de euros. Pero seguro que encontramos mucho más. Lo sé por experiencia.

¿Ya le ha tocado barrer las alfombras de los socialistas?

En 1995 yo era teniente alcalde en el Ayuntamiento de Badajoz, y nos encontramos que cuando auditaron todas las cuentas y se pusieron en orden, vino el dueño del Hotel Alfa de Lisboa a cobrar una factura por una fiesta del equipo de Gobierno anterior que no estaba en cuenta. Y como ese caso, le puedo contar miles.

¿No es demasiado arriesgado afirmar que se cortaría un dedo antes de acometer recortes sociales en su región?

Antes me lo corto. Sé que vivimos en tiempos de crisis donde todavía es arriesgado vislumbrar un horizonte de bonanza. Pero cuando prescindamos de todos los gastos innecesarios que hoy se mantienen, podremos invertir ese dinero en mantener el estado del Bienestar que no se puede tocar.

Ha prometido programas bilingües para los colegios, becas sociales para alumnos con problemas económicos, ayudas a los 300 mejores expedientes, reducir las listas de espera en la Sanidad Pública Extremeña… ¿Con tanta promesa no tendrá que pedir dinero para invertirlo?

Insisto en que vamos a recaudar mucho dinero cuando limpiemos la Administración Pública. Durante los 28 años de gobierno socialista, el PSOE tuvo que recolocar a mucha gente. Cuando la administración se le quedó pequeña, creó empresas públicas. Ahora ya van por las mancomunidades, donde los ayuntamientos se tienen que agrupar y algunas ya acumulan hasta 200 trabajadores que tendrán que justificar su sueldo. Quiero ofrecer esa competencia a la iniciativa privada. Todas esas empresas que no tengan acreditadas una utilidad social o económica, desaparecerán. Hay que pagar la educación, la sanidad y la dependencia con el presupuesto que hay. La cooperante asesora para asuntos africanos, una joven de Uganda que llegó a Extremadura y la Junta le dio 60.000 euros brutos anuales para coordinar estos asuntos, también tendrá que justificar su sueldo para no perderlo.   

¿Cómo va a generar empleo para mujeres y jóvenes?

Extremadura posee un patrimonio tremendo. Es la gran desconocida de España. Tiene 42.000 kilómetros cuadrados, y mucha agua, mucha agroindustria, mucha energía. Hay que creer más en la sociedad civil y en los emprendedores. La Administración Pública ha anestesiado la capacidad creadora de los extremeños. Si se destinan más recursos para los emprendedores y se busca una especialización, se exprime nuestras particularidades, se generará empleo nuevo y las empresas extremeñas podrán internacionalizarse.

¿Le ofreció a Pedro Escobar un cheque en blanco para que se abstuviera en la votación de investidura?

Ninguno. No ha habido ningún encuentro secreto con el líder regional de IU. Yo le ofrecí primero una batería de propuestas y él me envió después a mí los doce puntos que quería tocar. Ni yo le ofrecí un cheque en blanco ni él ha dicho que se vendería ante ningún cheque en blanco.

¿En qué condiciones convocaría nuevas elecciones para conseguir una mayoría absoluta?

No creo que tengamos que llegar a ese extremo. En el hipotético caso de que lleguemos a una ingobernabilidad absoluta en la Asamblea, entonces me lo plantearía. Va a ser complicado llegar a acuerdos, pero espero que el PSOE como nosotros hicimos cuando estábamos en la oposición.

¿Qué va a hacer con la oficina del ex presidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra?

Es una cuestión que le corresponde debatir a la Mesa del Parlamento extremeño, pero lo más lógico sería eliminarla y que cuando el señor ex presidente necesite una sala para una reunión se le habilite. En la Junta de Extremadura siempre tendrá un hueco como le corresponde.

¿Cree que está en deuda con alguien?

A nadie más que a los ciudadanos extremeños que depositaron su confianza en mí para cambiar su región y a mi partido, por darme esta oportunidad. A mí nadie me ha regalado nada. Lo que hemos conseguido lo hemos logrado gracias a los kilómetros que llevo a las espaldas y en la suela de los zapatos.

Mañana será nombrado oficialmente presidente de Extremadura en una fiesta en el Museo Romano de Mérida en una fiesta ante 700 invitados. ¿Es usted el presidente que reclama austeridad?

Solo daremos agua, agua de una empresa extremeña, de Los Riscos. Que nadie espere jamón de Jabugo porque no lo va a haber.

“Papá, ¿ya eres presidente?”. José Antonio Monago (Quintana de la Serena, 1966), el bombero extremeño, el hombre que personifica el éxito del PP y la crisis del PSOE, el popular que convenció a sus paisanos mitineando en cada uno de sus pueblos, se pasó la tarde anterior a ser elegido presidente de la Junta de Extremadura sudando en su bicicleta los 35 grados que soportaba Badajoz, comprándose un traje de chaqueta nuevo e intentando explicar a sus dos hijos de 9 y 6 años que aunque “Guillermo (Fernández Vara) y yo gritemos en la televisión, es porque pensamos distinto, pero nos llevamos bien”. Y que, por fin, a partir de hoy su padre será el presidente de la Junta de Extremadura. Nada de nervios, y eso que por no preparar, ni siquiera ha elegido a los ocho escoltas que, a partir de mañana, se convertirán en la sombra que lo acompañarán a todas partes. “Es algo que no me preocupa. Con un par de zapatillas de deporte, echo a correr y cualquiera me pilla”. Vivirá en Mérida entre semana, pero su familia seguirá en Badajoz: en el mismo colegio, en la misma casa, con la misma vida. Horas antes a la votación final de investidura, el ojito derecho de Rajoy pone la mano en el fuego por que hoy no habrá sorpresas. “Los diputados de IU son hombres de palabra. Si ayer dijeron que se abstendrían, hoy se van a abstener”.

Banco de España Extremadura José Antonio Monago